La Familia
El primer
contacto con la pornografía se da entre los 9 y 11 años, revela estudio
La exposición temprana a la
pornografía afecta negativamente el desarrollo emocional y académico de los
menores. Según investigaciones realizadas por el Área
educativa de Colegios CEU de España, la pornografía impacta en las funciones
ejecutivas del cerebro, que son clave para la toma de decisiones, el
control de los impulsos y el comportamiento.
Además, este hábito puede alterar la atención, la
memoria y la calidad del sueño, lo que puede generar fatiga, falta de
concentración y un bajo rendimiento escolar. A largo plazo, también puede
causar problemas en las relaciones afectivas y sexuales.
Según el estudio, España ocupa el 12º lugar a
nivel mundial en consumo de pornografía, y la edad promedio del primer
contacto con estos contenidos se sitúa entre los 9 y 11 años. En
cuanto al primer contacto con este tipo de contenidos, los datos muestran que hasta
un 70% de los adolescentes tiene sus primeros contactos de forma accidental.
Guía para
familias ante la realidad de la pornografía
Basados en esta problemática, el Área educativa de Colegios CEU, en colaboración con el psicólogo y sexólogo experto en pornografía y dedicado desde hace varios años a la formación de adolescentes sobre esta temática, Alejandro Villena Moya, ha publicado una ‘Guía para familias ante la realidad de la pornografía’, la cual ofrece herramientas prácticas para ayudar a los padres a abordar este problema cada vez más presente en la vida de los jóvenes.
El documento ofrece algunos consejos para abordar
una conversación sobre pornografía con adolescentes, destacando la importancia
de pararse para la conversación, intentando ponerse en su lugar. «Puede ayudar
pensar en cómo te gustaría que abordaran el tema contigo», señala.
La guía incide en la importancia de no perder de
vista lo importante, la persona: «El problema no es el adolescente, es la
pornografía, por lo que se deben controlar reacciones automáticas de sorpresa,
asco o enfado».
Antes de responder, añade, es necesario escuchar
y preguntar, para lograr encontrar el origen de la situación. Puede ayudar
saber dónde ha aprendido o ha sacado esas ideas.
Los adolescentes que consumen pornografía con
frecuencia tienden a desarrollar una desconexión emocional, lo que perjudica
sus relaciones y fomenta una visión distorsionada de la sexualidad. Esto puede
aumentar el riesgo de involucrarse en conductas sexuales peligrosas y favorecer
actitudes violentas hacia las parejas.
Señales de
alerta para las familias
El manual proporciona indicadores clave para que
las familias puedan identificar posibles signos de alerta en los adolescentes.
Cambios en el estado de ánimo, bajo rendimiento escolar, problemas de sueño,
lenguaje sexualizado y un uso excesivo del móvil pueden ser señales de que un
joven está haciendo un uso inadecuado de la pornografía.
Además, la guía ofrece estrategias para iniciar
conversaciones sobre este tema con los hijos, destacando la importancia de
crear un ambiente de confianza y diálogo, adaptado a la edad y madurez del
adolescente.
La ‘Guía para las familias ante la realidad de la pornografía’ está disponible en formato digital y se distribuirá en los colegios CEU de toda España, reforzando el compromiso del CEU con la educación y el bienestar emocional de los jóvenes.
Con información de infobae y
religion.elconfidencialdigital
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