Papa Francisco | Adriana Masotti
Francisco: Benevolencia y
paz, para que los cristianos perfumen el mundo
En la
audiencia general, el Papa prosiguió su reflexión sobre el papel del EspÃritu
Santo en la historia de la salvación y en la vida de la Iglesia. En el centro
de la catequesis está el bautismo de Jesús: amor, alegrÃa, paz son algunos de
los frutos del EspÃritu que los creyentes están llamados a testimoniar en su
entorno.
A orillas del Jordán, el EspÃritu
Santo desciende en forma de paloma sobre Jesús. La página del Evangelio de
Marcos (Mc 1,9-11) describe la escena en la que resuena una voz del cielo que
dice: «Tú eres mi Hijo, el amado: en ti he puesto mi complacencia». Francisco
dedicó la catequesis de la audiencia general de hoy, miércoles 21 de agosto, al
EspÃritu Santo en el bautismo de Jesús. Unos 5.000 participantes en el Aula
Pablo VI.
Bautismo en el Jordán
«Toda la Trinidad se reunió, en
aquel momento, a orillas del Jordán», dice el Papa: “Está el Padre que se hace
presente con su voz; está el EspÃritu Santo que desciende sobre Jesús en forma
de paloma; y está aquel a quien el Padre proclama Hijo amado. Es un momento muy
importante del Apocalipsis, es un momento muy importante de la historia de la
salvación. Nos hará bien releer este pasaje del Evangelio”.
Jesús difunde el EspÃritu a todo su cuerpo, la Iglesia
El mismo Jesús hablarÃa de ese
momento poco después en Nazaret, afirmando: «El EspÃritu del Señor está sobre
mÃ; por eso me ha ungido». Jesús fue “ungido con el EspÃritu Santo” como Rey,
Profeta y Sacerdote -continúa Francisco- al igual que en el Antiguo Testamento
los reyes, profetas y sacerdotes eran ungidos con óleo. Pero no se trata sólo
de una “gracia personal”, Jesús comunicará a todo su cuerpo, la Iglesia, el
EspÃritu Santo que ha recibido.
“Por eso la
Iglesia es el nuevo «pueblo real, pueblo profético y pueblo sacerdotal». El
término hebreo 'MesÃas' y el correspondiente en griego 'Cristo' - Christós -,
ambos referidos a Jesús, significan 'ungido': fue ungido con el óleo de la
alegrÃa, ungido con el EspÃritu Santo. Nuestro mismo nombre 'cristianos' será
explicado por los Padres en sentido literal: cristianos significa 'ungidos a
imitación de Cristo'.”
Llevar la fragancia de Cristo a los demás
“Cristo es la cabeza, nuestro Sumo
Sacerdote, el EspÃritu Santo es el óleo perfumado y la Iglesia es el cuerpo de
Cristo en el que se difunde”, explica además el Papa. El óleo se refiere al
perfume que, como se dice en la Misa del Jueves Santo, es el perfume «de una
vida santa» a la que están llamados “los que reciben la unción” con el 'Crisma'
en los sacramentos del Bautismo y la Confirmación. Francisco señala que “una
persona que vive con alegrÃa su unción perfuma la Iglesia, perfuma la
comunidad, perfuma la familia con esta fragancia espiritual”.
“Sabemos que,
por desgracia, a veces los cristianos no esparcen la fragancia de Cristo, sino
el mal olor de su propio pecado. (...) Y el diablo -no lo olvidemos- suele
entrar por los bolsillos -cuidado, cuidado-. Y esto, sin embargo, no debe
distraernos de nuestro compromiso de realizar, en la medida de nuestras
posibilidades y cada uno en su ambiente, esta sublime vocación de ser el buen
olor de Cristo en el mundo.”
Qué maravilla encontrar una buena persona
Se trata de vivir los frutos del
EspÃritu, “que son el amor, la alegrÃa, la paz, la magnanimidad, la amabilidad,
la bondad, la fidelidad, la mansedumbre, el dominio de sà mismo”, dice el
PontÃfice, añadiendo:
“Qué bonito es
encontrar a una persona que tenga estas virtudes: amor, una persona con amor,
una persona alegre, una persona que crea paz, una persona magnánima, una
persona benevolente que acoge a todo el mundo, una buena persona.”
Si hacemos esto, concluye, “alguien
sentirá a nuestro alrededor un poco de fragancia del EspÃritu de Cristo”.
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