La Iglesia Hoy | Salvatore Cernuzio
En el Sínodo se reza también
por las víctimas de la guerra
«Estamos al
borde de un conflicto cada vez más amplio": con una mirada a la
actualidad, el saludo del secretario general del Sínodo de los obispos abrió la
primera Congregación general de la Asamblea, que comenzó ayer por la tarde en
el Aula Pablo VI ante la presencia del Papa
En primer
lugar, la «bienvenida» a los 368 miembros, procedentes de todo el mundo, que se
reencontraron después de un año en las mesas circulares del Aula Pablo VI.
Luego, inmediatamente, un pensamiento para los hermanos y hermanas oprimidos
por los conflictos. El cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de
los obispos, abrió la primera congregación general de la Asamblea general
ordinaria del Sínodo de los obispos, que comenzó ayer, 2 de octubre, con una
mirada a la actualidad.
Creciente tensión por los conflictos
«Mientras
celebramos esta Asamblea, ¡se están librando guerras en tantas partes del
mundo! Estamos al borde de una ampliación del conflicto», dijo el cardenal
maltés, en la mesa con el Papa, bajo la mirada de una reproducción de la Salus
Populi Romani. «¿Cuántas generaciones tendrán que pasar para que los
pueblos en guerra puedan de nuevo 'sentarse juntos' y dialogar, para construir
juntos un futuro pacífico?».
El don de la paz
A
continuación, los padres y madres sinodales abrazaron a los hermanos y hermanas
presentes en el Aula procedentes de zonas en guerra o de naciones «que ven
violadas las libertades fundamentales de los pueblos». «A través de sus voces
podemos escuchar los gritos y las lágrimas de los que sufren bajo las bombas,
especialmente los niños, que respiran este clima de odio», dijo el cardenal
Grech. «Como creyentes estamos llamados a anhelar y rezar por el precioso don
de la paz para todos los pueblos».
Testimonio creíble
Esta oración
incesante debe combinarse con un «testimonio creíble». Y la propia Asamblea
sinodal es «un testimonio creíble»: «El hecho de que hombres y mujeres se hayan
reunido de todas las partes de la tierra para escuchar al Espíritu escuchándose
unos a otros es un signo de contradicción para el mundo», subrayó el cardenal.
«Una Iglesia sinodal es una propuesta a la sociedad actual» y el discernimiento
es un «puente a través del cual creyentes y no creyentes pueden escucharse y
comprenderse utilizando una gramática común», añade Grech, citando a Umberto
Eco.
No a los cambios estructurales, sino a la escucha
A
continuación, el cardenal se refirió a la misión de la asamblea: «Muchos
piensan que el objetivo del Sínodo es el cambio estructural de la Iglesia, la
reforma. Se trata de «una inquietud» que recorre a toda la Iglesia, pero no
todos tienen «la misma idea de la reforma y de sus prioridades». Más bien,
reiteró Grech, la dimensión de la escucha es fundamental, en el corazón de
todas las etapas del proceso: desde la consulta en las Iglesias locales a la de
las Conferencias episcopales, desde las Asambleas continentales a la sesión del
2023 en torno al Papa.
«Así
enumeradas, las etapas parecen configurar un proceso lineal, en el que el
Pueblo de Dios aparece sólo al principio para dar la ilusión de participar en
un proceso de toma de decisiones que, sin embargo, permanece concentrado en las
manos de unos pocos», observó el cardenal.
«Si éste fuera
el caso, tendrían razón quienes afirman que el proceso sinodal, una vez que ha
pasado a la etapa del discernimiento por parte de los obispos, ha extinguido
toda instancia profética del Pueblo de Dios».
Proceso circular
En realidad,
«el consenso universal procede de la escucha de todos». En cada etapa «hemos
devuelto a las Iglesias el fruto de la escucha». Ha sido, por tanto, un proceso
circular: «El Sínodo es un proceso que compromete a toda la Iglesia y a todos
en la Iglesia, cada uno según su función, su carisma y su ministerio», señaló
el cardenal. «Nos espera un trabajo intenso...». La conclusión no será «una
enunciación teórica, un Documento final, sino la vida concreta de la Iglesia».
Aportaciones de todo el mundo
Al final de su
intervención, que fue recibida con aplausos, el cardenal Grech explicó que
habían llegado a la Secretaría General del Sínodo 108 síntesis nacionales
preparadas por las Conferencias episcopales de todo el mundo. A éstas se
unieron nueve respuestas de las Iglesias orientales católicas, cuatro de las
reuniones de los episcopados, y luego las síntesis de la Usg y la Uisg en
representación de la vida consagrada. «Este rico material, junto con los
comentarios enviados libremente por individuos y grupos, ha constituido la
espina dorsal del Instrumentum Laboris que ahora está en
nuestras manos».
La segunda sesión, no es una repetición de la primera
Y precisamente
sobre los detalles del documento, difundido el pasado 9 de julio, y sobre los
objetivos de esta segunda sesión habló el cardenal Jean-Claude Hollerich,
relator general, en un largo informe que abrió con el deseo de que todos los
presentes se sintieran «bienvenidos».
«Ha sido un
placer volver a encontrarnos, es señal de que la familiaridad y la amistad han
crecido entre nosotros, y que el año pasado no las ha borrado», comenzó. La
segunda sesión, aclaró inmediatamente el cardenal luxemburgués, «no es una
repetición, ni siquiera una mera continuación de la primera».
Si el objetivo
de la asamblea del 2023 era conocerse y «adquirir un mejor conocimiento de las
Iglesias de las que proceden los demás», en esta segunda fase, en cambio, los
miembros del Sínodo están llamados a «centrar» su mirada en «posibles
trayectorias de crecimiento por las que invitar a caminar a las Iglesias».
«El objetivo
es que esas riquezas no se queden encerradas en un cofre, sino que entren en el
circuito del intercambio de dones que alimenta la comunión de la Iglesia en su
conjunto».
En el Instrumentum laboris una
«destilación» de los tres años de camino
El Instrumentum
laboris, en este sentido, ofrece un 'destilado' ('Para los que conocen la
diferencia entre vino y la grapa... destilado', bromeó el cardenal) de lo que
como Iglesia se ha aprendido en estos tres años.
Es un
documento distinto al primero «porque nuestra tarea es diferente»: en el
anterior había muchas preguntas, unas 300; en el segundo Instrumentum,
en cambio, los signos de interrogación aparecen sólo unas diez veces («me tomé
la molestia de contarlas», dijo Hollerich), precisamente para subrayar el hecho
de que ahora ya no hay preguntas sino acciones para ir «en una dirección».
El Instrumentum
laboris, aclaró Hollerich, «no es un borrador del Documento final que
simplemente hay que enmendar, sino la recopilación de los resultados de un
proceso que nos corresponde discernir».
Diálogo y trabajo con los Grupos de Estudio
Por último, el
cardenal luxemburgués señaló los métodos de trabajo y las diferencias con
respecto a la sesión anterior, comenzando por el diálogo con los diez Grupos de
Estudio creados por el Papa en febrero para examinar y profundizar temas
específicos, más otros tres sobre cuestiones concretas.
«Tenemos
compañeros de viaje – subrayó – son nuestros interlocutores». Y en la última
parte de la primera congregación, un representante de cada uno de los Grupos
informó sobre el programa de trabajo de su Grupo para los próximos días y
meses, esbozando reflexiones y temas. Se espera un diálogo continuo entre los
miembros del Sínodo y los de los Grupos: «Al estilo del Sínodo, no seré el
único que hable durante el informe del relator general», comentó Hollerich,
«¡bien por ustedes!».
A
continuación, el relator general del Sínodo enumeró los temas abordados por los
Grupos: el camino ecuménico; las relaciones entre las Iglesias orientales
católicas y la Iglesia latina; el grito de los pobres; el servicio de los
obispos, sacerdotes y diáconos y la relación con el Pueblo de Dios; la
formación para la sinodalidad; el entorno digital; las relaciones entre las
Iglesias locales, la función del instituto sinodal; el servicio de la unidad
que compete al Obispo de Roma; las cuestiones doctrinales, pastorales y éticas
«controvertidas»; los ministerios en la Iglesia y la relación entre carismas y
ministerios.
Mujeres
Sobre este
último punto, el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para
la Doctrina de la Fe, ofreció pinceladas, explicando que entre los temas que se
abordarán están el lugar de la mujer en la Iglesia, los procesos de toma de
decisiones relacionados con el liderazgo comunitario y el diaconado femenino,
teniendo en cuenta que «conocemos la posición pública del Pontífice de que no
considera madura la cuestión».
«La
oportunidad de una profundización sigue abierta, pero en la mens del
Santo Padre, hay otras cuestiones que todavía deben ser exploradas y resueltas
antes de apresurarse a hablar de un posible diaconado para algunas mujeres»,
dijo el cardenal argentino. El riesgo, advirtió, es que «el diaconado se
convierta en un consuelo para algunas mujeres, y se acabe descuidando la
decisión decisiva de la participación en la Iglesia».
El drama de las Iglesias orientales
Antes, el
cardenal Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias
orientales, puso ante los ojos de los presentes «la dramática situación de
estos días: bombas, tanques destruyendo por todas partes y de forma dramática
no sólo personas sino también esperanzas» y afectando a una «categoría pequeña
y frágil» como son las Iglesias orientales católicas en zonas de guerra. «Están
en peligro de desaparecer», denunció el responsable del Dicasterio. «Su pérdida
sería irreparable para la Iglesia».
Por ello, el
grupo de Gugerotti asume la tarea de «pedir a los latinos más fuertes y
organizados que ayuden a estos hermanos nuestros a vivir mejor, sobre todo
después de las fuertes emigraciones de sus tierras de origen». Para algunas
Iglesias, de hecho, «el mayor porcentaje de fieles se encuentra en la diáspora
y no en sus propias tierras, asoladas por las guerras».
El entorno digital
En otra
intervención, la experta Kim Daniels informó sobre el trabajo del grupo
reflexionando sobre la presencia en el entorno digital. Afirmó que «lo digital
es una nueva página de la misión» y habló de la «posibilidad de llegar a los
necesitados y proclamar la Palabra de Dios» en el mundo virtual. Daniels
también hizo hincapié en la importancia de reconectar los encuentros digitales
con los encuentros presenciales y de llevar el testimonio de Jesucristo a todos
los espacios de encuentro.
La cuestión de la poligamia
La primera
congregación se intercaló con la proyección de algunas vídeo-intervenciones,
entre ellas la del cardenal de Kinshasa, Fridolin Ambongo, sobre la difícil
cuestión de la poligamia en muchos países africanos: «Un verdadero desafío
pastoral». «Hay personas que han abrazado la fe cristiana en situación de
poligamia, pero también hay bautizados que viven en poligamia después de su
conversión», señaló Ambongo en el vídeo.
«¿Qué forma de
pastoral es la más adecuada para acompañar a las personas en relaciones
polígamas?» fue la pregunta a partir de la cual desarrollar la acción. A este
respecto, informó Ambongo, el SECAM (Simposio de las Conferencias Episcopales
de África y Madagascar) ha elaborado un plan en cuatro etapas que pretende
profundizar en las formas de este fenómeno, sus motivaciones, la doctrina y la
pastoral para los polígamos.
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