Fe y Vida | Rafael
Salomón/VN
La calma en la tempestad
Sea
lo que sea en ti puedo dejar mis preocupaciones, mis temores, solo en ti Señor
encuentro la calma en esta tempestad, a veces no comprendo lo que me sucede,
contigo no puedo decir que tengo mi esperanza perdida. ConfÃo en tus promesas,
sobre todo, descanso en tu compañÃa, sé que estás a un lado de mÃ,
adelante y atrás. A un lado para acompañarme, delante de mà para indicarme el camino
y atrás de mÃ, por si resbalo, tú me sostienes.
Esta
prueba se hace más difÃcil, pero confÃo en ti, en tu amor y en que me sostendrás.
Sea lo que sea por lo que esté atravesando a mi lado siempre vas. ConfÃo y en
este momento mis palabras se transforman en una oración que sea
agradable, deseo escuchar tu voz en mi interior. Lo que quieras que se
haga en mi vida, lo acepto con amor. Junto a ti puedo enfrentar los problemas
que vengan, tengo la certeza de que eres fiel en las pruebas y mis temores se
dispersan.
Y
cuando las dificultades se presentan con esta fortaleza, es cuando pienso que
mi Dios es grande y más fuerte, mi Dios siempre me ha dado la paz y la
calma para enfrentar las circunstancias más adversas. Señor me acompañas
como el Dios de mi historia, señalando, indicando, haciéndote presente de
manera obvia y de forma precisa, nunca antes ni después; siempre en el momento exacto.
Como
padre amoroso
Ahora
que ha llegado la prueba, es tiempo para volver a sentir la fuerza amorosa con
la que me creaste, es momento de reconocer la capacidad que me has dado para
enfrentar las dificultades y también para reconocer mi fe y ejercitarla,
porque en las adversidades es donde podemos vivir y sentir el crecimiento
de nuestra fe. La vida nos enseña muchas cosas y nos da la oportunidad de
aprender, aunque a veces aprender duele.
En
esta oración quiero regresar a ti y a confiar como cuando era pequeño, al darme
cuenta que no podÃa, pedÃa ayuda y sabÃa que ahà siempre estaba alguien para
ayudarme, mis padres siempre me recordarán ese lazo de amor por todo lo que
hicieron por mà y que siguen haciendo, aunque ya no estén más conmigo. Dios
mÃo, como padre amoroso que eres, dame por favor la calma que requiero para
enfrentar las adversidades, las incertidumbres con las que vivo.
Todos
pasaremos en algún momento de nuestras vidas por situaciones complicadas y de
verdad deseo que lo hagamos experimentando la certeza de Dios, de lo
contrario, podemos correr el riesgo de perderlo todo, hasta la razón. Señor
Jesús que te apareciste en medio de ellos diciéndoles: «La paz con ustedes».
Hoy te pido, entra en este corazón y dale tu paz, llénalo de amor. Sabemos que
el amor echa fuera el temor. Sea lo que sea, sé que estás conmigo, siempre has
estado y lo estarás.
“Tengan
ánimo y valor, no les teman, ni se asusten, porque el Señor tu Dios va
contigo; no te dejará ni te abandonará”. Deuteronomio 31, 6
Publicado
por Vida Nueva
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...