Entrevista | Devin Watkins
Nuevo arzobispo de Nueva
York: La Iglesia lleve la paz y la sanación de Dios al mundo
Monseñor
Ronald Hicks, nombrado hoy por León XIV, expresa su gratitud al Papa por
haberlo elegido para un cargo que desea afrontar «con corazón de pastor»,
buscando formas de construir la unidad y la colaboración entre las personas y
subrayando el compromiso contra los abusos, para la prevención y el apoyo a los
sobrevivientes.
Ayudar a la Iglesia a llevar al
mundo la luz de Dios, su paz, su amor, superando las divisiones y promoviendo
la unidad: estos son los principales objetivos que se propone para su nueva
misión monseñor Ronald A. Hicks, nombrado hoy por el Papa nuevo arzobispo de Nueva York. En una
entrevista con los medios de comunicación vaticanos, el prelado ilustra sus
prioridades pastorales para la archidiócesis metropolitana de Nueva York.
Monseñor
Hicks, el Papa León acaba de nombrarlo nuevo arzobispo de Nueva York, donde
sustituirá al cardenal Timothy Michael Dolan. Al trasladarse desde la diócesis
de Joliet, ¿cuáles cree que serán sus prioridades pastorales como pastor de una
de las diócesis más grandes de Estados Unidos?
En primer lugar, este nombramiento
proviene del Papa León. Siento una gran afinidad y mucho respeto por él. Estoy
muy agradecido a Dios porque él es nuestro Santo Padre. Y como me ha asignado a
Nueva York, me siento honrado, emocionado, obediente. No quiero hacer otra cosa
que la voluntad de Dios, y de cualquier manera que Dios me lleve a convertirme
en líder en Nueva York, quiero seguirlo y poner toda mi mente, mi corazón y mi
alma en ello. En cuanto a su pregunta, mi deseo es vivir esta misión con corazón
de pastor. Por usar una frase del Papa Francisco: tener «olor a oveja» y estar
con la gente. Me gusta la gente. Espero con ilusión conocerla y tratarla. Y
estoy deseando vivir simplemente nuestra fe, hacerla crecer y compartir con
todos el amor de Dios.
El Papa nombra a Ronald Hicks nuevo
arzobispo de Nueva York
Nacido en Chicago, hasta ahora
obispo de la diócesis de Joliet en Illinois, sucede al cardenal Timothy Dolan
Durante varios
años, usted ayudó al cardenal Cupich a dirigir la arquidiócesis de Chicago como
vicario general y obispo auxiliar. En su opinión, ¿qué aspectos de esa
experiencia le prepararon para su nuevo ministerio?
Tuve la bendición de trabajar
durante seis años con el cardenal Cupich en la arquidiócesis de Chicago antes
de ser nombrado en Joliet, donde he sido ordinario durante los últimos cinco
años. Durante ese tiempo trabajé con él y con muchas personas competentes. Así
adquirí algunas habilidades básicas relacionadas con la gobernanza, la
administración y también con cómo establecer prioridades y mantener la misión
de la Iglesia en el centro. Creo que probablemente esta sea una de las cosas
más importantes que he aprendido. Creo que a veces podemos distraernos. Lo que
he visto y aprendido trabajando en Chicago como vicario general es mantener la
mirada fija en Dios, en cuál es la voluntad de Dios y cuál es la misión de la
Iglesia, así como en cómo estamos llamados a vivirla e invitar a otras personas
a hacerlo. Y a no distraernos mientras intentamos hacerlo.
La arquidiócesis
de Nueva York anunció el pasado fin de semana un fondo de 300 millones de
dólares para indemnizar a los sobrevivientes de abusos sexuales por parte de
clérigos. ¿Qué aspectos de su experiencia influirán en su atención a las
personas que han sufrido abusos?
Siendo de Chicago, hace más de
treinta años vi al cardenal Joseph Louis Bernadin comenzar a establecer
protocolos y procedimientos para prevenir los abusos, proteger a los niños y
ayudar a los sobrevivientes. Creciendo en ese ambiente, comprendí que es algo
que debemos tomar muy en serio como Iglesia. Trabajando en Chicago y en Joliet,
seguí dando prioridad al respeto de nuestros procedimientos, nuestras políticas
y nuestros estatutos. Otra cosa que he aprendido, ya que estamos abordando el
tema, es que siempre hay que tomar las mejores decisiones sobre lo que ayudará
a proteger a los niños y a evitar los abusos. También sé que esto es algo que
nunca dejaremos atrás. Es un pecado en la Iglesia, y es tan grave que nunca
podremos fingir: «Bueno, lo hemos superado y ahora simplemente seguimos
adelante». Lo que esperamos que este fondo contribuya a hacer es ayudar a
algunos sobrevivientes a encontrar un poco de sanación. Y mientras lo hacemos,
también debemos centrarnos en el ministerio y la misión de la Iglesia. Por lo
tanto, debemos asegurarnos de hacer todo lo que decimos y lo que estamos
obligados a hacer para proteger a los niños y a nuestros sobrevivientes, y al
mismo tiempo centrarnos en lo que estamos llamados a hacer como Iglesia en este
mundo y los unos por los otros.
Usted creció
en Chicago, en el mismo barrio que el Papa León XIV. Como líder de una
importante diócesis estadounidense, ¿cuáles son sus esperanzas para la Iglesia
en Estados Unidos?
Crecí en el barrio justo al lado
del Papa León, a unas 14 cuadras de distancia. Y, al igual que el Papa León,
busco una Iglesia que lleve al mundo la luz de Dios, su paz, su sanación, su
amor. También busco formas de hacerlo, no de manera divisiva o que cree
fracturas entre las personas, sino buscando formas de unir y encontrando formas
de cooperar unos con otros. Y, ya que ha mencionado al Papa León, solo quiero
decir públicamente que deseo colaborar con él. Quiero respetar sus prioridades
y trabajar con él para ayudarle a realizarlas, para llevarlas a la luz. Estoy
muy agradecido al Papa León, y quiero decir que para mí ha sido una alegría y
un honor servir tanto en Chicago como en Joliet. Y estoy listo, con la ayuda de
Dios, para dar este próximo paso en Nueva York.


No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...