Reflexión | Rafael Salomón/VN
Replantear nuestros pasos y camino
¿A
dónde voy? Es una pregunta que deberÃamos hacernos frecuentemente, nuestros
pasos y acciones siempre nos llevan a algún lugar; sin embargo, cuando no tengo
claro el rumbo al que quiero ir, entonces cualquier camino es bueno. En estos
dÃas en donde todavÃa la paz y reunión familiar se hacen presentes, es un buen
momento para darnos cuenta que la vida transcurre muy rápido y que las cosas
que de verdad importan, muchas veces no son tomadas en cuenta o se les valora
en menor medida.
La
salud, la alegrÃa, un techo y una familia, aspectos que dejamos de darles su
verdadero valor porque están ahÃ, solo hasta que se pierden se valoran con
intensidad. Pienso en las personas que este año quedaron viudas, seguramente la
compañÃa de su pareja se extrañará dolorosamente, a quienes perdieron su hogar
a causa de los conflictos humanos, seguro que recordarán las veces en las que
ese techo les trajo tanto bienestar, y quienes se les ha diagnosticado alguna
enfermedad, seguramente, valorarán el tiempo en el que su salud fue buena.
Se
trata de dar pasos en este caminar que se llama vida y valorar las cosas
sencillas, esas que un dÃa dejarán de estar con nosotros y que
extrañaremos grandemente cuando se alejen o se vayan, porque nada es para
siempre. Mi camino y destino deseo que sean hacia el amor de Dios, con sus
enseñanzas y que sus promesas sean vividas en mi dÃa a dÃa.
La
humanidad ha tratado de modificar este sendero de amor y en muchas ocasiones ha
ignorado el camino de verdad y vida, Dios ha dicho al mundo que la ambición y
la superioridad humana, alteran los ciclos, perjudicándolo todo, hasta a
nosotros mismos. Seguimos sin escuchar y sin querer entender que, si
continuamos por el sendero del egoÃsmo y el camino hacia la satisfacción
personal, nos dirigiremos hacia la destrucción de nosotros mismos.
Inspirándonos
a proclamar con valentÃa
Por
ello, es importante replantearnos nuestros pasos y camino, como creyentes
¿Estamos dispuestos a generar los cambios que me lleven a vivir según Dios?
“No
te avergüences de dar testimonio de Dios, ni de mÃ, su prisionero; al
contrario, con la fuerza que Dios te da, comparte conmigo los sufrimientos que
es necesario padecer por la Buena Noticia”. 2 Timoteo 8
Y
una vez más, hablar de la vergüenza de tener fe en este caminar; de la
debilidad por no compartir el mensaje esperanzador… una vez más, inspirándonos
a proclamar con valentÃa en nuestro diario vivir. ¿Hacia dónde se están
dirigiendo nuestros pasos? ¿De verdad queremos ser radicales e ir
contracorriente? La respuesta está en cada uno de nosotros, el impacto que
deseemos dar al aceptar el mensaje evangelizador.
Mientras
sigo reflexionando al estar con mi familia y veo que el camino es el amor, el
cuidado y el respeto; aspectos que tienen mucho que ver con las promesas de
Dios. Deseo que mi camino siga siendo este, aunque cada vez seamos menos,
aunque nos critiquen por creer, sé que ningún sendero me llevará a vivir
con esta paz indescriptible. Es Dios y solo Él.
Publicado
por Vida Nueva
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