Salud | PlanetaFuturo/ElPaís
![]() |
Un grupo de pandilleros encarcelados en la prisión de Quezaltepeque, en El Salvador, el 4 de septiembre de 2020.JOSE CABEZAS / REUTERS |
Así frena el hacinamiento en las cárceles latinoamericanas la lucha contra la tuberculosis
La
facilidad de contagiarse en las prisiones es una de las principales causas del
aumento de casos en el único continente donde la incidencia de esta pandemia no
disminuye
Cuando el
doctor Guillermo Sequera accedió por primera vez al interior de la prisión
paraguaya de Tacumbú, en 2016, se extrañó al toparse con una cancha de fútbol
sala repleta de camas. “Yo me dije: ‘bueno, estarán ahí para tomar el sol”,
relata, pero el funcionario que le acompañaba le sacó de su error: era una
celda. “No es que los presos fueran allí a descansar, es que no había más
espacio en las habitaciones del interior”, cuenta aún sorprendido el
epidemiólogo, actual director del Centro de Vigilancia de la Salud de Paraguay.
Con este ejemplo, intenta describir el nivel de hacinamiento que halló en este
centro penitenciario, el mayor del país y con más de cuatro mil presos en su
interior pese a que su capacidad máxima es de alrededor de mil.
El de
Tacumbú es el ejemplo perfecto de las condiciones de las prisiones de América
Latina y América Central, donde la superpoblación es la norma en vez de la
excepción. Esto y las generalmente escasas condiciones de ventilación y
salubridad son el caldo de cultivo perfecto para uno de los males más
peligrosos del planeta: la tuberculosis. Tanto es así que un nuevo estudio
recién publicado en la revista científica The Lancet señala a estas repletas
cárceles como las responsables de estar socavando en buena parte los esfuerzos
por acabar con esta pandemia. “Frecuentemente, no tienen ni las capacidades ni
las condiciones para garantizar la salud de los presos”, explica Alberto
García-Basteiro, investigador en el Instituto de Salud Global de Barcelona
(ISGlobal) y coautor de la publicación. “La enfermedad se transmite más en
condiciones de mala ventilación, de hacinamiento, de atención sanitaria
deficiente, de pobreza, de VIH, de falta de higiene... Todos estos factores de
riesgo están presentes en muchas prisiones del continente y son bombas de
relojería para la transmisión”.
La
tuberculosis es una infección causada por una bacteria que suele afectar a los
pulmones y que se transmite entre las personas a través de gotículas generadas
en el aparato respiratorio en pacientes con la enfermedad activa. Es curable
con la medicación adecuada, pero también es mortal si no se trata en tiempo y
forma. De hecho, hasta la llegada de la covid-19 en 2020, siempre se ha hablado
de ella como la infección más mortal del mundo: cada año mata a más de un
millón de personas ―en 2019 fueron 1,4 millones― y pese a que desde hace más un
siglo se busca una cura definitiva, hoy en día no hay ni vacuna ni fármaco que
haya logrado borrarla de la faz de la tierra. Pese a los avances en
investigación y al aumento de la concienciación internacional y la
financiación, en los últimos años la incidencia mundial ha disminuido solo a
una tasa de un 1 a un 2% cada año.
En este
contexto, el caso de América Latina llama la atención porque es el único
continente donde los números suben, en vez de bajar, como ocurre en el resto
del planeta. Para saber por qué, un equipo de 13 investigadores liderado por el
Departamento de Enfermedades Infecciosas y Medicina Tropical de facultad de
Medicina de la Universidad de Stanford se puso a indagar. Las respuestas están
en las páginas del informe La escalada de la crisis de la tuberculosis en las
prisiones de América Latina y Central. ”Nos asociamos con la Organización Panamericana
de la Salud (OPS) y los Ministerios de Sanidad para recopilar datos sobre
contagiados en poblaciones encarceladas y no encarceladas, y descubrimos que el
crecimiento de los casos en las prisiones de la región compensó con creces la
disminución de la enfermedad en la población general”, resume Jason R. Andrews,
médico e investigador de Stanford, además de uno de los principales autores del
estudio. “En otras palabras, la crisis de la tuberculosis en las cárceles está
socavando el control nacional y regional de la enfermedad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...