Solidaridad | Guadalupe De Lora
Desde el corazón de una madre,
ante una tragedia sin precedentes
Ser
madre es, ser luz y amor
Ser Madre es, decir un sí rotundo a la vida.
Es apostar al amor, la libertad y lo
posible.
Es sembrar y cultivar sueños
alcanzables,
despertando en gratitud, por cada nuevo
día.
Ser Madre es, elevar un canto de
alabanza,
albergando promesas, allanando caminos.
Esperando paciente, lo que habla el
destino,
y apoyar cada paso, que lleva a la
esperanza.
Ser Madre es, la fiera que protege sus
críos,
la mansa oveja que dona su ternura.
Ser la tenue luz de las noches oscuras,
y las profundas aguas de un apacible río.
Ser Madre es presencia, remota o cercana.
que escucha, que siente y que calla.
Que llora y perdona en el fondo del
alma,
cuya fuente de amor nada lo avasalla.
Ser Madre es amor y perdón, es razón y
caricia.
Es brazo que sostiene, es llama que no
apaga.
Es la voz que resuena y que nos vuelve
a la infancia,
despertando a la tierra, sus frutos y
el mañana.
Con los versos de este sencillo poema,
como madre quiero continuar diciéndole sí a la vida, al camino, a la luz y a la
esperanza, a pesar de las noches oscuras y hechos inesperados, como el que ha
vivido nuestro país, que llegan para arrebatarnos los sueños, la confianza y la
paz.
De frente a la reciente tragedia
ocurrida el pasado 8 de abril y que ha enlutado un gran número de las familias
de nuestro país, con la pérdida de cientos de vidas humanas, no quiero dejar
pasar la oportunidad de este mes, en que celebramos
la vida y la memoria de las madres dominicanas, para dejar un mensaje de
solidaridad y consuelo que nos despierte a la responsabilidad y a la
sensatez, para cambiar muchas de las oscuras realidades que vivimos y seguir
avanzando hacia la luz y la esperanza, de que estas vidas no se han ido en
vano.
Más que un luto nacional, este
acontecimiento deberá convertirse en un clamor compartido, que de manera
organizada y de pie ante un nuevo orden, nos lleve a retomar la
reestructuración y responsabilidad de los organismos responsables del manejo de
las normativas y reglamentaciones de construcción, supervisión y calidad de las
edificaciones públicas y privadas.
En manos de muchos otros sectores, como
las instituciones de financiamiento que deben garantizar las inversiones de
lugar y demás organizaciones, en cuyas manos recae la responsabilidad del
planeamiento y desarrollo urbano, la legalidad y la vida útil de muchas edificaciones,
hay una gran tarea que no debe postergarse, para evitar tragedias de la magnitud
de la ocurrida, y que tantas madres no tengan que lamentar la muerte de sus
hijos, hermanos y familias completas.
Nos unimos al dolor de las madres que
han perdido sus hijos e hijas en una tragedia sin precedentes, y pedimos al
Señor que aquellos hijos que han quedado en la orfandad confíen en que la luz y
el amor de las madres, siempre los estará acompañando y fortaleciendo sus
caminos.
En el corazón traspasado de la Bienaventurada Virgen María, como Madre de
los Afligidos, ponemos los dolores de las familias dominicanas, por el
lamentable suceso del Jet Set, para que, en sus brazos amorosos, alcancen el
consuelo y la fortaleza ante las irreparables pérdidas de tantas vidas humanas.
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