Espiritualidad | Renato Martinez/VN
Francisco señala que Jesús "se entrega"
para que tengamos vida
El Papa: Jesús pan de vida
“Que la Virgen María, en la cual el Verbo se ha
hecho carne, nos ayude a crecer día tras día en la amistad con Jesús, pan de
vida”, es la invitación del Santo Padre a los fieles y peregrinos que se dieron
cita en la Plaza de San Pedro, para rezar junto al Pontífice la oración del
Ángelus de este domingo, 8 de agosto de 2021.
“Jesús en esta expresión: ‘Yo soy el pan de la
vida’, resume verdaderamente todo su ser y toda su misión. Esto se verá
plenamente al final, en la Última Cena. Jesús sabe que el Padre le pide no solo
dar de comer a la gente, sino darse a sí mismo, partirse a sí mismo, la propia
vida, la propia carne, el propio corazón para que nosotros podamos tener la
vida”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración
mariana del Ángelus de este domingo, 8 de agosto, comentando el Evangelio que
la liturgia presenta este XIX Domingo del Tiempo Ordinario, en el cual se ve a
Jesús que sigue predicando a la gente que ha visto el prodigio de la
multiplicación de los panes, y a quienes invita a dar un salto de calidad; para
ello, aplica el símbolo del pan a sí mismo. Dice claramente: «Yo soy el pan de
la vida».
¿Qué significa pan de la vida?
Qué nos quiere decir Jesús con esto, se pregunta
el Pontífice. Y señala que, para vivir se necesita el pan, quien tiene hambre
no pide comidas refinadas y caras, sino pan, quien no tiene trabajo no pide
sueldos altos, sino el “pan” de un empleo. “Jesús se revela como el pan –
afirma el Papa – es decir lo esencial, lo necesario para la vida de cada día.
No un pan entre muchos otros, sino el pan de la vida. En otras palabras,
nosotros, sin Él, más que vivir, sobrevivimos: porque solo Él nos nutre el
alma, solo Él nos perdona de ese mal que solos no conseguimos superar, solo Él
nos hace sentir amados, aunque todos nos decepcionen, solo Él nos da la fuerza
de amar y perdonar en las dificultades, solo Él da al corazón esa paz que
busca, solo Él da la vida para siempre cuando la vida aquí en la tierra se
acaba”.
Yo soy el pan de la vida: revela todo su ser y
toda su misión
El Papa Francisco al seguir reflexionando sobre
esta imagen señala que, Jesús en esta expresión: “Yo soy el pan de la vida”,
resume verdaderamente todo su ser y toda su misión. “Esto se verá plenamente al
final, en la Última Cena. Jesús sabe que el Padre le pide no solo dar de comer
a la gente, sino darse a sí mismo, partirse a sí mismo, la propia vida, la
propia carne, el propio corazón para que nosotros podamos tener la vida. Estas
palabras del Señor – subraya el Papa – despiertan en nosotros el estupor por el
don de la Eucaristía. Nadie en este mundo, por mucho que ame a otra persona,
puede hacerse alimento para ella. Dios lo ha hecho, y lo hace, por nosotros.
Renovemos este estupor. Hagámoslo adorando el Pan de vida, porque la adoración
llena la vida de estupor”.
Yo soy el pan de la vida: es entrar en lo concreto
del mundo
Sin embargo, en el Evangelio, evidencia el
Pontífice, en vez de asombrarse, la gente se escandaliza. También nosotros
quizá nos escandalizamos: nos sería más cómodo un Dios que está en el Cielo sin
entrometerse, mientras nosotros podemos gestionar los asuntos de aquí abajo.
Sin embargo, Dios se ha hecho hombre para entrar en lo concreto del mundo. Y le
interesa todo de nuestra vida. Podemos hablarle de los afectos, el trabajo, la
jornada, cualquier cosa. Jesús desea esta intimidad con nosotros. ¿Qué no
desea? Ser relegado a segundo plano, ser descuidado y dejado de lado, o llamado
solo cuando tenemos necesidad.
Yo soy el pan de la vida: bendice lo que hemos
hecho
Finalmente, el Papa Francisco recuerda que, al
menos una vez al día nos encontramos comiendo juntos; quizá por la noche, en
familia, después de una jornada de trabajo o de estudio. “Sería bonito – invita
el Papa – antes de partir el pan, invitar a Jesús, pan de vida, pidiéndole con
sencillez que bendiga lo que hemos hecho y lo que no hemos conseguido hacer”.
Invitémosle a casa, recemos de forma “doméstica”. Jesús estará en la mesa con
nosotros y seremos alimentados por un amor más grande. Que la Virgen María, en
la cual el Verbo se ha hecho carne, nos ayude a crecer día tras día en la amistad
con Jesús, pan de vida.
Saludos después del Ángelus
Después de rezar la oración a la Madre de Dios, el
Papa Francisco saludó a los romanos y peregrinos que se dieron cita en la Plaza
de San Pedro, de modo especial, a las familias, grupos parroquiales, y
asociaciones. En particular, saludó al grupo de agentes de pastoral juvenil de
Verona, a los jóvenes de Crevalcore, así como a los jóvenes de Scandiano y a
los de las Casas Salesianas de la región del Triveneto que llegaron a Roma en
bicicleta. A todos deseó un buen domingo y como siempre pidió que, no se
olviden de rezar por él.
Publicado por Vatican News
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