Familia y Educación | Noelito de León Mercedes, MSC
La vida familiar como contexto educativo
Una mirada desde la perspectiva de Amoris laetitia
del Papa Francisco
La función educativa de la familia es necesaria para el
desarrollo moral de los hijos. Los padres tienen que aceptar esta tarea con
entusiasmo. La familia es lugar de acompañamientos. Los papás son guÃas para
los niños que van creciendo y desarrollándose en el ambiente del hogar.
Dentro del ambiente educativo de la familia es una situación
compleja, el hecho de dominar espacio, no se trata de dominar y controlar a los
hijos, sino de generar proceso de maduración, de crecimiento integral y
capacitarlo en libertad. Los padres cuentan con la colaboración de las
escuelas, no se puede delegar toda la educación. La formación moral, ética y
afectiva necesitan una experiencia fundamental que vaya dirigida a favor del
bien. Esta formación debe darse de modo inductivo, que los hijos lleguen a
descubrir por sà mismo la importancia de determinados valores y normas.
La formación ética implica dar testimonio, es necesario mostrarles a las personas la importancia de lo justo. Esto exige esfuerzo y renuncia. Es preciso crear hábitos y costumbres positivas, para lograr que los valores interiorizados desde la niñez, se conviertan en comportamientos externos sanos. La libertad va de la mano con la educación moral. Los gestos, los sÃmbolos, el diálogo, las reflexiones, y las exhortaciones positivas, son principios exteriores que mueven a hacer el bien.
La corrección es un estÃmulo cuando va llena de confianza y paciencia. Debe fomentarse la capacidad de ponerse en el lugar del otro.
La corrección es un estÃmulo
cuando va llena de confianza y paciencia. Debe fomentarse la capacidad de
ponerse en el lugar del otro. Se tiene que orientar al niño a pedir perdón y a
reparar el daño hecho a los demás, con algún gesto de sensibilidad. El hijo que
comete una mala acción debe ser corregido, pero nunca como un enemigo. La
disciplina no puede convertirse en una mutilación del deseo sino en una manera
de ver su dignidad y su identidad.
La familia es considerada como la primera escuela de los
valores humanos, en donde se practica el buen uso de la libertad. Vivimos en un
tiempo en donde reina la ansiedad y la rapidez tecnológica. Se debe educar en
la capacidad de esperar. No se trata de prohibiciones, sino de generar el buen
uso de los medios de comunicación social. La educación, en la capacidad de
esperar, ayuda a que los hijos no crezcan con el vicio de quiero y tengo. La
espera enseña a ser dueño de sà mismo y ser libre frente a su propio impulso.
Es muy importante replantearse los hábitos de consumo para cuidar nuestra casa
común. Se debe educar hacia una ecologÃa integral, las familias contienen los
principios básicos de la civilización humana: la comunión y la fecundidad. La
comunicación entre los miembros de la familia es eficaz para el desarrollo de
la socialización (cfr. AL 259-279).
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