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    jueves, 21 de enero de 2010

    Con Haití


    Haití: Dolor y Esperanza.    
    “La Iglesia está sufriendo terribles pérdidas”.
       Fue una de las primeras noticias que recibimos después del terremoto. Informaba el padre Andrés Siohan de la Sociedad de Saint Jacques a la Agencia Zenit. Fuentes misioneras confirmaban en Roma: El obispo de Puerto Príncipe, monseñor Joseph Serge-Miot, ha fallecido en el violento terremoto que flageló este martes 12 de enero la capital de Haití.
    "Estamos por los suelos" ("Nou atè nèt", en creole), explicaba en un mensaje de correo electrónico enviado a MISNA, agencia vaticana, el padre André. "Los testimonios son aterradores, se escuchan los gritos y el llanto de los heridos, nos preguntamos cuántos habrán quedado bajo los escombros... Nos dicen que la catedral se ha derrumbado, al igual que el palacio nacional y el de la ONU, un edificio de cinco pisos".
    El epicentro del terremoto fue localizado a 15 kilómetros al suroeste de Puerto Príncipe, con una profundidad de 10 kilómetros. El terremoto no sólo ha dejado centenares de cadáveres apilados en calles y carreteras sino que también ha derrumbado decenas de edificios, entre ellos el Palacio Presidencial, la Catedral y el edifico de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Puerto Príncipe y viviendas humildes. Se estiman alrededor de tres millones de afectados por la devastación, y miles de muertos hasta el punto de calcularse ya que pasan de 100.000.

    La inmediata solidaridad
    La sociedad dominicana -iglesias, pueblo, gobierno- se volcaron en gestos de solidaridad sintiendo como propio el dolor del hermano pueblo haitiano y dieron pasos de acción inmediatos: Comunicados de la Conferencia Episcopal Dominicana y del Cardenal Mons. Nicolás de Jesús López Rodríguez, expresaron nuestra solidaridad con el sufrido pueblo hermano de Haití y convocaron a tres acciones: una coleta y una Eucaristía a nivel nacional los siguientes domingos del mes y un telemaratón (organizado por la Conferencia del Episcopado Dominicano y las fundaciones Sur Futuro y Que Viva el País, logró recaudar una cifra sin precedentes en la historia dominicana, con 54.9 millones de pesos, para la causa del pueblo haitiano y que logró poner en alto la vocación de solidaridad y bondad del pueblo dominicano).
    Los Centros de la Compañía de Jesús en Rep. Dominicana (Santo Domingo: Bonó y Centro Alberto Hurtado; Santiago: Centro Bellarmino y CEFASA; Dajabón: Solidaridad Fronteriza) establecieron una red de ayuda para socorrer a los damnificados del terremoto en Haití.
    Fue pronta la respuesta del gobierno y el mismo presidente Leonel Fernández viajó a Puerto Príncipe y se encontró con su homólogo haitiano René Preval, movilizó recursos desde el primer momento y convocó la Cumbre “Unidos por un mejor futuro para Haití”.
    Esta cumbre reunió jefes de Estado y de gobierno, secretarios generales de organismos internacionales e invitados especiales. El presidente Leonel Fernández propuso la condonación de la deuda y la creación de un comité permanente para diseñar, impulsar y dar seguimiento a un proyecto a corto y largo plazo para el desarrollo de Haití.
    La prensa internacional daba cuenta –aunque hubo omisiones sospechosas en muchos medios- de cómo el pueblo dominicano, su vecino, acudía como buen samaritano a socorrer a su hermano pueblo haitiano en el momento trágico que se suma a su ya difícil situación. La Unión Europea (UE) manifestó su reconocimiento a la República Dominicana por la asistencia prestada a su vecino Haití para hacer frente a la catástrofe humanitaria.

    Solidaridad en la red
    20minutos, medio digital español comentaba el 19 de enero: “La era de la solidaridad digital ya está aquí. El devastador terremoto de Haití, que se ha cobrado la vida de más de 100.000 personas y mantiene al país caribeño en el más absoluto caos, ha dado a Internet una nueva función social, la de removedor de conciencias. Las redes sociales, Facebook o Twitter, bullen estos días con millares de campañas de solidaridad con Haití”.
    No ha pasado ni una semana desde que la tierra tembló en Puerto Príncipe, y en Facebook ya hay 500 grupos de solidaridad con los haitianos, algunos de los cuales suman más de 200.000 seguidores.” Le llama el “Terremoto de la solidaridad digital” y resalta como “Las nuevas tecnologías también están cambiando la forma en que la sociedad envía sus donativos a las causas humanitarias”.

    Mirando el futuro
    Al cierre de esta edición de Amigo del Hogar, continuaban las labores de rescate mediante la remoción de los escombros. Se tienen noticias de otros lugares fuera de la capital afectados por el sismo, como en Jacmel (donde la Marina de Guerra dominicana fue la primera en llegar con auxilios) y se teme que más de 200.000 personas hayan muerto, mientras mucha gente todavía pasa hambre o vive a descampado y el estimado es de 3 millones de personas afectadas por el terremoto .
    Se impone crear una estructura de coordinación de los esfuerzos de ayuda a Haití porque los militares de la misión de paz no tienen capacidad de hacerse cargo de la seguridad mientras distribuye ayuda.
    Aquí se continúan habilitando centros de acopio, los hospitales reciben heridos y se coordina el flujo de donaciones. La incertidumbre y el dolor está presente en nuestro hermano pueblo de Haití y el desafío es que después que pasen estos días de movilización internacional, se afronte con hechos concretos su futuro, para abrir una nueva etapa en la vida política y socioeconómica de Haití.

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