Ecología Integral | Ariana Pernía Paolini
420 mil niños de la Amazonía
en riesgo por la sequía
La prominente
y constante sequía que acaece en la Selva Amazónica desde el 2023, pone en
riesgo el acceso de los niños al goce de sus derechos fundamentales y los
expone a diversas enfermedades e infecciones.
Más de 420 mil niños están en
riesgo de inseguridad alimentaria, falta de acceso a la educación y ausencia de
servicios esenciales de salud, a causa de la sequía sin precedentes que se ha
suscitado por más de un año en la región amazónica.
De acuerdo al más reciente informe
de El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia -Unicef-, las comunidades
que habitan a las orillas de los ríos, lagos y arroyos de la Selva Amazónica,
se encuentran gravemente afectadas por la escasez de agua, dado que, “las
familias dependen de los ríos para transportar y acceder a alimentos, agua,
combustible y suministros médicos básicos, así como para desplazarse a las
escuelas”.
En tal sentido, escuelas de las
comunidades ribereñas de Colombia, Brasil y Perú, se han visto obligadas a
suspender las actividades académicas a causa de los bajos niveles de agua; a
este respecto, Unicef asegura que “solo en la región amazónica de Brasil, más
de 1.700 escuelas y 760 centros de salud han cerrado sus puertas o han quedado
inaccesibles debido a los bajos niveles de agua”.
En cuanto a la Amazonía colombiana,
la organización informa que el nivel de los ríos ha descendido hasta el 80 % y,
con ello, “ha limitado el acceso al agua potable y el suministro de alimentos y
ha provocado la suspensión de las clases presenciales en más de 130 escuelas”;
del mismo modo, en Perú, más de “50 centros de salud han quedado inaccesibles”.
Las condiciones precarias que causan
la sequía aumentan el riesgo de los infantes a ser reclutados por grupos
armados irregulares, así como les deja propensos a numerosas enfermedades,
infecciones respiratorias y, además, los expone a la inseguridad alimentaria,
la cual, según Unicef, “incrementa el riesgo de desnutrición, el retraso del
crecimiento, la emaciación -forma de malnutrición inmediata y mortal- e incluso
la muerte, especialmente entre los niños y niñas de menos de cinco años”.
Cambio climático, la principal causa
El río Amazonas alcanzó, el año
pasado, sus niveles más bajos en los últimos 120 años, a causa del cambio
climático. Las altas tasas de deforestación provocaron la reducción de las
lluvias e impidieron que los árboles y el suelo retengan la humedad; esta
situación, incrementó la sequía y expuso a la selva a la destrucción de la
biodiversidad, a los incendios forestales y a muchos otros fenómenos nocivos
para el medioambiente.
La disminución de la resistencia de
la selva a las sequías, deforestación, llamas, mengua, del mismo modo, la
calidad de vida de los pueblos que habitan en las zonas ribereñas; dificultan
el acceso de las comunidades a sus derechos fundamentales, como el derecho a la
alimentación y a la educación.
De acuerdo a un estudio de World
Weather Attribution, citado por The New York Times, «la quema de combustibles
fósiles le dio la calificación de “excepcional” -a la sequía-, la categoría más
alta en el sistema de clasificación del Monitor de Sequía de los Estados
Unidos».
A este respecto, el estudio
evidencia que el calentamiento global, causado por la acción humana, acelera la
devastación de la Amazonía, por tanto, “a medida que sigan aumentando las
emisiones globales de gases de efecto invernadero, el mundo sufrirá más sequías
extremas”.
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