Nuestra Fe | Fray Anderson Aguirre Sánchez O.P.
Abogado del diablo
"Apelativo sacado de los procesos de
beatificación y canonización"
Fray Anderson
Aguirre Sánchez O.P., pronunció la siguiente homilía en la eucaristía de
mediodía del domingo 26 de febrero 2023 en la parroquia de Nuestra Señora de
Chiquinquirá, ubicada en la localidad de Chapinero en Bogotá (Colombia). El
sacerdote dominico usa la interesante imagen del “abogado del diablo” para
explicar el texto de “Las tentaciones de Jesús” (Mt 4, 1-11) correspondiente al
Primer domingo de Cuaresma.
«En el
lenguaje común se dice que alguien hace de “abogado del diablo” cuando, en
cualquier asunto, se opone, critica y pone trabas a los argumentos o a la
postura comúnmente aceptada. Este apelativo de “abogado del diablo” está sacado
de los procesos de beatificación y canonización, porque hasta hace unos años
existía la figura así denominada popularmente (ahora se le llama “promotor de
la justicia”), cuya función era poner objeciones o descubrir errores en la
documentación que se aportaba para que alguien fuera declarado beato o santo.
En realidad, esta función de “abogado del diablo”, al hacer una crítica
profunda, lo que buscaba era que quedara más patente la veracidad de los
testimonios y virtudes de esa persona propuesta como modelo de vida.
El Evangelio
del primer domingo de Cuaresma nos presenta a Jesús, que fue llevado al
desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Normalmente nos
situamos nosotros como “víctimas” de la tentación y, a partir de las respuestas
que Jesús va dando a cada tentación, reflexionamos cómo evitar caer nosotros en
la misma. Pero en este domingo vamos a situarnos en la parte contraria: vamos a
asumir el papel de “abogados del diablo”, cuestionando al Señor, sentándolo en
el banquillo de los acusados, a ver cómo se defiende.
Si eres Hijo
de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Jesús, si eres el Hijo de
Dios, ¿por qué sigue habiendo hambre en el mundo? Presuntamente tienes
poder para acabar con eso, lo mismo que para otras “hambres”: de paz, de salud,
de justicia… ¿Por qué no lo solucionas de una vez?
Y Jesús nos
responde lo mismo que al diablo: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios. Jesús no se desentiende de los dramas del
hambre física o de las otras “hambres”. Con su respuesta nos propone ir más
allá de la simple solución inmediata de los problemas y necesidades para,
apoyados en la Palabra de Dios, buscar encontrar el alimento que necesitamos
para las “hambres” de nuestra vida y, también, para la vida eterna.
Si eres Hijo
de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles
acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las
piedras”. Jesús, si eres el Hijo de Dios, ¿por qué estoy pasando esta
mala racha? ¿Por qué has permitido que “tropezara”, que me equivocara en esta
decisión? ¿Por qué me ha caído encima ahora este problema? ¿Y por qué mueren
tantas personas en catástrofes naturales, en accidentes…? ¿Por qué no nos
proteges?
Y Jesús
responde: No tentarás al Señor, tu Dios. Antes que echar a Dios la culpa de lo
que nos ocurre, Jesús nos invita a hacer un sincero examen de conciencia para
descubrir nuestra parte de responsabilidad en ello. Y también nos invita a
pensar si nuestra idea de Dios es la de un amuleto o un escudo protector que no
tiene que fallarme.
Todo esto te
daré, si te postras y me adoras. Jesús, yo cuido mis rezos, no falto a
Misa, doy limosnas… Si haces lo que te pido, seguiré rezándote y yendo a Misa,
pero si no, no querré saber más de Ti.
Y Jesús
responde: Al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo darás culto. A veces creemos
que le hacemos un favor a Dios rezando, yendo a Misa, dando limosnas… y por eso
pretendemos que Dios actúe como y cuando a nosotros nos parece mejor. Pero sólo
Dios es Dios, y debemos ponerle en el centro de nuestra vida: no es Él quien
nos necesita, somos nosotros quienes lo necesitamos a Él.
Nuestra
tentación, muchas veces, es actuar con Jesús como “abogados del diablo”: ante
algunas circunstancias personales o sociales que no se desarrollan como
nosotros queremos, nos creemos autorizados a sentarle en el banquillo de los
acusados y cuestionarle; y, si no encontramos la respuesta que buscamos,
concluimos que “no es el Hijo de Dios” y lo dejamos de lado.
Pero Jesús hoy
nos sigue dando la misma respuesta que dio al diablo, y en los tres casos
comienza diciendo: Está escrito. La respuesta que buscamos ya la tenemos.
Puesto que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios, la Palabra de Dios ha de tener un protagonismo especial en
Cuaresma, para vencer la tentación de erigirnos en “abogados del diablo” y para
que nos guíe y sostenga en todas las situaciones que la vida nos presenta».
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