La Familia | Marta Peñalver/LFI
Esta es la edad ideal para entregar el móvil a tu hijo
No
hay una edad exacta ni una circunstancia correcta para hacer entrega del primer
móvil. Pero los padres deben saber que es algo determinante en la vida de su
hijo y que ningún adolescente debería tener acceso a uno hasta haber
desarrollado una serie de virtudes, como la templanza y la capacidad de
concentración, que solo se adquieren en el mundo offline.
Pablo
Olábarri y María Azagra tienen 11 hijos y todos y cada uno de ellos han
esperado hasta la mayoría de edad para tener su primer móvil. “Cuando empezó el fenómeno de los móviles
vimos que muchos compañeros de nuestros hijos mayores tenían uno, pero
nosotros, sobre todo mi mujer, entendimos que era una herramienta que suponía
muchos inconvenientes para un adolescente tales como: adicción, distracción del
estudio, de los deportes, de estar con los amigos… y tomamos la decisión de no
dárselo hasta los 18 años”. Algo que puede parecer muy radical, pero que no ha
tenido, según Olábarri, más que consecuencias buenas para sus hijos. “Todos
nuestros hijos leen habitualmente, han sido buenos estudiantes y son
aficionados al deporte, a la montaña… creo que en gran parte ha sido gracias a
haberlos alejado de las pantallas”.
Según
Catherine L’Ecuyer, doctora en Educación y Psicología, “atrasar la edad de uso
del móvil permite al niño o al joven desarrollar todas las cualidades
necesarias para un buen uso de las tecnologías. Esas cualidades se desarrollan
offline”. L’Ecuyer, cuyo libro Educar en la realidad fue el primero en poner
sobre la mesa los peligros derivados de la exposición temprana a las pantallas,
asegura a Misión que, “aunque cada hijo y cada familia es un mundo, la edad
ideal para entregar el móvil es, como regla general, cuanto más tarde, mejor”.
“La
edad ideal para entregar el móvil a los hijos es cuanto más tarde, mejor”.
Offline
antes que online
Tanto
L’Ecuyer como Olábarri coinciden en que el móvil es una herramienta buena que
no hay que demonizar, pero también reconocen el peligro que implica tenerlo
cuando aún no se es lo suficientemente maduro. “Nunca hemos presentado el móvil
como algo malo, sino como algo que tenían que ser capaces de controlar ellos,
de lo contrario sabíamos que podían caer en una adicción tremenda”, señala
Olábarri.
Este
abogado y conferenciante asegura que algunos jóvenes que acuden a sus charlas
reconocen recibir más de 800 wasaps al día que atienden y contestan, algo
incompatible con tener una vida offline. Y es que para L’Ecuyer, “el uso
responsable solo es posible cuando el usuario tiene una serie de virtudes y de
cualidades, como por ejemplo la templanza, la fortaleza, la capacidad de
inhibición, de prestar atención sostenida, de concentrarse… Cuando tiene un
proyecto vital y un sentido de la relevancia consolidados, y cuando es capaz de
distinguir lo privado de lo público”. Cualidades que se adquieren con el tiempo
y con la madurez, y que en ningún caso posee un adolescente incapaz de
resistirse, por ejemplo, a pulsar en una foto sugerente o a abrir un vídeo de
contenido inapropiado que ha recibido de un compañero de clase. “En definitiva,
la mejor preparación para el mundo online es el mundo offline”, sentencia
L’Ecuyer, con la que es ya una de sus frases de referencia.
“Las
cualidades para hacer buen uso de la tecnología se desarrollan en el mundo
offline”.
Más
que perder el tiempo
La
pérdida de tiempo frente a las pantallas, robándole horas al estudio, a los
amigos, al deporte… es solo la punta del iceberg de este asunto. Un niño o
adolescente que tiene un smartphone antes de estar preparado es carne de cañón
para caer en el uso abusivo.
“Un
uso abusivo no es solo aquel que supone un número de horas de uso
desproporcionado, es todo uso que deja al usuario indefenso ante los
inconvenientes de la tecnología: las noticias falsas, la pérdida del sentido de
relevancia, la adicción tecnológica, el narcisismo, el aislamiento, la
-ansiedad y la depresión, la impulsividad…”, sentencia L’Ecuyer.
Si
tu hijo recibe un smartphone sin estar preparado, es carne de cañón para caer
en un uso abusivo.
Aprende
a decir que no
Uno
de los argumentos de muchos padres que ceden y adelantan la entrega del móvil a
sus hijos respecto de cuando idealmente querrían, es el hecho de que se vayan a
quedar de lado o vayan a perderse planes con amigos. Y aunque es un argumento
comprensible, ningún padre cedería a otro tipo de chantajes si el tema en
cuestión fuera otro claramente perjudicial, como la droga. Como en otros muchos
aspectos de la educación, en el uso del móvil son los padres quienes deben
poner el tope, porque el niño no se puede resistir a esa tentación. No está en
su mano dominar ese deseo.
Olábarri
reconoce que en ocasiones no ha sido fácil retrasar hasta los 18 años el primer
móvil de sus hijos. “Con los 3 o 4 mayores fue más difícil, pero nos pusimos
firmes y gracias a eso los pequeños ya sabían lo que había y protestaban
menos”, asegura. Y recuerda unas palabras de Benedicto xvi que le han ayudado
en esta desafiante tarea: “Padres, acostumbremos a decir que no”.
Por
su parte, L’Ecuyer asegura que “el ‘todo el mundo lo tiene’, es algo de toda la
vida, antes se decía por otras cosas. Como padres, hemos de ayudarles a
gestionar el ser diferentes sin complejos, proporcionarles alternativas
excelentes y ayudarles a entender que se puede vivir sin smartphone”.
6
consejos a tener en cuanta antes de entregar el móvil a tu hijo
1.
Cuanto más tarde, mejor
Catherine
L’Ecuyer es clara en este punto: “El primer móvil, cuanto más tarde, mejor”.
2.
Una decisión consensuada entre los padres
Esto
es un básico de la educación en general: el proyecto educativo debe ser
compartido por el padre y la madre.
3.
Explicar el porqué
Aunque
no siempre los padres tienen que dar explicaciones a sus hijos para justificar
sus decisiones (a veces “no” es “no”, y punto), en este caso sí es bueno que
los hijos conozcan que hay unas razones de peso por las cuales sus padres han
decidido fijar una edad concreta -más avanzada de lo que a ellos les gustaría-
para darle su primer móvil.
4.
Mantenerse firmes
Una
vez puesta la norma, hay que ir hasta el final, si no, los padres pierden la
autoridad y el respeto de sus hijos.
5.
En caso de necesidad, dar un teléfono de tecla
Hay
móviles muy básicos que no son smartphones. Permiten llamar y mandar mensajes
sin exponer a los hijos a los inconvenientes de los teléfonos inteligentes.
6.
Dar ejemplo
Como
en todos los aspectos de la educación, el ejemplo es fundamental. Los padres
deben ser los primeros en demostrar a sus hijos que sí se puede pasar tiempo
sin el teléfono móvil. Como premisa básica, nunca mires al móvil mientras
hablas con tu hijo.
Publicado
por LaFamilia.info (original de la revista Misión)
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