• Noticias

    jueves, 25 de noviembre de 2021

    A propósito del 25 de noviembre El costo social de la violencia de género e intrafamiliar


    Actualidad | Melania Emeterio R.

     


    A propósito del 25 de noviembre

    El costo social de la violencia de género e intrafamiliar

     

    El mes de noviembre es uno de los más emblemáticos que tiene el calendario dominicano. Para la iglesia católica es el mes de la familia, pero para la sociedad civil, el Ministerio de la mujer, la Procuraduría General de la República, la Fiscalía, y otros colectivos numerosos, es el mes de la lucha contra la violencia hacia la mujer, lo cual tiene una historia y una razón poderosa de ser. Hay en ambas iniciativas una similitud de propósito, pero marcada por diferencias ideológicas. Es importante unificar criterios y asumir el mismo lenguaje, pues en esto se precisa cada vez más de una alianza nacional que entendiendo la naturaleza y raíz del problema, quiera comprometerse con la erradicación de las causas.

     

    Cuando se habla de violencia familiar o violencia intrafamiliar nos referimos a todas las formas de abusos de poder que se desarrollan en el contexto de las relaciones familiares y que ocasionan diversos niveles de daños a sus víctimas de esos abusos” (Jorge Corsi, Maltrato y abuso en el ámbito doméstico, pág. 18) Esta definición es muy clara, solo que ya a la altura del problema no se necesitan más definiciones, están sobresabidas. Ahora    hay que insistir mucho más en lo que aún permanece rígido: la mentalidad, esa que impide un avance mayor en esta lucha. Muchos han sido los eventos nacionales e internacionales, la ejecución de grandes presupuestos para investigar las causas y los efectos de la violencia hacia la mujer. Se han hecho los análisis derivados, y escuchado los discursos de buena voluntad que se hacen muy sonoros tanto en marzo como en noviembre.

     

    El gran problema a enfrentar sigue siendo el asunto ideológico que tiene ancladas las mentalidades, y está ahí subyacente, induciendo las actitudes, por lo que las campañas como “EL AMOR NO MATA”, “NI UNA MUERTA MÁS”, entre otras, pasan sin pena ni gloria. La milenaria y misógina ideología patriarcal se renueva, se disfraza de mil maneras, pero siempre es la misma. El asunto exige mayor profundidad, y revisión de compromisos. Ver qué tan sistemáticas han sido las acciones de los involucrados en la prevención, y si ha habido coherencia entre los sectores oficiales y privados involucrados en el cumplimiento de la Ley 24- 97. Hay que  ver qué tan lejos se ha llegado en la educación desde el seno familiar y la escuela como espacios esenciales para trabajar en un cambio de mentalidad en la construcción sociocultural de lo que es ser hombre, y ser mujer.

     

    Un ejemplo de una mentalidad anclada es que, a más de 20 años de promulgada la Ley 24- 97 Contra la Violencia Intrafamiliar, se la sigue responsabilizando de la violencia hacia la mujer. Lo que aquí de da es una negación a la comprensión del origen cultural de esa violencia, y mejor se cuestiona a la ley porque vino a obstaculizar el espacio de confort masculino, y a cuestionar la práctica abusiva basada en los cimientos socioculturales que justifican la violencia hacia la mujer dentro y fuera del espacio familiar, una práctica ejecutada no solo por el hombre del común, sino por los de todas las clases sociales y nivel académico. El rechazo a la normativa ha sido un bloqueo mental que ha impedido que los hombres asimilen el contenido humanista de la citada ley.

     

    Otro ejemplo de no aceptación de la normativa, puede apreciarse en el psicólogo que dirige el movimiento “Familias disfuncionales: clave para reducir los feminicidios”. Al referirse a la Ley 24-97, él aseguró que “después de que entró en vigencia la Ley 24-97, sobre Violencia Intrafamiliar la tasa de feminicidio ha aumentado en una suerte de caso que la cura ha sido peor que la enfermedad” ¡Valla perla! (P. HOY, 25- 2- 2020) Para este profesional de la conducta la maldad está en la ley, no en la opresión y el milenario abuso de poder de los hombres, y subvaloración de la condición femenina. La no aceptación de las motivaciones de esta ley, lo precipita a una gran distorsión sobre el asunto.

     

    Y para que se sepa que es la misma especie, la misma resistencia, véase la coherencia con lo que recientemente planteó, sin tapujos, un congresista en relación al para qué, según él, un hombre y una mujer se casan. No le fue bien con lo que dijo, pero lo dijo, pues “de la abundancia del corazón, habla la lengua”. Tales episodios ocurren en virtud de que pesa mucho el fardo cultural e ideológico, y la reacción es de desafío, rebeldía, y de aferrarse a lo viejo confort.

     

    Hay que insistir en lo ideológico para desmontar ese esquema, esa mentalidad que permanece tan arraigada. Ella es responsable de la ocurrencia de los feminicidios que son resultados de un modo masculino de pensar y de actuar con sentido posesivo, y de pertenencia. La mayor parte, por no decir todas, de las mujeres asesinadas por sus esposos, amantes, o exmaridos, han ocurrido por ellas negarse a continuar con una relación que ya no desean. Las estadísticas policiales más recientes indican que del año 2018 hasta los primeros seis meses del año 2021, se han producido 265 feminicidios de los cuales 162 se materializaron en mujeres con edades oscilantes entre los 20 y 34 años de edad.

     

    Conviene retomar, como quien parte de cero, la “Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia Contra la Mujer” (Convención de Belem Do Pará) asumirla en su justa dimensión, no dejando cabos sin atar. La “Belem Do Para” en su Art. 8, letra “b” dice que “se deben modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, incluyendo el diseño de programas de educación formales y no formales apropiados a todos los niveles del proceso educativo para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo tipo de prácticas que se basen en la premisa de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los géneros”. Bajo el marco de esta Convención caben todas las acciones preventivas, y de un seguimiento que hasta ahora no se ha ejecutado con rigor. Porque las mujeres siguen siendo asesinadas, hay que revisar el proceso, y ver qué ha pasado con:

            

    - La planificación docente a todos los niveles sobre prevención de violencia de género y violencia intrafamiliar, y si del tema habla el profesorado partiendo de todas las asignaturas, no de una en particular.

     

    - Si las universidades públicas y privadas, los colegios, y los profesionales de distintas áreas, sindicatos, partidos políticos, asociaciones de profesionales, iglesias de todas las denominaciones, militares y policías están trabajando en la prevención.

     

    - ¿Si a nivel publicitario, y programa de televisión siguen proyectando contenidos sexistas donde se usa el cuerpo de la mujer (y ella permitiéndolo) como una mercancía más?

     

    - También la producción del humor debe corresponderse con los fines de prevención de la violencia de género. ¿Se le está dando seguimiento a estos libretos para ver el trato a la mujer, y la presencia de la mentalidad sexista y subvalorativa de la condición femenina? ¿Por cuál cedazo están pasando las letras de muchas composiciones que empobrecen la condición femenina? ¿Qué tan involucrada con la Ley 24- 97 está la COMISION NACIONAL DE ESPECTACULOS PUBLICOS Y RADIOFONIA? Este es uno de los eslabones sueltos que hay que amarrar al compromiso.

     

    - Ver si aún se sigue permitiendo que en casi todos los canales de televisión se estén pasando y promoviendo telenovelas. En estas telenovelas la cotidianidad está marcada por la violencia en diferentes órdenes, incluida la intrafamiliar, celos patológicos, el sexo, la infidelidad, el engaño, el crimen, el sufrimiento.

     

    - Obsérvese que la cocina, o arte culinario está motivado a muchos hombres a entrar en él con mucho entusiasmo, y buna valoración, ¿se estará aprovechando esto para que el hombre sea asociado a la cocina no solo orientado hacia los restaurantes, sino como una obligación en la tarea del hogar alternada con la mujer, y que esto comience a verse como algo natural? Esto se llama trabajar para el cambio de mentalidad.

     

    - ¿Estarán las juntas de vecinos y otras organizaciones comunitarias denunciando la violencia intrafamiliar, y trabajando a nivel de la prevención?


    Los feminicidios siguen en ascenso, y esto es más que suficiente para gritar a voz en cuello que la estructura del pensamiento machista de que la mujer es una propiedad del hombre, que el cuerpo de ella solo le pertenece a él, está intacto, sin ninguna modificación. Hay que trabajar mucho en esa dirección. Reiterar desde los primeros años de escolaridad el concepto del respeto mutuo, el no uso de la fuerza para acceder al cuerpo de la niña y del niño. Ver el cuerpo ajeno como un territorio de privacidad. De no dar estos pasos radicales estaremos por tiempo indefinido repitiendo los mismos discursos, las mismas estadísticas y los mismos estudios donde hace tiempo nada es nuevo bajo el sol.

     

    La violencia de género e intrafamiliar, lleva implícita una situación de emergencia nacional, y si la ley 24- 97 es una política pública del Estado dominicano, nadie puede estar fuera de ella y mucho menos si se trata de prevenir un asunto de vida o muerte, y traumas familiares y sociales. Cuando se tomen acciones drásticas, que nunca se han tomado, sobre todos estos patrones de reproducción e incentivo a la violencia de género y violencia intrafamiliar, sabremos que el Estado está poniendo las reglas del juego, y sabiendo que eso es lo que se espera de él.




     

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...

    Para Vivir Mejor


    Entradas Recientes



    La Familia


    Amigo del Hogar | Revista

    Orientada esencialmente a la familia desde una visión humano-cristiana, la Revista Amigo del Hogar nace en el año 1942, como obra evangelizadora de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC).

    ¿Quiénes Somos?

    Somos una comunidad religiosa fundada por el P. Julio Chevalier en el año 1854, en Issoudun, Francia. El proyecto al que buscamos ser fieles es, desde el Corazón misericordioso de Jesús, anunciar el amor de Dios al mundo.

    Temas de Salud


    Entradas populares