Convivencia | Felipe Herrera-Espaliat, Abu Dabi
Emocionante ceremonia de entrega del Premio
Zayed 2022
La fundación Fokal de Haití y la pareja real de Jordania recibieron en
Abu Dabi el galardón que reconoce sus esfuerzos y compromiso por vivir los
valores de la Fraternidad Humana. El Papa Francisco felicitó a los ganadores y
agradeció su testimonio de servicio en medio de la adversidad.
La tarde de este lunes 28 de febrero se confirió oficialmente el Premio
Zayed 2022 a la Fraternidad Humana, un galardón en memoria del fundador de los
Emiratos Árabes Unidos, Zayed bin Sultán Al Nahayan. Su monumento memorial en
Abu Dabi sirvió de escenario para la ceremonia, y hasta allí llegaron quienes
este año compartieron el galardón: la pareja real de Jordania y representantes
de la fundación haitiana Fokal, para el conocimiento y la libertad.
El Premio Zayed fue instituido como un reconocimiento a quienes
contribuyen a la promoción de un mundo más pacífico, armonioso y compasivo. Se
inspira en los valores plasmados en el Documento de la Fraternidad Humana por
la paz mundial y la convivencia común, firmado el 4 de febrero de 2019 por el
Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed Al-Tayeb, uno de los más altos
dignatarios del islam sunita. Ambos líderes religiosos asistieron
telemáticamente a la entrega de los galardones.
La gratitud del Papa y del Gran Imán
El jurado, que también estuvo presente en la premiación, valoró del Rey
Abdullah II de Jordania su empeño permanente por el diálogo interreligioso en
Oriente Medio, sus esfuerzos para superar las divisiones entre los musulmanes y
su dedicación al fortalecimiento de las relaciones entre Occidente y Oriente. A
la Reina Rania se le reconoció su firme defensa de los derechos de los
refugiados, y su lucha por la tolerancia y la inclusión a través de un
sinnúmero de iniciativas que patrocina.
“Para todos es conocido el compromiso de Sus Altezas Reales en la
acogida de un gran número de refugiados, en la promoción de los valores de
convivencia y diálogo entre las diferentes tradiciones religiosas, en la lucha
contra la discriminación y por la emancipación de los jóvenes y las mujeres. Al
defender los valores de la fraternidad humana, han contribuido a hacer del
Reino de Jordania un modelo de tolerancia y convivencia”, aseveró el Papa
Francisco al felicitar a los monarcas del Reino Hachemita.
Respecto de la organización humanitaria Fokal, el Santo Padre recordó
cuán cerca Haití está de su corazón y de sus oraciones. Por eso, se alegró
particularmente por el hecho de que se les haya concedido este premio que,
además del honor, les otorga un fondo de medio millón de dólares para sostener
sus actividades orientadas a la promoción de los derechos humanos en el país
caribeño, en especial por medio de la formación de los jóvenes.
“Gracias por su dedicación a la promoción de una sociedad más humana, basada
en el valor de la fraternidad. Gracias por su atención a las nuevas
generaciones y a su educación, porque a través de ellas puede producirse un
verdadero cambio en la sociedad”, sostuvo Francisco en su intervención desde el
Vaticano. Estas palabras del Papa fueron refrendadas por las del Gran Imán,
quien hablándole a la presidenta de Fokal, Michèle Pierre-Louis, le manifestó
su admiración y gratitud “por sus sinceros esfuerzos por servir al heroico
pueblo haitiano que ha sufrido tanto y continúa sufriendo las tragedias de la
pobreza y de los desastres naturales. Ustedes son verdaderamente un ideal y un
modelo para tantas personas”, expresó por medio de su mensaje desde Egipto.
El discernimiento del jurado
Una variedad de personas independientes, como ex jefes de Estado, un
premio Nobel de la Paz y expertos en diálogo interreligioso e intercultural de
todo el mundo compusieron el jurado que determinó los vencedores del premio de
este año. Una de ellas es la estadounidense y activista anti extremismo Leah
Pisar, quien explicó que lo que primó al momento de otorgar el galardón al Rey
Abdullah II y a la Reina Rania fue la potencia del ejemplo que ellos ofrecen al
mundo. “Ellos podrían relajarse y no ser valientes, pero eligieron ser
valientes y defender algo”, comentó. Respecto de Fokal, Pisar aseguró que dicha
fundación revela “una bella historia de resiliencia y determinación de cara a
la adversidad. Haití es un lugar duro, golpeado por la naturaleza, por
problemas políticos y por la violencia. Y aquí hay personas que decidieron que
eso no los limitaría y que ayudarían a sus hermanos y hermanas”.
En el jurado estuvo como representante del Papa Francisco el cardenal
Michael Czerny, Prefecto ad interim del Dicasterio para el Servicio del
Desarrollo Humano Integral. El prelado, con una larga trayectoria en proyectos
de ayuda a los migrantes y refugiados, recordó que “el corazón del concepto y
de la visión de fraternidad humana es el hecho que somos todos hijos e hijas
del Padre Creador. Eso es lo que somos, pero eso no es solo un hecho, es
también una vocación, y la vocación es precisamente de tratarnos como hermano y
hermana”.
Y es ese el objetivo del Premio Zayed, que la fraternidad humana no sea
solo un concepto, sino que se realice en acciones concretas que colaboren a la
promoción de los pueblos, de tal modo que todos puedan gozar de una convivencia
común donde la justicia engendre la paz.
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