Mensajes | Kielce Gussie
El Papa en la audiencia:
Prepárense para la Pascua de la vida cotidiana
En su
audiencia general del miércoles, el Papa León reflexiona sobre la palabra
«preparar» y cómo cada uno de nosotros está invitado a prepararse para la
Eucaristía en los momentos cotidianos de la vida.
Durante su primera audiencia
general de este miércoles 6 de
agosto, el Papa León XIV reflexionó sobre el misterio de la pasión, muerte
y resurrección de Jesús. Para comenzar, invitó a todos a meditar sobre la
palabra «preparar», que «parece sencilla, pero encierra un precioso secreto de
la vida cristiana».
El amor no es un impulso repentino
En el Evangelio de Marcos, en
preparación para la Pascua, los doce apóstoles le hacen a Jesús una pregunta
muy práctica: «¿Dónde quieres que vayamos a preparar la Pascua?». El Papa León
señaló que ellos eran conscientes de que algo importante iba a suceder y, a su
vez, recibieron una respuesta muy simbólica de Jesús: «Id a la ciudad y os
saldrá al encuentro un hombre que lleva un jarro de agua».
Un hombre con un jarro, una
habitación ya preparada y un anfitrión desconocido: todo está preparado de
antemano. Jesús ya lo había dispuesto todo para sus discípulos. Esto nos
muestra, explicó el Papa, que el amor verdadero «no es fruto del azar, sino de
una elección consciente». El amor exige preparación. La decisión de Jesús de
soportar su pasión es un ejemplo de esta elección de amar libremente.
El Papa León subrayó que esto
debería ser una fuente de consuelo para nosotros: «saber que el don de su vida
proviene de una intención consciente, no de un impulso repentino».
Dios ha preparado un lugar para nosotros
Siguiendo con el simbolismo del
pasaje del Evangelio, la habitación que ya ha sido preparada revela el hecho de
que Dios nos allana el camino. Antes de que «nos demos cuenta de que
necesitamos ser acogidos, el Señor ya ha preparado un espacio para nosotros
donde podemos reconocernos y sentirnos sus amigos».
Cada uno de nosotros puede
encontrar en nuestro corazón ese espacio creado especialmente para cada
persona, que simplemente espera ser visto, llenado y amado.
Aunque Jesús ya había dispuesto
todo para la Pascua en el Evangelio, pidió a los apóstoles que hicieran su
parte. Esto, argumentó el Papa, nos enseña una lección esencial para nuestra
vida espiritual: «la gracia no elimina nuestra libertad, sino que la despierta».
Los preparativos no son lo mismo que las ilusiones
El Papa León recordó a los
peregrinos en la Plaza de San Pedro que nosotros también tenemos «una cena que
preparar». Más allá de la liturgia, la Eucaristía tiene un lugar en nuestra
vida cotidiana. Y debemos dejar espacio para experimentar todo como una acción
de gracias.
Para ello, el Papa instó a todos a
eliminar de sus vidas aquello que les impide avanzar. Pero también advirtió
contra la confusión entre los preparativos y las ilusiones, o contra la
creencia de que estar preparados significa estar engañados. Las ilusiones
distraen, mientras que los preparativos nos guían. Jesús nos dio un ejemplo de
ello cuando preparó «una cena de comunión» para sus discípulos a lo largo de su
ministerio, incluso cuando ellos no lo entendían y uno de ellos planeaba
traicionarlo.
Nosotros también estamos llamados a
«preparar la Pascua». Como recordó el Papa León a todos los presentes en la
plaza, esto no solo significa prepararse para la misa, sino también para los
momentos de nuestra vida cotidiana. Esto puede significar estar dispuestos a
dar el primer paso, a escuchar más o a dejar de esperar a que los demás
cambien.
Y cuando decidimos aceptar el
llamado de Dios para prepararnos para la comunión con Él, no estaremos solos,
subrayó el Papa. «Descubriremos que estamos rodeados de signos, encuentros y
palabras que nos guían hacia esa sala, espaciosa y ya preparada, en la que se
celebra sin cesar el misterio de un amor infinito, que nos sostiene y siempre
nos precede».
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