La Iglesia Hoy | Revista Ecclesia
Cáritas se vuelca en el
cuidado del clima y de la nutrición de las comunidades del Amazonas
Con el fin de
contribuir al desarrollo sostenible, Cáritas Perú junto con Cáritas
Yurimaguas, con el apoyo de Cáritas española,
crearon el proyecto denominado Gestión del territorio para la reducción
del riesgo de desastres y adaptación al cambio climático. El objetivo
es asegurar la soberanía alimentaria en las zonas planas de la Amazonía
peruana, en la provincia de Alto Amazonas, Loreto, Perú. Este proyecto ha
beneficiado hasta la fecha a 5.580 familias de las cuencas de los ríos Huallaga
y Paranapura, en el distrito de Yurimaguas, y a 1.116 familias de 30
comunidades rurales.
«Durante tres
años (2017-2020), el proyecto apoyó actividades en agroforestería, gestión de
riesgos y adaptación al cambio climático, vigilancia nutricional y seguridad
alimentaria, además de la Higiene Física Legal del término municipal, para
apoyar a las familias en la formalización de su titularidad y desarrollar
planes para comprar las propiedades», explicó Carla Linares Santoyo,
secretaria general de Cáritas Yurimaguas.
Una de las
fortalezas del proyecto, tal y como informa la Agencia Fides, fue la
agroforestería, logrando cultivar 410 hectáreas con especies forestales,
agrícolas, frutales y cítricas.
«La producción
de plantas forestales, frutales y cítricos se realizó en la estación
experimental San Ramón de Yurimaguas, que pertenece al Instituto Nacional de
Innovación Agropecuaria (INIA) y en fase final en el centro de producción de la
vereda Apangurayacu, así como en 21 viveros municipales, con el fin de replicar
las experiencias y fortalecer el conocimiento de las familias beneficiarias,
para que puedan extender la iniciativa en años posteriores», tarea que realizan
acompañados de promotores ambientales, capacitados en cada comunidad, según
indican desde Cáritas Yurimaguas.
Cuidar la casa
común es cuidarnos a todos
Uno de los
aspectos más relevantes del proyecto fueron las acciones preventivas en materia
de salud y vigilancia nutricional. El fin último es reducir la anemia de niños,
gestantes, lactantes y menores de 5 años. En 2017, cuando comenzó este
proyecto, se encontró una prevalencia del 20,27% de desnutrición crónica (90
niños) en 436 niños de 28 comunidades. A finales de 2018, solo se encontró el
7,88% (29 niños). Los resultados indican una disminución del 12% en la
desnutrición infantil, lo que representa a 61 niños recuperados. Además, se
crearon talleres de capacitación para trabajadores comunitarios de salud y
personal de salud; sesiones de demostración con alimentos locales para madres
de niños menores de 5 años; asesoramiento nutricional; suministro de plaguicidas
y mejora de la seguridad alimentaria, a través de la entrega de pollos, cuyes y
la instalación de 237 huertas orgánicas con especies locales.
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