Comunicado | CED
Comunicado
sobre la Reforma Fiscal
Sábado 19 de octubre de 2024
1- Nosotros los obispos atentos a los
acontecimientos nacionales y después de haber escuchado diversos sectores sobre
la reforma fiscal, de igual forma, comprometidos con la promoción del bien
común y la justicia social, valoramos los esfuerzos del Gobierno de la
República Dominicana por fortalecer la economÃa nacional y atender los desafÃos
que enfrenta el paÃs, reflejados en el proyecto de reforma fiscal presentado
recientemente. Conscientes de las necesidades que enfrenta el paÃs en
términos de ingresos fiscales, consideramos que cualquier ajuste debe
realizarse con un enfoque humanista y socialmente equitativo.
2- En este sentido, extendemos un
llamado a las autoridades gubernamentales, sectores económicos y la sociedad en
general para que se fomente un diálogo abierto y constructivo, en el que se
escuchen todas las voces y se analicen los posibles efectos de esta reforma
sobre los sectores más vulnerables. Sugerimos al gobierno tener un mayor
control de los gastos públicos y controlar los posibles escapes, como vicios de
corrupción, que puedan darse en la administración de tales recursos.
3- Como pastores ponemos de relieve
nuestra preocupación por el impacto de las medidas propuestas a la población de
ingresos medios y bajos, ya que un incremento en la carga tributaria de estos
sectores podrÃa generar serias dificultades para las familias, afectando su
capacidad para cubrir sus necesidades básicas. Recordamos que el papel del
Estado es, fundamentalmente, el de velar por el bienestar de todos los
ciudadanos, en especial de aquellos que viven en condiciones de mayor
vulnerabilidad. Como se expresa en la Constitución Pastoral del Vaticano II,
Gaudium et Spes, “el orden social y su progreso deben subordinarse
constantemente al bien de la persona, pues el orden de las cosas debe estar
sometido al orden de las personas, y no al revés” (Gaudium et Spes, 26).
La Dimensión Ética y Social de la
Reforma Fiscal
4- La doctrina social de la Iglesia
nos llama a recordar que la justicia social debe ser el
principio rector de cualquier polÃtica pública. La reforma fiscal que se
propone no solo debe considerar el equilibrio financiero del paÃs, sino también
el bienestar de los ciudadanos, especialmente de aquellos menos favorecidos. En
este sentido, creemos que es fundamental que los ajustes fiscales no se
realicen a expensas de los sectores que ya enfrentan dificultades
económicas. Como se subraya en la Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium, “la dignidad de cada persona humana y el bien común son
cuestiones que deberÃan estructurar toda polÃtica económica” (Evangelii
Gaudium, 2013).
5- Invitamos al Gobierno a reflexionar
sobre el carácter redistributivo de la reforma. La tributación, si bien es
una herramienta clave para el desarrollo, no debe convertirse en una carga que
profundice las desigualdades. Es indispensable que los cambios fiscales
contribuyan a una distribución más equitativa de la riqueza y a la protección
de los derechos fundamentales de todas las personas. El Estado tiene el
deber de crear las condiciones para un desarrollo inclusivo, que permita a
todos los ciudadanos mejorar su calidad de vida y contribuir al progreso del
paÃs desde sus capacidades y circunstancias.
Diálogo Abierto y Transparente
6- Hacemos un llamado a
continuar el diálogo como la vÃa principal para alcanzar acuerdos que
beneficien al paÃs. Creemos que es fundamental que las decisiones sobre la
reforma fiscal no se tomen de manera unilateral, sino que se basen en la
consulta y la participación de todos los sectores de la sociedad. En
palabras del Papa Francisco, “un diálogo auténtico debe constituirse como un
auténtico espacio de encuentro donde se abra al otro y se le ofrezca la
posibilidad de dar lo mejor de sÔ (Fratelli Tutti, 198).
7- Un diálogo efectivo debe incluir no
solo a las autoridades y a los sectores económicos, sino también a los
representantes de las organizaciones de la sociedad civil, los sindicatos, las
organizaciones religiosas y los grupos comunitarios. Solo a través de un
proceso inclusivo podremos garantizar que la reforma fiscal refleje las
verdaderas necesidades de la nación y proteja a los ciudadanos más vulnerables.
Compromiso con el Bien Común
8- En este momento crucial, exhortamos
a todos los dominicanos a unirse en un espÃritu de solidaridad y
compromiso con el bien común. Reiteramos la importancia de fortalecer
los ingresos fiscales del Estado, para atender los retos nacionales, pero
creemos firmemente que esto debe hacerse de manera justa y equitativa. Como
lo expresa el Papa Juan Pablo II en Sollicitudo Rei Socialis, “el
desarrollo no puede reducirse a un simple crecimiento económico. Para ser
auténtico, debe ser integral, es decir, promover a todo el hombre y a todos los
hombres” (Sollicitudo Rei Socialis, 33).
9- La Iglesia, en su misión de
acompañar a los pueblos, reafirma su compromiso de estar al lado de los más
desfavorecidos y de abogar por polÃticas públicas que fomenten una sociedad más
justa y solidaria. Exhortamos a nuestras comunidades y a todos los
dominicanos a mantenerse informados y participativos en este proceso, y a
actuar siempre desde el amor al prójimo y el respeto a la dignidad de todas las
personas.
Conclusión
10- Reiteramos nuestra disposición a
colaborar y acompañar a todos los sectores de la sociedad en este
proceso. Confiamos en que el diálogo y la apertura al entendimiento
permitirán encontrar soluciones que promuevan el desarrollo sostenible de la República
Dominicana sin sacrificar la equidad y la justicia social. Nos
encomendamos a Dios y pedimos la intercesión de la Virgen de la
Altagracia, para que ilumine a nuestras autoridades y a todos los dominicanos
en la construcción de un paÃs más justo y solidario.
Dirección de
Comunicación y Prensa
Conferencia del Episcopado
Dominicano (CED).
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