Vida Religiosa | Alessandro Di Bussolo
Sandri a los cardenales:
Recordemos que “reinar es servir”, como lo hizo Francisco
La tarde de
este 30 de abril, en la Basílica de San Pedro, el Cardenal Vicedecano del
Colegio Cardenalicio ha presidido la quinta Misa de los Novendiales en sufragio
del Papa Francisco, con la participación de la Capilla Papal, reservada
exclusivamente a los cardenales.
El sueño de Dios para su Iglesia,
expresado varias veces por el Papa Francisco, está en el encuentro y el diálogo
entre las generaciones, entre los sueños de los ancianos y la energía y la
visión de los jóvenes, porque “no hay crecimiento sin raíces y no hay floración
sin nuevos brotes”. Y el difunto Pontífice deja también esta palabra al Colegio
Cardenalicio, «formado por jóvenes y ancianos, en el que todos puedan dejarse
enseñar por Dios, intuir el sueño que Él tiene para su Iglesia y tratar de
realizarlo con entusiasmo joven y renovado». Así lo afirmó el cardenal Leonardo
Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio, en la homilía de la quinta Misa de
los Novendiali en sufragio por el Papa Francisco, presidida
esta tarde en la Basílica de San Pedro.
El deber de permanecer siempre como servidores
En la celebración dedicada al
Colegio Cardenalicio, reunidos estos días en las congregaciones que preceden al
Cónclave, el purpurado ítalo-argentino se detiene en la necesidad de permanecer
siempre diáconos, es decir, servidores, que deriva de la púrpura y del título
de Servus Servorum Dei que la tradición atribuye al Obispo de
Roma.
“El Papa
Francisco lo vivió eligiendo diferentes lugares de sufrimiento y de soledad
para realizar el lavatorio de los pies durante la Santa Misa in Coena Domini,
pero también arrodillándose y besando los pies de los líderes de Sudán del Sur,
implorando el don de la paz”.
Con el mismo estilo, «considerado
escandaloso por muchos, pero fuertemente evangélico», con el que san Pablo VI,
recuerda Sandri, el 4 de diciembre de hace cincuenta años en la Capilla
Sixtina, se arrodilló para besar los pies de Melitón, metropolitano de
Calcedonia.
La visita del Papa a la Basílica antes de la Vigilia Pascual
El vicedecano del Colegio
Cardenalicio abre su homilía subrayando que es a partir de la experiencia
pascual de Cristo que «encuentra sentido el ministerio del Sucesor de Pedro,
llamado en todo tiempo a vivir las palabras» de Jesús al primero de los apóstoles,
recién escuchadas en el Evangelio de Lucas: «Y tú, una vez convertido, confirma
a tus hermanos». Del Papa difunto, sin ocultar su emoción, recuerda la visita a
la Basílica poco antes de la Vigilia Pascual, y explica que idealmente, en
los Novendiali, el Sucesor de Pedro "nos convoca para
confirmarnos", porque "renovamos nuestra profesión de fe en la
resurrección de la carne, en el perdón de los pecados, incluso los de un hombre
convertido en Pontífice, y en la renovación de la conciencia de que la unidad
de la historia de cada persona está en las manos de Dios".
Siervos en la Curia y en las diócesis de todo el mundo
El cardenal Sandri reitera que en
la celebración de los Novendiali los cardenales confían al
Señor "aquel del cual fueron los primeros colaboradores y consejeros"
en la Curia romana como en las diócesis de todo el mundo. Pero también que cada
uno lleve “el pueblo por el cual, y con el cual está llamado a vivir su
servicio”, desde Tonga “con las islas del Pacífico hasta las estepas de
Mongolia” hasta el lugar de donde vino el anuncio de la salvación, Jerusalén, y
toda la nueva geografía de los Consistorios convocados por el Papa Francisco.
Lugares en los que “como sucesores de los Apóstoles estamos llamados cada día a
recordar y vivir con la conciencia de que “reinar es servir”, como el Maestro y
Señor, que está entre nosotros como el que sirve”. Aunque divididos en tres
órdenes: “obispos, presbíteros y diáconos”, todos nosotros, recuerda el
vicedecano, “estamos sin embargo llamados a servir, testimoniando el
Evangelio usque ad effusionem sanguinis”, ofreciéndonos
“colegiadamente y como individuos, como primeros colaboradores del Sucesor del
bienaventurado apóstol Pedro”.
La Iglesia y su camino con un nuevo Pastor
Elogiando luego la primera lectura,
del Libro de los Hechos de los Apóstoles, y el primer discurso del apóstol
Pedro, fuera del Cenáculo, en Pentecostés poco después, el cardenal
ítalo-argentino recuerda que después de la Pascua, viene "la espera del
Espíritu en Pentecostés, con la plenitud del don del Espíritu, el inicio de la
Iglesia".
“Estamos
viviendo el paso entre la conclusión de la vida del Sucesor de Pedro, el Papa
Francisco, y el cumplimiento de la promesa para que con la nueva efusión del
Espíritu la Iglesia de Cristo pueda continuar su camino entre los hombres con
un nuevo Pastor”.
La profecía del encuentro y diálogo entre generaciones
Pero ¿qué profecía se cumple en
Pentecostés?, se pregunta el cardenal Sandri. Aquella “tan querida y tan
citada” por Francisco, contenida en el tercer capítulo de Joel: “Derramaré mi
Espíritu sobre todos, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros
jóvenes verán visiones, vuestros ancianos soñarán sueños… Quien invoque el
nombre del Señor se salvará”.
“A nuestro
querido Santo Padre le encantaba repetirlo para hablar del encuentro y del
diálogo entre las generaciones, de la necesidad de que los ancianos cuenten sus
sueños a los jóvenes, y al mismo tiempo que estos últimos, con su energía y su
visión, sepan traducirlos en realidad con la ayuda de Dios”.
El vicedecano del Colegio
Cardenalicio cita las palabras del Papa Francisco: «No hay futuro sin este
encuentro entre ancianos y jóvenes; no hay crecimiento sin raíces, ni
florecimiento sin nuevos brotes. Nunca profecía sin memoria, nunca memoria sin
profecía; y siempre encuentro».
La visión del Año Santo de la Redención, en 2023
Finalmente, recuerda la visión
indicada por el Papa a su regreso a la casa del Padre en la Bula de Invocación
del Jubileo, un sueño «para el que ya debemos prepararnos y que será confiado
al nuevo Pontífice». Año Santo 2033, por los dos mil años de la Redención
realizada mediante la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús. Un camino
marcado por grandes etapas, subraya, durante el cual «espiritualmente todos nos
convertiremos en peregrinos por los caminos de Tierra Santa, en Jerusalén»,
para anunciar al mundo desde el Santo Sepulcro, «esperando poder hacerlo con
todos los hermanos y hermanas que un único bautismo ha consagrado», que «¡El
Señor ha resucitado verdaderamente y se ha aparecido a Simón!».
Oración por el Papa Francisco
Al comienzo de la liturgia, el
cardenal Sandri oró al Señor para que acoja a su siervo, el Papa Francisco, en
su reino y “le conceda la alegría de contemplar eternamente los misterios de la
gracia y de la misericordia que él dispensó fielmente a su pueblo en la
tierra”.
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