En Familia | Zahira Maxwell
Día Internacional de la Mujer: la igualdad por la que debemos ayunar en odio y hacer penitencia de amor
Marzo
es testigo del día internacional de la mujer y del miércoles de cenizas. Sobre
el día internacional de la mujer, cada año vemos felicitaciones, conmemoraciones
y sentimientos encontrados sobre la celebración de este día. Para muchos es una
fecha para celebrar la dicha de ser mujer.
Recuerdo
cómo me alegraba que existiera ese día, hasta que una profesora en la licenciatura
me hizo ver la realidad del mismo. Ese día conmemoramos la tragedia vivida por
las 123 mujeres que fallecieron el 25 de marzo en Nueva York en el 1911 al ser
encerradas en una factoría sin posibilidad de salir. Por eso se eligió el mes
de marzo, en vez de febrero, como era inicialmente, la conmemoración de ese día.
El
derecho de la mujer al sufragio, el derecho a estudiar, el derecho al trabajo
en condiciones igualitarias, el derecho que hoy muchas mujeres tenemos en el
occidente se lo debemos agradecer a las guerreras que realizaron protestas y
huelgas para lograr que su voz fuese escuchada.
Sin
embargo, un siglo después yo me pregunto ¿existe una verdadera igualdad? Y me
sorprendo cuando le digo a mi hija, “debes ser fuerte, porque como mujer todo
nos cuesta el doble alcanzarlo en la vida” me sorprende porque se parece a lo
que mi madre me decía “debes estudiar y trabajar para que no dependas de ningún
hombre” Son enseñanzas de independencia que se transmiten de generación en
generación. Para ir formando conciencia y crear así las bases de mujeres realmente
valiosas que puedan ser reconocidas por sus aportes.
Pero,
¿qué diría Madame Curie si viera a las “chapiadoras”? ¿Qué sucedería con Débora si viera a las
mujeres que siguen al lado de sus parejas aún cuando son agredidas por ellos?
Cada
generación trae su propio afán. Desde la antigüedad la mujer ha sido relegada a
papeles secundarios. En la Biblia las pocas mujeres que son mencionadas lo son
en un contexto imposible de suprimir su participación. Y, cuando aparece una
Débora su participación es mencionada porque fue la única jueza que guio al
pueblo hebreo. “En manos de una mujer el pueblo de Dios recibe la victoria”.
Y, en
el caso de la historia es lo mismo, en la ciencia y física sólo encontramos a
Marie Curie, quién se destacó por su ardua labor en química y en su aporte a la
medicina moderna. Gracias a su aporte existen hoy las aplicaciones de
sustancias radiactivas para tratar el cáncer. Sin embargo, acorde a lo que encontramos
de referencia en su biografía en
Wikipedia “La Real Academia de las Ciencias de
Suecia galardonó a Marie Curie con el premio Nobel de Física en
1903, junto a su marido y Henri
Becquerel, «en reconocimiento por los extraordinarios servicios
rendidos en sus investigaciones conjuntas sobre los fenómenos de radiación
descubiertos por Henri Becquerel».33 Fue la primera mujer en recibir tal galardón.33 Al principio, el comité
seleccionador pretendía honrar
solamente a Pierre y Henri, negándole
reconocimiento a Marie por ser mujer. Uno de los miembros de la Academia, el
matemático Magnus Gösta Mittag-Leffler, avisó a
Pierre de la situación y Pierre dijo que rechazaría el premio Nobel si no se
reconocía también el trabajo de Marie. En respuesta al reclamo, la incluyeron
en la nominación.
En la
guerra, en la ciencia, en el arte, etc… en todas las áreas las mujeres destacan
igual que los hombres. Pero para una mujer alcanzar una posición en la cuál su
salario supere el salario de otros hombres puede resultar irritante.
Es
decir, los hombres por lo regular prefieren ser dirigidos o trabajar con otros
hombres como sus superiores. Son pocos los hombres que aceptan con facilidad
trabajar para mujeres como jefas directas. Y, en su gran mayoría, sin importar
la posición que ocupe una mujer, si realizan una actividad en la oficina,
siempre la mujer será la destinada a realizar el brindis, a preparar lo necesario
para acomodar o hacer sentir bien a los miembros del equipo.
Cuando
vemos y sopesamos el duro reto que aún en el siglo XXI representa el ser mujer podemos
valorar lo que realizaron las primeras luchadoras en el siglo XIX. Sin embargo,
aún existen países en los cuales la mujer es gravemente maltratada, relegada a
un papel secundario y criada para ser sumamente dependiente. En el occidente la
mujer ha sido criada, en su mayoría, para ser un ente productivo. Para
integrarse a la sociedad aportando con su trabajo a la economía doméstica. Mas
no es suficiente para evitar los abusos.
Por
otro lado, el Papa Francisco en el 2021 exhortó a que esta Cuaresma sea “un
tiempo de conversión” para renovar la fe y dijo que “acoger y vivir la Verdad
que se manifestó en Cristo significa ante todo dejarse alcanzar por la Palabra
de Dios, que la Iglesia nos transmite de generación en generación”. Éste es
el mejor momento de realizar un paro en nuestra rutina diaria y ver qué estamos
haciendo para ayudar a las mujeres alrededor nuestro a salir de su estado de sumisión
y de pobreza de espíritu.
El Papa señaló que “la
caridad es don que da sentido a nuestra vida y gracias a este consideramos a
quien se ve privado de lo necesario como un miembro de nuestra familia, amigo,
hermano”.
“Lo poco que tenemos, si
lo compartimos con amor, no se acaba nunca, sino que se transforma en una
reserva de vida y de felicidad… Así sucede con nuestra limosna, ya
sea grande o pequeña, si la damos con gozo y sencillez”.
El
tiempo de Cuaresma está hecho para esperar, para volver a dirigir la mirada a
la paciencia de Dios, que sigue cuidando de su Creación, mientras que nosotros
a menudo la maltratamos.
Este
tiempo de cuaresma que inicia en el mes del Día Internacional de la Mujer debería
ayudarnos a mirar con amor y trabajar por la verdadera libertad, no la libertad
que se traduce en libertinaje y excesos, sino en la libertad real que nos
permite crecer junto a nuestros seres queridos. El ayuno y la penitencia que
describe Isaías en su capítulo 58 versículo 6: “¿No es más bien el ayuno que
yo escogí: desatar las ligaduras de la maldad, soltar las
cargas de opresión, y dejar libres a los quebrantados y romper todo yugo?”.
Las
mujeres somos las primeras en oprimir a otras mujeres, durante este tiempo de
cuaresma vamos a extender la mano a las mujeres, jóvenes o mayores, que necesiten
una mano amiga.
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