La evangelización alcanza Europa
Leamos el texto de Hechos 16,9-15 que nos relata el paso de la evangelización hacia Europa entrando por Macedonia.
“Estando en Tróade, Pablo tuvo una visión, vio a un hombre de Macedonia, que, puesto de pie le rogaba: -Pasa a Macedonia y ayúdanos. En cuanto Pablo recibió la visión, preparamos el viaje a Macedonia, seguros que Dios nos estaba llamando para anunciar allí la buena noticia.
Nos embarcamos, pues, en Tróade, y fuimos directamente a la isla de Samotracia, y al día siguiente llegamos a Neápolis. De allí fuimos a Filipos, que es una colonia romana y una ciudad importante de esta región de Macedonia. Allí pasamos algunos días. El sábado salimos a las afueras de la ciudad, junto al rio, donde pensamos que había un lugar de oración de los judíos. Nos sentamos y hablamos del evangelio a las mujeres que se habían reunido. Una de ellas se llamaba Lidia; era de la ciudad de Tiatira y vendía telas finas de púrpura. A esa mujer, que adoraba a Dios y que estaba escuchando, el Señor la movió a poner toda su atención en lo que Pablo decía. Fue bautizada junto con toda su familia, y después nos rogó: -Si ustedes juzgan de veras que soy creyente en el Señor, vengan a alojarse en mi casa. Y nos obligó a quedarnos.”
1° Interpretación del texto
En el itinerario de la misión algo nuevo trasciende. El Espíritu advierte a Pablo en una visión de pasar a otro continente, el de Europa. La misión se universaliza. En Filipos, una ciudad muy importante de Macedonia, ya en Europa, Pablo decide reunirse con los judíos junto al río, pues, no tienen allí sinagoga. Las mujeres son las reunidas en este lugar de oración y con ellas Pablo anuncia la buena noticia. Una mujer se destaca entre ellas; Lidia de la ciudad de Tiatira que vende allí en Filipos telas finas de púrpura. Esa mujer se bautiza con toda su familia y acogiendo a los apóstoles se convierte en promotora de la fe en Europa.
2° Meditación
El Espíritu Santo está activo junto con Pablo, Silas y Timoteo, nuevos acompañantes de Pablo. Sorprende el lugar donde empieza la nueva misión: junto al río en las afueras de la ciudad de Filipos. Más sorprendente aún la evangelización empieza con un grupo de mujeres y especialmente con Lidia una comerciante de telas de púrpura. Esa mujer abriendo su casa para alojar a los misioneros será la madre de la Europa cristiana. La buena noticia saldrá de su casa para toda Europa. Yo mismo quiero que la buena noticia salga también de mi casa para el mundo.
3° Oración
“Si el Señor no construye la casa, de nada sirve que trabajen los constructores; si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que vigilen los centinelas. De nada sirve trabajar de sol a sol y comer un pan ganado con dolor, cuando Dios le da a sus amigos mientras duermen”. Salmo 127, 1-2. Señor, agradezco tu Espíritu Santo que nos acompaña en toda evangelización. Como Pablo me dejo guiar por tu Espíritu.
4° Contemplación
Yo navego con Pablo, Silas y Timoteo, ansioso de llegar a Macedonia. En las afueras de la ciudad romana de Filipos, nos reunimos al lado de un río como lugar de oración, pues, no hay allí sinagoga. Unas mujeres mantienen viva allí la fe en Dios y atraen una creyente en Dios, comerciante de telas de púrpura. Esta se impresiona por las palabras de Pablo. De verdad, son para ella una buena noticia de vida. Se bautiza y con ella se inaugura en Filipos la comunidad de los creyentes en Jesucristo. Luego, de Europa el evangelio llegará aquí mismo con el tiempo. Ah 831
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