La Escuela Económica | Esteban Delgado (@estebandelgadoq)
Tarjeta de crédito: fácil de emitir y
difícil de cancelar
Generalmente,
cuando una persona adquiere un empleo formal o tiene un negocio que implica
movimientos constantes de dinero en su cuenta bancaria, de inmediato recibe
llamadas de entidades financieras para ofrecerles una tarjeta de crédito.
Siempre la oferta
suena bonita, con montos límites elevados, en moneda nacional y extranjera, con
doble saldo, facilidad de descuentos en algunos establecimientos y, sobre todo,
la “emisión” gratis, incluso, con servicio a domicilio, es decir, que ni siquiera
hay que ir al banco a buscarla.
El problema está
cuando usted decide cancelar la tarjeta por una razón u otra. Ahí se la ponen
difícil, pues debe hacer una serie de comprobaciones sobre saldo total,
verificación de consumos dentro o no de la fecha de corte y, sobre todo, ir de
manera “presencial” al banco donde puede tardar más de una hora de espera en el
área de “servicios” y otra hora más en el proceso de cancelación.
Cuando mencioné
la emisión gratis puse la palabra entre comillas para recordar que ese es un
gancho interesante, pues el cliente tiende a confundir emisión con renovación.
Entonces, si te la emiten sin cargo por emisión, no quiere decir que no habrá
cargo por “renovación”, que es lo que te aplicarán cada año al vencimiento de
la vigencia de la tarjeta.
Entonces, si para
la emisión de una tarjeta de crédito el banco se la pone tan fácil al cliente
¿por qué se la pone tan difícil en caso de que el cliente decida cancelarla? La
Superintendencia de Bancos (SB) anunció recientemente que se dio un plazo a las
entidades financieras para que establezcan los mecanismos mediante los cuales
el cliente pueda cancelar la tarjeta sin necesidad de ir de manera presencial.
Sin embargo, eso
todavía no se aplica. Uno se pregunta: ¿para qué el plazo?, pues si los bancos
tienen el mecanismo para la emisión inmediata y a domicilio, pueden usar esos
mismos mecanismos para la cancelación.
En todo caso, la
SB, a través de ProUsuario, explica los pasos previos a tomar en cuenta a la
hora de cancelar una tarjeta de crédito. Primero, indica ProUsuario, confirme
que el balance de su tarjeta esté en cero, además de haber cancelado
oportunamente suscripciones y pagos programados.
También debe
tener en cuenta los cargos propios del producto, que hayan sido debidamente
identificados al momento de la contratación, como renovación anual, pago de
seguros contratados y otros. Debe revisar su contrato, buscar el detalle de los
cargos y fechas de pago que aplican en su caso y verificar eso bien con la
entidad.
Una vez hechas
todas esas depuraciones, puede acudir a una sucursal de la entidad en cuestión
para realizar la solicitud de cancelación de su tarjeta. “Los canales y
procesos para realizar una solicitud de cancelación de tarjeta pueden variar
según el tipo de entidad, por lo que, para estos fines, te recomendamos
consultar directamente en la entidad los requerimientos para realizar tu
solicitud”, indica ProUsuario.
No olvide
solicitar el comprobante del requerimiento de cancelación, en el que se indique
el tiempo de procesamiento. Luego de esto, corresponde esperar la revisión y
confirmación de la entidad.
Debe tomar en
cuenta que romper o cortar el plástico no impide que se generen cargos, ya que
los términos y condiciones acordados en su contrato continúan vigentes hasta
que se procese la cancelación formal de la tarjeta “ante la entidad”, no a
domicilio como cuando se la emitieron.
Una vez que se
completa la solicitud de cancelación de producto, la entidad financiera no debe
aprobar nuevos consumos, así como tampoco aplicar cargos o comisiones
adicionales.
Si ha cumplido
con los requerimientos necesarios y su solicitud de cancelación no es
ejecutada, puede realizar una reclamación a la entidad y si no le resuelven,
puede canalizar esa reclamación hacia ProUsuario.
Con relación al
cargo por renovación, se cobra anualmente por el prorrateo del costo total,
siempre y cuando lo haya contratado de esa manera con tu entidad financiera. El
cargo por renovación se cobra a partir del vencimiento del plástico, no antes,
lo que indica que no es cierto que la primera emisión es gratis; lo que pasa es
que se cobra al término de la vigencia cada año.
El cargo por
protección y pérdida sí tiene un costo anual, y cuando la tarjeta es con doble
saldo, el cargo por protección podría ser establecido sobre cada saldo de
manera independiente.


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