Espiritualidad | Francisca Abad Martín/RD
Nuestra Señora de Fátima
Todo comenzó
el 13 de mayo de 1917, cuando tres niños cuidaban las ovejas de sus familias.
La mayor, llamada Lucía dos Santos, de 10 años y sus primos Francisco y Jacinta
Marto, de 9 y 7 años. Solo Lucía había recibido la Primera Comunión y algo de
Catequesis, pero no sabía leer ni escribir, lo mismo que sus primos. Ella se
encargaba de enseñarles cosas religiosas y de rezar con ellos todos los días el
Santo Rosario
Hay una
localidad en Portugal, que hace poco más de 100 años apenas era conocida por
los portugueses y menos aún por el resto del mundo. Ahora es uno de los centros
más famosos de peregrinación mariana.
Todo comenzó el 13 de mayo de 1917, cuando tres niños cuidaban las ovejas de sus familias. La mayor, llamada Lucía dos Santos, de 10 años y sus primos Francisco y Jacinta Marto, de 9 y 7 años. Solo Lucía había recibido la Primera Comunión y algo de Catequesis, pero no sabía leer ni escribir, lo mismo que sus primos. Ella se encargaba de enseñarles cosas religiosas y de rezar con ellos todos los días el Santo Rosario.
Ese día, nada
más terminar de rezarlo, les sorprendió un relámpago y creyendo que amenazaba
tormenta, empujaron a las ovejas hacia el valle. Entonces vieron sobre una
encina, una Señora bellísima, vestida de blanco y toda resplandeciente.
Pensaban huir asustados, cuando la Señora les dijo: “No tengáis miedo, no
quiero haceros mal alguno”.
Ella les pidió
que acudieran a ese lugar los días 13 de cada mes, durante 6 meses y que el 13
de octubre les diría quien era y lo que quería de ellos. También les pidió que
no dejaran de rezar todos los días el Rosario para obtener la conversión de los
pecadores y la paz del mundo.
A lo largo de
las sucesivas apariciones, los niños sufrieron mucho acoso, persecuciones y
hasta una firme oposición por parte de algunos, incluidos sacerdotes y
prelados, llegando hasta encerrarles en un calabozo y amenazarles seriamente si
no decían que todo era mentira. Ellos no dudaron ni un instante en mantenerse
firmes y seguros de lo que habían visto y oído. Al final muchos se fueron
convenciendo de que decían la verdad.
A Lucía le
dijo la Señora que aprendiera a leer y escribir para que pudiera dejar
constancia de todo cuanto Ella le decía, como contó después Lucía en sus
“Memorias”. Les pidió también que propagaran la devoción a su Inmaculado
Corazón y que allí mismo se edificara una Capilla en su honor.
Solo en la
última de las apariciones, de masiva afluencia de público, la del 13 de
octubre, donde estimaron que habría más de 50.000 personas, la Señora les dijo
que era Nuestra Señora del Rosario. Al desaparecer Ella, todos pudieron
contemplar cómo el disco solar empezó a girar vertiginosamente sobre sí mismo,
como si fuese una rueda de fuego, despidiendo ráfagas de luz de varios colores.
Según testigos presenciales, parecía que iba a desprenderse del cielo y
precipitarse sobre ellos.
Francisco y
Jacinta, hoy declarados santos por la Iglesia, fallecieron poco después,
ofreciendo sus sufrimientos a la Virgen por la conversión de los pecadores.
Lucía falleció el 13 de febrero de 2005, a los 97 años, en el Convento de
Carmelitas Descalzas de Coimbra, dejando constancia de todo, por escrito, en
sus “Memorias”.
De todos los
acontecimientos importantes relacionados con la Virgen de Fátima, no me resisto
a destacar el intento de asesinato del Papa S. Juan Pablo II el 13 de mayo de
1981, en la Plaza de San Pedro de Roma, que pudo haber sido mortal a no ser,
como él mismo dijo, porque la mano de la Virgen lo protegió, evitando por
milímetros que la bala tocara una zona vital. Extraída la bala, mandó que la
colocaran en la corona de la imagen de Nuestra Señora en Fátima, dando también
a todos un gran ejemplo de misericordia, perdonando después personalmente a su
agresor.
Reflexión
desde el contexto actual:
Fátima nos
sigue dejando a los hombres de hoy un sereno mensaje de paz y seguridad al
saber que no estamos solos, sino que alguien desde lo alto vela por nosotros.
Nuestro mundo desesperanzado encuentra en Fátima ese rayito de esperanza que
ilumina nuestros ojos, para que puedan vislumbrar un horizonte de luz más allá
de un paganismo tenebroso y materialista. Lugar de peregrinaciones masivas
se ha convertido en un pequeño oasis donde poder reposar un momento en tiempos
de crisis.
Publicado por
Religión Digital:
https://www.religiondigital.org/un_santo_para_cada_dia/Senora-Fatima_7_2340435948.html
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