La Familia | LFI
Carta de
una adolescente a su mamá
En ocasiones, las palabras se vuelven el mejor
refugio para expresar aquello que sentimos y no siempre sabemos cómo decir. En
esta carta cargada de amor y sinceridad, una adolescente comparte
un mensaje profundo y emotivo para su madre, reconociendo el valor de su
entrega incondicional, su fortaleza y el amor que siempre ha sido el refugio
más seguro.
***
Mamá,
Sé que no estamos pasando por el mejor momento. Y
aunque me duele, y a veces no sé bien cómo acercarme, tampoco podía dejar pasar
este día sin decirte algo. Porque eres mi mamá. Y por mucho que haya silencios
o enredos entre nosotras, hay una verdad que no cambia: te amo. Y te amo desde
ese lugar más puro y profundo que uno solo puede sentir por quien ha sido su
raíz.
A veces pienso en cómo fue para ti ser mamá tan
joven. Qué susto, qué salto, qué vida completamente distinta empezó para ti ese
día que nací. Y sin embargo, te quedaste. Apostaste por mí. Me diste lo mejor
que tenías. Me diste amor, cuidado, abrigo… y un millón de cosas más que
probablemente ni tú misma sabías que sabías dar. Me criaste aprendiendo sobre
la marcha, creciendo tú también, acompañándome en cada etapa, incluso en las
que yo no supe cómo devolverte todo lo que merecías.
Desde chiquita, siempre fuiste mi lugar seguro.
Mi mejor amiga sin necesidad de llamarte así. Esa que sabía leerme los ojos,
que entendía cuándo no quería hablar, que me defendía con uñas y dientes,
aunque el mundo estuviera en contra. Esa que me peinaba con paciencia, aunque
yo me quejara. La que me enseñó a ser fuerte sin dejar de ser tierna. La que me
impulsó cuando me daba miedo todo.
Y es que en serio… te amo. Te amo por todas las
veces que te aguantaste el cansancio para cumplir con todo. Por las veces que
fuiste al colegio sin ganas, que cocinaste sin hambre, que sonreíste sin estar
bien. Por las veces que diste sin que nadie lo notara. Por cada cosa que
hiciste en silencio, solo porque sí, porque eras mamá, porque eras tú.
Yo sé que no siempre lo demuestro. Sé que a veces
soy difícil, que me cierro, que me alejo. Pero eso no significa que no te ame
con locura. No significa que no me importes. Es solo que estoy creciendo,
entendiendo cosas, tratando de encontrarme… y a veces me pierdo en el intento.
Pero en medio de todo eso, te tengo presente. Mucho más de lo que crees. Mucho
más de lo que te digo.
Gracias por acompañarme. Por nunca soltarme. Por
estar incluso cuando no sabías cómo hacerlo. Por intentar. Por sostenerme en
momentos en los que ni yo sabía qué necesitaba. Gracias por ser tú. Por tener
carácter, por ser valiente, por haberme enseñado que el amor de verdad no
siempre es perfecto, pero sí es constante. Y tú lo has sido. Constante.
Incondicional. Gigante.
Te amo por cada detalle pequeño, por cada gesto
grande, por las veces que discutimos y aún así me seguiste preparando el
desayuno. Te amo por la paciencia, por la exigencia que muchas veces no
entendí, por la forma en la que siempre me has querido más de lo que puedes
explicar. Te amo por las veces que fuiste mamá y mejor amiga al mismo tiempo.
Por las veces que fuiste escudo. Por las veces que fuiste espejo.
Este Día
de las Madres quiero que sientas que
todo lo que has hecho no ha sido en vano. Que cada esfuerzo tuyo vive en mí.
Que tu voz está en mi memoria, que tu forma de amar me marcó, que tu fuerza me
inspira. Quiero que sientas que sí has sido suficiente. Más que suficiente. Que
sí has sido luz, apoyo, hombro. Que sí has sido mamá con todas las letras.
Yo no sé cómo van a ser los días que vienen. Pero
lo que sí sé es que te amo. Que voy a seguir aprendiendo a demostrarlo mejor.
Que quiero que estemos bien, que podamos hablarnos, reírnos, abrazarnos como
antes. Porque más allá de todo, tú eres parte esencial de lo que soy. Tú eres
mi mamá. Y eso no lo cambia ni el tiempo, ni los enredos, ni nada.
Feliz Día, má. Que hoy te sientas celebrada de
verdad, no solo por ser mamá, sino por ser tú. Por lo que has dado, por lo que
has construido, por lo que eres. Yo estoy aquí. Siempre lo voy a estar. Y
aunque a veces no sepa cómo decírtelo, nunca dejes de saberlo: te amo con todo
lo que tengo, con todo lo que soy, con todo lo que me diste.
Con el corazón en la mano,
Tu
hija
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...