Canturreando | Arismendy MartÃnez
La Biblia: Fuente inagotable de
deberes y derechos ciudadanos
La Biblia es la
fuente de las promesas divinas, la historia sagrada de la humanidad, la oración
del Padre Eterno y su plan divino inspirado en la aventura de su inmenso amor,
como manifestación de creatividad inmensa, siempre plasmada esa creatividad
inspirada en su santo espÃritu, pero expresada en lenguaje humano, para una
mejor comprensión nuestra. Génesis 1:
27–28.
Plasmada en las Sagradas Escrituras, Jesús encontró la
motivación oportuna para dirigirse a su Padre en el momento preciso de su vida,
para luego explicarnos a los hombres y mujeres, como debÃamos de sentir la
presencia del amor del Padre Eterno en nuestra existencia como el fruto de su
amor creador. Génesis 1: 29.
La Biblia, por lo tanto, es el libro sagrado que da
forma y sentido a nuestra fe, la cual tiene su centro de esperanzas, en la
celebración de la Santa EucaristÃa, como legado de amor perpetuo que debemos
celebrar bajo la alegrÃa de estar cumpliendo con ese mandato divino, como
voluntad expresa de Jesús. Génesis 3: 13–15.
La Biblia, debiera ser nuestra fuente de oración
divina al Padre Dios, bajo cualquier circunstancia de la vida, porque mediante
estas palabras impresas queda expresada la voluntad de quien nos creó a su
imagen y semejanza y debemos proclamar a los cuatro vientos, que dentro de
nosotros clama esa voz sublime y tierna, que nos identifica con ese amor filial
que llevamos como sello de identidad espiritual. Mateo 3: 3.
Si cada dÃa hacemos de la Biblia nuestra oración
cotidiana y la tomamos como nuestra compañera de caminos, podremos sentir la
seguridad de que los pasos que estamos dando en esta vida, tienen un objetivo
definido y como buenos marineros, sabemos hacia qué puerto dirigimos nuestra
embarcación. Lucas 5: 31–32.
En la Biblia, encontramos las pruebas contundentes del
amor de Dios para con la humanidad, el verdadero significado del sentido de
cada vida, el gozo inefable que sentimos en el corazón al sabernos creados a
imagen y semejanza de Dios y que él, como Padre de amor, nos envió a su Hijo
Jesucristo, como propiciador de nuestra identidad divina en el amor filial de
un Padre para sus hijos. Marcos 4; 3–9.
En cada pasaje de la Biblia, encontramos como se
fortalece nuestra esperanza de ser protegidos por el amor del Padre Eterno,
quien siempre cumple la promesa de protegernos y guiarnos por el sendero de la
luz que emana de su santo EspÃritu, cuando permitimos que su voluntad de Padre
se convierta en nosotros en alimento imperecedero de integridad espiritual que
nos catapulta hacia la auténtica comunión de paz con su acción salvadora.
Juan 1: 1–3.
En la Biblia, encontramos expresada la voluntad de
Dios Padre, para con nosotros, los por él creados, cuando dejamos que su santa
voluntad se convierta en acciones de bien y solidaridad con nuestros hermanos
de peregrinación espiritual, compartiendo experiencias de vida, siendo
solidarios unos con otros, no solo compartiendo un pedazo de pan, también un
vaso de agua fresca, un abrigo con el desnudo, una palabra de aliento al
enfermo, una visita de solidaridad con el privado de libertad, hacerle compañÃa
a alguien en un momento de soledad, esa es una forma de estar en comunicación
con Dios Padre, que nos ha creado a imagen y semejanza suya en el amor. Hechos
5: 34–39.
Si leemos la Biblia con respeto por ser la palabra de
Dios expresada en lenguaje humano, pero inspirada por la acción divina de Dios,
encontramos que en nuestras vidas se disipan dudas, se aclaran temores, se
encienden nuevas luces de entendimiento espiritual, se abren nuevos caminos, se
aclaran nuestras dudas y se fortalece nuestra fe.
Pidamos a Dios Padre, que nos aclare nuestras ideas y
que sea luz de nuestro espÃritu, para que cuando nos dispongamos a leer la
Biblia, encontremos las verdaderas razones que nos impulsan a dejarnos
interpelar por la Palabra de Dios, expresada en cada palabra escrita en ese
maravilloso libro, llamado Biblia, inspirado por su amor a la humanidad, pero
en el lenguaje humano que todos podemos entender.
Hagamos nuestro el sentir de san Jerónimo, cuando
manifestó convencido que: “ignora a Cristo quien ignora las Sagradas
Escrituras”. Bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...