Vida Religiosa | Fausta Speranza/VN
Opera Romana: Nuevas peregrinaciones tras las huellas de San
Pablo
Recobrar
el impulso de los primeros cristianos en Asia Menor: es el objetivo de la Obra
Romana de Peregrinaciones (Orp) que abre nuevas experiencias en TurquÃa. Estos
son los lugares de la extraordinaria aventura de evangelización del Apóstol de
las gentes. La primera etapa es en AntioquÃa de Orontes, al sur de la región de
Anatolia, donde el padre Domenico Bertogli nos habla de la pequeña comunidad
cristiana en la que vive desde hace 35 años.
Con
el padre Remo Chiavarini, director general de Opera Romana de Peregrinaciones,
estamos desde ayer en TurquÃa: Veinticinco personas, entre sacerdotes y
periodistas, para rediseñar nuevas rutas de peregrinación. Existe el deseo de
relanzar los recorridos en esta tierra que, por el extraordinario valor del
impulso evangelizador de San Pablo, representa una segunda Tierra Santa.
AntioquÃa,
encrucijada de culturas
Partimos
de AntioquÃa de Orontes, uno de esos centros urbanos que pertenecen a ese marco
ideal de civilización que marcó la historia de la humanidad desde Mesopotamia
hasta Anatolia y el Levante. Hoy se llama Hatay Antachia. Es la ciudad donde,
según el capÃtulo 11 de los Hechos de los Apóstoles, se utilizó por primera vez
la expresión "cristianos", es decir, seguidores de Cristo. Nos lo
recuerda el padre Domenico Bertogli, que nos acogió en la pequeña iglesia en
torno a la cual se reúne la comunidad católica, que hoy cuenta con un centenar
de fieles sobre mil cien cristianos.
Lugares
excepcionales
Hay
que visitar la Gruta de San Pedro, que, aunque no corresponde realmente al
lugar donde se reunieron Bernabé, Pablo y Pedro, sin embargo, cuenta la
historia transmitida a lo largo de los siglos de los encuentros y oraciones de
los Apóstoles con las comunidades surgidas de la predicación a los gentiles, a
los que, sin ser judÃos, querÃan abrazar el credo de Jesús. A algunos les
pareció difÃcil admitirlos y hubo un serio enfrentamiento, hasta que la
apertura animada por el propio Apóstol de los gentiles, Pablo.
Bernabé
habÃa llamado a Pablo desde Tarso precisamente para seguir los acontecimientos.
El resto es historia de los Hechos de los Apóstoles, empezando por los tres
extraordinarios viajes de San Pablo desde el segundo de los lugares
imprescindibles: el puerto de Seleucia en Pieria. También merece la pena
visitar el museo de la ciudad, que alberga una rica colección de mosaicos de
villas romanas. En este caso, no se apela a la fe, sino a un momento del bagaje
histórico y cultural que conserva esta tierra.
Es
la historia de los hititas, persas, macedonios, de los reinos helenÃsticos,
antes de llegar a los romanos y a sus villas, y continuar con los bizantinos,
los cruzados, las repúblicas marÃtimas de Venecia y Génova, las oleadas
migratorias que trajeron a los selyúcidas, los mongoles y luego la dominación
de los otomanos. Historias de guerras, pero también de interpenetración de
civilizaciones. Hasta los acontecimientos de hace unos cien años, de la Primera
Guerra Mundial, cuando en estas mismas tierras, Anatolia y la Tracia Oriental,
escenario de ocupaciones y persecuciones, se borraron los últimos signos
evidentes de una presencia cristiana.
Entre
las piedras vivas
No
se puede decir que quede mucho de las piedras que albergaban otros nombres
ilustres de AntioquÃa, como San Lucas o San Juan Crisóstomo, que eran nativos.
Pero ahà están las piedras vivas de las que habla el padre Bertogli, quien nos
dice que la liturgia de la fe se vive aquà igual que para los primeros
cristianos, en una casa-iglesia. De hecho, se trata de una casa tradicional en
la que una habitación convertida en capilla se ha enriquecido con pinturas,
entre las que destaca el mapa de la parábola geográfica recorrida por Pablo. No
es sólo una cuestión de espacios.
El
padre Bergogli explica la larga aventura que condujo a la posibilidad de
conservar la iglesia:
“No
fue fácil obtener los tÃtulos de propiedad. Tras años de peticiones, el
objetivo se alcanzó en el 2006. Son acontecimientos que nos proyectan a una
realidad minoritaria, que experimenta todas las dificultades del caso, pero
también mucha gracia”
Transformas
un viaje en una peregrinación
Además,
el padre Bergogli nos habla con sencillez de los veintiséis bautismos que
celebró para personas de familias no católicas en treinta y cinco años de
presencia en AntioquÃa. Sus palabras se convierten en una comunión viva y su
testimonio transforma lo que podrÃa parecer un viaje en una peregrinación: la
dimensión histórico-arqueológica es sólo una ayuda para redescubrir la
dimensión espiritual y el encuentro con estos lugares por lo que ya no se trata
de una visita sino una experiencia de fe.
Publicado
por Vatican News
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