Felices los perseguidos por practicar la justicia

Solidaridad | P. Miguel Angel Gullón, op 

“Felices los que son perseguidos por practicar la justicia,

porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos” (Mt 5,10)

“Sigan luchando”, ésta fue la expresión final del Procurador Fiscal de la Provincia de El Seybo después de una tensa reunión en la que el Magistrado repetía frecuentemente cómo el Abogado del Estado, firmante de las ilegales órdenes de desalojo en septiembre del pasado año, fue el causante de las fatales injusticias que están sufriendo las familias campesinas de la Asociación Mamá Tingó de La Culebra en Vicentillo. Como quiera, hay cuatro campesinos inocentes apresados injustamente. Se les acusa de cultivar una tierra que el presidente Dr. Joaquín Balaguer les entregó en el año 1975 y que hoy un gran poder político y económico viola su sagrada dignidad mientras la justicia local y nacional mira hacia otro lado. Además, hay una lista con 45 órdenes de arresto entre las que se encuentran mujeres ancianas y el papá de Carlitos, niño de 12 años brutalmente asesinado por un sicario del terrateniente con un arma de éste hace cinco meses.

Por estas razones la Familia Dominica y Radio Seybo han redactado una carta dirigida a las autoridades judiciales que será entregada con miles de firmas de todas las personas de buena voluntad que viven indignadas ante tanta impunidad y violación sistemática de los Derechos Humanos. Transcribimos la carta a continuación:

“Estimado fiscal, estimada jueza:

Que la paz de Jesús, esté siempre en su trabajo, en sus familias y con ustedes.

Como pueblo queremos expresar nuestro parecer sobre la situación que vienen sufriendo nuestros hermanos y hermanas de La Culebra, Vicentillo. Ya hace ocho meses se cometió la peor injusticia que puede cometerse contra una comunidad humana, privarles no solo de su techo (con un brutal desalojo) sino de su sustento vital: sus tierras, su siembra, el sostén de sus familias, un trabajo y una posesión que ha pasado de generación en generación. Es una historia que ya todos conocen tanto a nivel nacional como internacional.

Como si esto fuera poco, desde entonces esta comunidad de Tierra de Dios en La Culebra, específicamente los agricultores de la Asociación Mamá Tingó sufren de persecuciones, abusos de parte de las autoridades y violencia en contra de su dignidad humana. En consecuencia, hace más de dos meses cuatro de ellos han sido privados de su libertad de forma irregular, sin fundamento y hasta cuestionable. Sus nombres ya son bien conocidos por ustedes: Juan Nolasco, Danilo Vásquez, Quintino Vilorio y Jesús Cabrera, quien ni siquiera tiene orden formal de arresto y sigue retenido de manera injusta doblemente. Este último perdió a su madre hace una semana y a quién no pudo ver para darle ese último adiós que todo hijo merece darle a su madre.

Ya sabemos que, lamentablemente en nuestro país, existen instituciones débiles con vacíos legales, tanto de una legislación adecuada como de la accesibilidad y el cumplimiento de la misma. Estos vacíos ponen en marcha círculos viciosos "que privan a las personas y a las familias de las necesarias garantías para su desarrollo y bienestar. Estos vacíos son generadores de corrupción que encuentran en el pobre y en el ambiente los primeros y principales afectados" (Francisco, junio 2019).

Hace dos meses el Papa exhortaba a los jueces de Latinoamérica a “no tener miedo de ser protagonistas en la transformación del sistema judicial basado en el valor, en la justicia y en la primacía de la dignidad de la persona humana sobre cualquier otro tipo de interés o justificación”. Sientan estas palabras dirigidas a ustedes en este momento concreto de la historia de El Seybo.

Pedimos una vez más, escuchen la voz de Dios, escuchen la voz de su pueblo y actúen conforme a los principios jurídicos, ejerciendo justicia a los agricultores que se encuentran privados de libertad injustamente en la Fortaleza “General Pedro Santana”. Solicitamos su libertad de inmediato, pues desde siempre ha sido una injusticia su apresamiento. Dios premiará su valor y se ganarán el respeto y admiración de este pueblo.

Atentamente, todas las personas de buena voluntad que se solidarizan con sus hermanos de La Culebra, Vicentillo”. ADH 837