• Noticias

    jueves, 5 de agosto de 2021

    ¿Invirtiendo para la destrucción?


    Cotidianidades | P. Eulide García MSC




    Invirtiendo para la destrucción

     

    Una noche me senté a ver televisión, específicamente un documental sobre la Segunda Guerra Mundial y la verdad que era horroroso ver aquellas imágenes de destrucción de ciudades, lo más terrible era ver cuántas personas muertas. De ahí me surgió escribir este artículo.

     

    Parece contradictorio que siendo el ser humano la criatura racional de la creación, actúe contra lo que debe indicarnos la razón. ¿Por qué digo esto? Me pregunto además ¿cómo es posible que el ser humano invierta tanto dinero para destruir su propia existencia? Parecemos niños que construyen castillos de arenas para derribarse y volverlos a hacer. Lo normal sería invertir para prolongar la vida y el progreso de los pueblos, pero no matar y destruir. No solo se da el caso de las guerras, pues muchos seres humanos invierten sus recursos económicos para destruirse a sí mismos, a través del uso de sustancias nocivas que van en contra de la salud, como son: el uso drogas, alcohol, tabaco, entre otras; apena ver personas que parecen desechos humanos, andando como zombis en las calles, viviendo de la caridad de los demás o cometiendo delitos en contra de la ley, empujando su familia a la desintegración, cometiendo asesinatos; en fin, todo para mantener un vicio maldito que solo conduce a la muerte en todos los sentidos, parece extraño pagar para morirse, pagar para matarse lentamente...

     

    Esa actitud humana contradice todos los planes del Creador el cual, desde el mismo inicio de la humanidad, deseaba que el ser humano que había creado, cuidara la creación y que se cuidara a sí mismo; confió tanto en su criatura que todo lo creado lo dejó para que lo administrara responsablemente como cocreador, pero el traicionó esa confianza que Dios le manifestó.

     

    Relación hombre naturaleza

    Hasta ahora he señalado dos ideas que manifiestan ese desprecio del hombre hacia su propia existencia. Quiero ahora señalar otra y es tan grave como las dos anteriores señaladas. Es el maltrato a la naturaleza, como dirá el papa Francisco, el daño a la Casa Común. Cuando hablamos de la naturaleza estamos hablando de la vida, no se puede concebir la vida sin la naturaleza, su cuidado conlleva cuidar la vida; pero todavía no hemos llegado al grado de inteligencia para reconocer que nuestra vida depende del cuidado de nuestra casa común.

     

    Se invierten miles de millones de dólares en destruir nuestro planeta con la explotación de minas a cielo abierto, destrucción de selvas, contaminación de los ríos, el descontrol de los gases de las empresas; en fin, es por todos los lados que el ser humano está invirtiendo para disminuir su vida, la razón actúa para autodestruirse: se invierte para “alargar el promedio de vida”, pero da la impresión que se invierte más para acortarla: Bastaría fijarse en los presupuestos de los Estados para las compras y fabricación de armas de destrucción masiva, cada día los gobernantes se preocupan más por la seguridad territorial que por  el bienestar de sus conciudadanos.

     

    Los que sí invierten en la vida

    No reconocer aquellos que sí invierten en la vida sería una mezquindad de mi parte, porque podemos destacar tantos hombres y mujeres que se desvelan y hasta han dado la vida luchando para que la humanidad viva mejor. Son aquellos que a través de instituciones sin fines lucrativos luchan por el cese de las guerras, otros que trabajan con los desamparados de las calles, esos que son descartados por la sociedad; también aquellos que forman parte de grupos ecológicos que enfrentan las grandes empresas multinacionales, que da la impresión de la lucha de Goliat y David. Sin embargo, aunque aparentan perder la batalla no se desaniman y mantienen su firmeza. Estos hombres y mujeres merecen un reconocimiento, da vergüenza que la sociedad civil parezca luchar sola para conservar la naturaleza, mientras las autoridades se hacen cómplices de los destructores de la vida. De la naturaleza recibimos de lo que hemos dado. ADH 831


    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...

    Para Vivir Mejor


    Entradas Recientes



    La Familia


    Amigo del Hogar | Revista

    Orientada esencialmente a la familia desde una visión humano-cristiana, la Revista Amigo del Hogar nace en el año 1942, como obra evangelizadora de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC).

    ¿Quiénes Somos?

    Somos una comunidad religiosa fundada por el P. Julio Chevalier en el año 1854, en Issoudun, Francia. El proyecto al que buscamos ser fieles es, desde el Corazón misericordioso de Jesús, anunciar el amor de Dios al mundo.

    Temas de Salud


    Entradas populares