Reflexión | VN
El mundo tiene una necesidad
imperiosa de misericordia y perdón
El cardenal
Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, estuvo
anteayer en Bibione, en la diócesis de Concordia-Pordenone, para celebrar el
Perdón y conmemorar al cardenal Costantini. Del purpurado una invitación a los
cristianos a ser defensores de “un mundo en el que los débiles sean apoyados y
no manipulados, en el que el diálogo prevalezca sobre la venganza y todos
contribuyan al bien de todos”
La invitación a la misericordia, a
la reconciliación y al perdón en un mundo que anhela la paz caracterizó la
visita del cardenal Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la
Evangelización, que presidió el 3 de agosto la celebración de apertura del
Perdón en la ciudad de Bibione, en la diócesis de Concordia-Pordenone.
La visita del purpurado también
estuvo motivada por la conmemoración del cardenal Celso Costantini, primer
delegado apostólico en China y secretario de Propaganda Fide,
sepultado en su diócesis natal, cien años después del Concilium Sinense de
Shanghái, ya celebrado con dos grandes actos en mayo y junio en la Universidad
Urbaniana.
La apertura de la Puerta del Perdón
Acogido y acompañado por el obispo
diocesano, monseñor Giuseppe Pellegrini, el cardenal Tagle abrió la Puerta del
Perdón y entró primero portando el libro de los Evangelios seguido por todo el
pueblo. A continuación, presidió la Eucaristía, concelebrada por numerosos
sacerdotes, diocesanos, invitados y colaboradores de la actividad pastoral
estival en la conocida localidad balnearia de la costa del Véneto.
Dones de Dios
Partiendo precisamente de la figura
del cardenal Costantini, Tagle desplegó su reflexión, recordando su “fidelidad
al Evangelio de la misericordia” y su “celo misionero” que aún hoy sigue
inspirando. A continuación, el cardenal se centró en las lecturas litúrgicas,
cada una de las cuales muestra un aspecto de la misericordia de Dios:
“Nuestro mundo
necesita urgentemente misericordia, reconciliación y perdón que conduzcan a la
paz. Sólo
Dios puede dar estos dones”
Testigos e instrumentos de la misericordia
Nosotros, los discípulos de Jesús,
añadió, estamos llamados no sólo a ser “destinatarios de la misericordia de
Dios”, sino también “sus auténticos testigos e instrumentos”:
Por mucha
misericordia que hayamos recibido de Dios, al menos en una pequeña parte
tratemos de derramarla sobre nuestros hermanos.
Examen de conciencia
Reflexionando sobre la vida
cotidiana, el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización exhortó a
hacer un examen de conciencia: “¿Cómo tratamos a las personas que se enfrentan
a tormentas y confusión en la vida? ¿Con preocupación o con indiferencia? ¿Cómo
tratamos a los jóvenes y a los críticos que dudan de nosotros y cuestionan
nuestras posiciones? ¿Con humildad o con orgullo vengativo? ¿Cómo respondemos a
las peticiones de ayuda de enfermos, ancianos, refugiados y personas diferentes
a nosotros? ¿Con empatía o con oídos sordos? Aprendamos de Jesús”.
Regla de vida
“La misericordia manifestada por
Dios – subrayó el cardenal Tagle – debe ser regla de vida en las familias y
comunidades cristianas, e incluso en las relaciones entre las naciones”.
“Imaginen un
mundo en el que el que comete errores es corregido con misericordia en lugar de
ser condenado y destruido. Imaginen un mundo en el que los débiles son apoyados
en lugar de manipulados. Imaginen un mundo en el que el diálogo prevalezca
sobre la venganza. Imaginen un mundo en el que todos contribuyan al bien de
todos en lugar de buscar el interés personal”
Vivan la misericordia
De ahí la invitación final: “Sin
misericordia, el mundo no verá la justicia, la verdad, el amor y la paz. Elijan la
misericordia. Difundan la misericordia. Vivan la misericordia”.
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