Testigos de la Fe | Isabella H. de Carvalho
Parolin: "Padre Pío, un
santo moderno. Con él recemos por la paz"
El secretario
de Estado celebró el martes 23, una misa en la iglesia romana de San Salvatore
in Lauro con motivo de la memoria litúrgica de San Pío de Pietrelcina.
“Recordando su frase: la oración es la mejor arma que tenemos, recemos sobre
todo por la paz”. Este santo, añadió el purpurado, nos enseña a “redescubrir el
valor de la espiritualidad de la cruz”, especialmente en este “Año jubilar bajo
el signo de la esperanza que no defrauda”.
Padre Pío de
Pietrelcina es “un santo de nuestro tiempo”, un santo “moderno”, una figura
“singular” y “amada por los pueblos de muchos países”, que deja una importante
herencia espiritual para el mundo actual. Y “recordando su frase: la
oración es la mejor arma que tenemos, recemos sobre todo por la paz”. Así
lo expresó el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, al recordar al
célebre fraile capuchino durante la misa por su memoria litúrgica, celebrada el,
martes 23 de septiembre, en la iglesia de San Salvatore in Lauro, en Roma.
El templo, que
alberga un santuario con reliquias del fraile que llevaba los estigmas, estaba
lleno de fieles. A pesar de la lluvia, los participantes también ocuparon la
plaza exterior, equipada con sillas y altavoces para seguir la celebración.
Entre los presentes se encontraban numerosos representantes de la Protección
Civil italiana, de la cual el religioso franciscano es patrono. Un santo que
enseña cómo “nuestro tiempo necesita redescubrir el valor de la espiritualidad
de la cruz para abrir el corazón”, destacó Parolin, sobre todo en este “Año
jubilar bajo el signo de la esperanza que no defrauda”.
El sufrimiento y la oración
Durante la
misa, el secretario de Estado subrayó tres aspectos de la santidad de Padre
Pío: el sufrimiento, la oración y los fenómenos espirituales. Citando la homilía de san Juan
Pablo II en la canonización del 2002, el cardenal resaltó la actualidad
de la “espiritualidad de la cruz vivida por el humilde capuchino” y cómo de él
se puede aprender “el valor salvífico del sufrimiento”.
Este santo
comprendía “el estrecho vínculo entre sufrimiento y amor”, y ofrecía sus
dolores físicos y espirituales por la salvación de las almas. Para Parolin, el
fraile de San Giovanni Rotondo es también un modelo de oración, porque
demuestra cómo ésta “es la llave que abre el corazón a Dios”. Era además un
“hombre muy concreto, que sabía medir tiempos y modos de la oración”, dando
incluso “consejos prácticos” como el de no continuar “cuando el espíritu y la
mente no se prestan”. “No es exagerado decir que Padre Pío ocupa un lugar de
gran importancia entre los grandes orantes de la espiritualidad cristiana”,
comentó el cardenal.
Un santo que
revela la riqueza del Evangelio
Finalmente, el
secretario de Estado destacó los fenómenos espirituales del fraile capuchino,
como las visiones, los estigmas o la bilocación. Aunque despertaron
“incomprensiones” en muchos, Parolin recordó que San Pío “los aceptó con
humilde obediencia, convencido profundamente de que Dios, a su tiempo, haría
triunfar la verdad”, como así ocurrió cuando la Iglesia lo canonizó.
En la vida de
los santos, añadió, “se revela la riqueza del Evangelio. Ellos son la huella
luminosa de Dios, que Él mismo ha trazado a lo largo de la historia y sigue
trazando. Así fue Padre Pío”, concluyó el cardenal.
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