Mundo | Marco Guerra
Otros dos sacerdotes secuestrados en Nigeria
El enésimo secuestro de miembros del clero católico tuvo lugar en el
norte y el sur del país. Los grupos armados también aterrorizan a la población
civil y los secuestros están ahora a la orden del día. Los cristianos rezan por
los rehenes y exigen justicia y seguridad.
La lacra de los secuestros y la violencia sigue afligiendo al clero
nigeriano. En los últimos días otros dos sacerdotes han sido secuestrados por
bandas criminales.
Ataque a estructuras religiosas
El 20 de diciembre fue el turno del padre Sylvester Okechukwu, de la
diócesis de Kafanchan, en el estado de Kaduna, en el centro-norte del país. Así
lo ha anunciado la diócesis en un comunicado, recogido por la agencia de
noticias Fides. Los grupos delictivos penetran ahora en las estructuras
religiosas para capturar a personas a las que mantienen como rehenes. El
sacerdote, que presta servicio en la parroquia de San Antonio, en Fadan Kano,
fue secuestrado alrededor de las 23.45 horas en la rectoría de la parroquia.
Pidiendo oraciones por la liberación del sacerdote, la diócesis invita a todos
a "no hacer justicia por mano propia" y garantiza que "se
utilizarán todos los medios legales para asegurar una pronta liberación".
Sólo tres días antes, el 17 de diciembre, fue secuestrado en el sur del país
otro miembro de la Iglesia nigeriana, el padre Christopher Ogide, párroco
asociado de la parroquia Maria Assumpta de Umuopara, diócesis de Umuahia,
estado de Abia. Una vez más, el secuestro tuvo lugar en la puerta de entrada de
la casa parroquial. El obispo de Umuahia, monseñor Michael Kalu Ukpong, pidió a
los fieles de la diócesis que rezaran para que el sacerdote fuera liberado sano
y salvo lo antes posible.
Aumento de los secuestros
El dolor y la preocupación por la suerte de los dos religiosos sólo se
han visto aliviados en parte por la liberación simultánea de un tercer
sacerdote, el padre Abraham Kunat, secuestrado el 8 de noviembre en San
Mulumba, Kurmin Sara, en el estado de Kaduna, al norte de Nigeria. En Nigeria
se está produciendo una verdadera escalada del fenómeno de los secuestros, que
afecta a todas las zonas del país y también a la población civil. Precisamente
en el estado de Abia, donde el padre Ogide fue secuestrado en los últimos días,
la unidad policial antisecuestros desmanteló dos bandas de secuestradores
transfronterizos, matando a cuatro de sus miembros y liberando a dos mujeres
cautivas a la espera de rescate. En los últimos meses se han sucedido los
secuestros y liberaciones de religiosos y religiosas, que aterrorizan al clero
que, a pesar de todo, sigue sirviendo al pueblo de Dios con cercanía, caridad y
dando testimonio de fe y esperanza.
Un sacerdote asesinado en julio
Entre los casos de secuestro más recientes se encuentra el del padre
Joseph Igweagu, párroco de San José en Abata Nsugbe, en la parte oriental del
estado de Anambra, en el sureste del país, que fue secuestrado cuando regresaba
a casa tras celebrar un funeral en Umunachi, en la noche del miércoles 12 de
octubre. En agosto, también en el sur, cuatro monjas fueron secuestradas por
hombres armados cuando se dirigían a misa, para ser liberadas pocos días
después. El mes anterior, uno de estos secuestros terminó en un derramamiento
de sangre. Dos sacerdotes diocesanos fueron secuestrados el 15 de julio en la
rectoría de la parroquia de Cristo Rey en Yadin Garu, estado de Kaduna. El
padre John Mark Cheitnum fue asesinado el mismo día del secuestro, mientras que
el padre Donatus Cleopas logró escapar. El 3 de julio, un misionero italiano,
el padre Luigi Brenna, de 64 años, fue víctima de un intento de secuestro,
durante el cual fue golpeado y agredido con un machete. A mediados de este año,
Ayuda a la Iglesia Necesitada estimaba ya en 18 los secuestros de religiosos
católicos, pero fuentes locales hablan de al menos 50 sacerdotes a los que hay
que sumar todos los casos ocurridos en los últimos meses.
Una plaga que aflige a África
El ejercicio del ministerio sacerdotal entraña grandes riesgos en muchos
otros países africanos asolados por la violencia y la inestabilidad. Los que
figuran a continuación son sólo algunos de los sacerdotes extranjeros
secuestrados en la región en los últimos años: El rumano Iulian Ghergut, secuestrado
en Burkina Faso el 4 de abril de 2015; el australiano Arthur Kennet Elliott,
secuestrado en Burkina Faso el 15 de enero de 2016; el estadounidense Jeffrey
Woodke, secuestrado en Níger el 14 de octubre de 2016; el sudafricano
Christopher Bothma, secuestrado en Burkina Faso el 23 de septiembre de 2018; el
sacerdote burkinabè Fidei Donum Joel Yougbarè, secuestrado en Burkina Faso el
17 de marzo de 2019; el misionero alemán de los Padres Blancos Hans-Joachim
Lohre, secuestrado en Malí el 20 de noviembre de 2022.
Terrorismo islámico
A esta plaga en Nigeria se añade la del terrorismo islámico, que no
pocas veces golpea a comunidades y pueblos cristianos. La Iglesia local pide
justicia por la masacre del domingo de Pentecostés de junio en la iglesia de San
Francisco Javier de Owo, estado de Ondo, que costó la vida a 50 personas. Dos
meses después, el ejército nigeriano anunció cuatro detenciones, y luego dos
más. "Nigeria sigue esperando", afirma monseñor Felix Femi Ajakaye,
obispo de Ekiti. Fides escribe que los detenidos son presuntos miembros de la
autoproclamada Provincia de África Occidental del Estado Islámico (ISWAP).
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