Reflexión | P. Ciprián Hilario, msc
Vivir con fe, servicio
y compasión
(Homilía martes 16 de
septiembre 2025)
Queridos hermanos y hermanas, las
lecturas de hoy nos invitan a reflexionar sobre cómo vivir nuestra fe de manera
auténtica, sirviendo a Dios y a los demás con un corazón lleno de compasión y
responsabilidad. Desde 1 Timoteo, el Salmo 100 y el Evangelio de Lucas,
encontramos una guía clara para nuestra vida diaria. Vamos a descubrir siete
elementos que estas lecturas nos ofrecen para crecer como cristianos.
1. Aspirar a servir con responsabilidad
(1 Timoteo 3,1-13)
San Pablo nos habla de las cualidades
de los obispos y diáconos, pero su mensaje no se limita a los líderes de la
Iglesia. Nos recuerda que todo aquel que aspire a servir a Dios debe hacerlo
con un corazón recto, una vida ejemplar y un compromiso firme. Ser responsable
en nuestra vocación, ya sea en la familia, el trabajo o la comunidad, significa
vivir con integridad, siendo sobrios, hospitalarios y capaces de enseñar con
nuestro ejemplo. Preguntémonos: ¿Cómo estoy sirviendo a los demás en mi vida
diaria? ¿Reflejo a Cristo en mis acciones?
2. Vivir con irreprochabilidad (1
Timoteo 3,1-13)
Pablo insiste en que los servidores de
la Iglesia deben ser "irreprensibles". Esto no significa ser
perfectos, sino esforzarnos por vivir de manera coherente con nuestra fe. En un
mundo lleno de contradicciones, nuestra vida debe ser un testimonio creíble de
los valores del Evangelio. Esto nos desafía a revisar nuestras actitudes,
palabras y decisiones para que sean un reflejo de nuestra fe en Cristo.
3. Servir a Dios con alegría (Salmo 100,1-2)
El Salmo 100 nos invita a "servir
al Señor con alegría" y a acercarnos a Él con cánticos. La alegría no
es solo un sentimiento, sino una actitud que brota de saber que somos hijos de
Dios. Incluso en las dificultades, podemos encontrar gozo al recordar que Dios
es nuestro creador y pastor. Llevar esta alegría a nuestra vida diaria
transforma nuestras relaciones y nos ayuda a enfrentar los retos con esperanza.
4. Reconocer que somos de Dios (Salmo
100,3)
El salmo nos dice: "Sepan que
el Señor es Dios, él nos hizo y somos suyos". Este reconocimiento nos
da un sentido de pertenencia y propósito. No estamos solos; somos parte del
pueblo de Dios, su rebaño. Este elemento nos invita a vivir con humildad,
sabiendo que nuestra vida pertenece a Dios y que Él nos guía con amor.
5. Confiar en la bondad y misericordia
de Dios (Salmo 100,5)
El Salmo 100 proclama que "el
Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad dura por
generaciones". Este es un recordatorio de que Dios nunca nos abandona.
En los momentos de duda o dificultad, podemos aferrarnos a esta verdad: Su amor
es constante. Este elemento nos anima a vivir con confianza, sabiendo que Dios
siempre está con nosotros.
6. Practicar la compasión como Jesús
(Lucas 7,11-17)
En el Evangelio, vemos a Jesús
resucitando al hijo de la viuda de Naín. Lo que mueve a Jesús no es solo su
poder, sino su compasión: "Se compadeció de ella y le dijo: ‘No
llores’". Este acto nos enseña que la fe no es solo creer, sino actuar
con amor hacia los que sufren. En nuestra vida, podemos imitar a Jesús siendo
sensibles al dolor de los demás, ofreciendo consuelo, ayuda o simplemente
nuestra presencia.
7. Proclamar la grandeza de Dios (Lucas
7,11-17)
Tras el milagro, la multitud glorifica
a Dios, diciendo: "Un gran profeta ha surgido entre nosotros".
Este elemento nos llama a ser testigos de las obras de Dios en nuestra vida.
Cuando experimentamos su amor, su misericordia o su poder, estamos invitados a
compartirlo con los demás, no para vanagloriarnos, sino para que otros también
encuentren esperanza en Él.
Conclusión
Hermanos, estas lecturas nos dan un
mapa para vivir como verdaderos discípulos de Cristo: sirviendo con
responsabilidad, viviendo con integridad, alegrándonos en Dios, reconociendo
que le pertenecemos, confiando en su misericordia, practicando la compasión y
proclamando su grandeza. Que estas siete lecciones nos inspiren a caminar con
fe, amor y compromiso en nuestra vida diaria. Pidamos al Señor la gracia de
ponerlas en práctica, para que nuestra vida sea un reflejo de su amor. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...