Para Vivir Mejor | José F. Gómez/VN
“No nos cansemos de hacer el bien…”
“No
nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los
frutos a su debido tiempo. Por tanto. Mientras tenemos la oportunidad, hagamos
el bien a todos “, es el texto, tomado de la carta de San Pablo a los Gálatas
6,9-10ª, con el que Francisco de Roma inicia su mensaje para esta ya
inminente cuaresma.
El
Papa, como el Apóstol, evoca la imagen de la siembra y la cosecha que Jesús
utilizó en varias de sus parábolas, y llama a hacerlo en tiempos favorables.
Hoy vivimos uno de estos kairós o momentos adecuados, aunque
parezca raro.
Y
es que todavía montados en la ola pandémica, con su inmenso caudal de muertos y
enfermos, y con la invasión rusa a Ucrania, locura asesina que también afectará
no sólo a Europa sino al mundo entero, sentirnos animados por los
acontecimientos presentes como que no resulta muy lógico. Al temor por
contagiarnos con el Covid-19 se ha agregado el desasosiego ante las posibles
repercusiones mundiales de la guerra en Europa del Este. ¿Cómo, entonces, nos
dice el papa Francisco que estamos ante una oportunidad para sembrar y esperar
la respectiva cosecha?
Pues
nos recuerda que la Cuaresma siempre será una etapa propicia para la
renovación personal y comunitaria, ya que nos conduce hacia la Pascua de
Jesucristo muerto y resucitado.
Por
ello, estamos llamados a sembrar, conscientes de que el primer agricultor es
Dios mismo: nosotros sólo colaboramos con Él en la medida de nuestras
posibilidades, y Él también se encargará de la cosecha a su debido tiempo. Y
nos invita a no cansarnos: de orar, de extirpar el mal de nuestras vidas y
de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo.
Como
estas tareas no se alcanzan de un día para otro, nos conmina Francisco a ser
pacientes, a no desfallecer, a poner la siembra y la cosecha en las manos de
Dios.
El
mensaje cuaresmal del Papa, menos comentando mediáticamente que en otros años,
llega en momentos en los que la oscuridad de la pandemia y de la guerra
pareciera invitarnos al desaliento y la consternación. No. Ojalá seamos esa luz
que tanto necesitamos para iluminar los senderos de este mundo. No nos
cansemos de hacer el bien.
Pro-vocación
Si
el próximo miércoles le colocan la ceniza en su frente, o si usted la va a
impartir, ojalá no se utilice la expresión “recuerda que eres polvo y en polvo
te vas a convertir” … ni siquiera “arrepiéntete y cree en el evangelio”. Yo
prefiero “muere con Cristo para que resucites con Él”. Me parece esta
fórmula más evocadora de la Pascua.
Publicado
por Vida Nueva
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