Espiritualidad | José Beltrán/VN
El objetivo de la Conferencia Episcopal Española para estos cinco años:
“Urge una gran renovación espiritual, cultural y política”
“Urge
una gran renovación espiritual, cultural y política”. Es el llamamiento
que lanzan los obispos españoles en sus nuevas “Orientaciones y líneas de
trabajo para la Iglesia española en los próximos cinco años”. Esta tarde
se publicaba el que va a ser el eje de la acción de la Conferencia Episcopal
Española a través de un documento de 95 páginas del que se aclara no es un plan
pastoral, labor que corresponde a “cada obispo en sus respectivas diócesis”.
A
lo largo del texto, que fue aprobado en la Asamblea Plenaria de primavera, a
partir de un análisis del contexto social, político y económico de nuestro
país, los pastores hacen suyo el llamamiento de Francisco de soñar “con
una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los
estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial”.
Los
migrantes y descartados
“Misericordia,
alegría, discipulado misionero y santidad son claves de la permanente
llamada a la espiritualidad de esta propuesta de renovación eclesial para la
salida misionera en el cambio de época”, relatan los prelados que plantean como
“lugares privilegiados” para la evangelización “la familia (niños, jóvenes,
ancianos), los migrantes y descartados y la casa común de la familia humana”.
El documento está salpicado de todos los documentos magisteriales de Francisco,
de ‘Evangelii gaudium’ a ‘Fratelli Tutti’, pasando por ‘Laudato si’’, ‘Gaudete
et exultate’, ‘Amoris laetitia’ o ‘Christus vivit’.
Ocho
son las apuestas de trabajo fundamental para el Episcopado en este
quinquenio, entre los que destaca que se haya incluido como prioridad la puesta
en marcha de medidas de atención “a las víctimas de abusos, la sanción de los
culpables y la prevención de todo tipo de abusos”. Junto a ellas, se fija
en lista preferente respaldar al laicado, renovar la formación sacerdotal,
aplicar ‘Amoris laetitia’ en la pastoral familiar, una Iglesia pobre y para los
pobres, reforzar la catequesis de iniciación cristiana, cuidar la piedad
popular y atención a las personas con discapacidad.
Una
salida misionera
Para
ello, los obispos plantean como palabras clave el discernimiento y la
sinodalidad para poder iniciar una “salida misionera” que implique “hacernos
prójimos de nuestro contemporáneos” configurando “una Iglesia hospital de
campaña que escucha a todos y quiere servir a la sociedad desde el testimonio
personal y comunitario”. Así se propone generar espacios “donde escuchar a
los de fuera trabajar conjuntamente con los de dentro”. “El mensaje central que
hemos de comunicar hoy es que Dios existe y es bueno creer en Él”, aseguran los
pastores, que centran esta labor de evangelización en promover una relación con
Jesucristo como aquel que “da un horizonte a la vida”. A partir de ahí,
creen necesario promover una comunidad cristiana que sea “ámbito de
escucha y encuentro” que genere “amistad civil en la vida ciudadana”, para ser
“signo e instrumento de la fraternidad en medio del mundo”.
Este
planteamiento se traduce en cuatro itinerarios: el primer anuncio explícito de
la fe a quienes no conocen a Cristo, generar procesos de acogida y
acompañamiento para quienes estén en búsqueda y deseen vincularse a la Iglesia,
ofrecer formación integral y permanente a los laicos comprometidos y aumentar
la presencia de los católicos en la vida pública.
Aplicación
real
Entre
las principales acciones para aterrizar estas reflexiones se encuentra la
participación en el Sínodo de los Obispos convocado por el Papa, aplicar
los documentos sobre catequesis, formación de sacerdotes, las exhortaciones
‘Christus vivit’ de jóvenes y ‘Amoris laetitia’ de familias, sumarse al Pacto
Educativo Global y al proyecto Economía de Francisco, crear un centro nacional
de vocaciones y un congreso al respecto, poner en marcha un Comité de Estudios
y Proyectos, impulsar un Consejo Asesor de Laicos, una posible instrucción
sobre sinodalidad, reavivar las universidades católicas y la relación entre los
colegios diocesanos. Además, los obispos se comprometen a continuar con
reformas internas en la Conferencia Episcopal Española.
Pero
si algo llama la atención es que, si bien a lo largo del documento hay una
presencia más o menos latente de la Doctrina Social, sin duda alguna es la
Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana la que aglutina
el mayor número de propuestas y acciones tanto en sus dos subcomisiones y
once departamentos, que pasan desde el fomento de espacios de acogida a las víctimas
de trata en las diócesis a crear una comunidad parroquial no territorial para
la pastoral del circo, sin olvidar la atención a la etnia gitana, elaborar un
documento marco sobre ecología integral y la defensa de los derechos de los
migrantes.
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