Jueves de Cine | Juan Orellana
Libres. Un documental sobre la alegría de la vida
cristiana
Espléndido documental que
se presenta como una película sobre la vida contemplativa, pero que de lo que
trata en realidad es de la vida cristiana. Lo que cuenta es cómo el encuentro
con Dios hace plenamente humana la vida. No es una película para profesionales de la vida religiosa, sino para
personas que ya no soportan el vacío de una vida materialista llena de promesas
incumplidas. De hecho, muchos de los monjes o monjas que intervienen han
acabado en el monasterio después de una intensa vida de búsqueda en el mundo.
Es el caso de un monje de origen inglés, que tras una infancia difícil llegó a
ser un gran artista en Nueva York, se casó con una cantante de ópera y tuvo una
hija. Pero seguía insatisfecho. Su hermano se suicidó, igual que su padre y su
suegro. Su encuentro con Cristo le descubrió la verdadera Belleza y decidió
entregarle su vida en la oración y en el trabajo de un monasterio.
La película
recorre distintos monasterios y conventos de España, masculinos y femeninos, en
busca de testimonios que ayuden a entender una vida que está en las antípodas
de la que propone la mentalidad dominante. La cámara de Carlos de la Rosa nos
introduce, entre otros lugares, en las comunidades benedictinas de los
monasterios de Leyre (Navarra) y del Valle de los Caídos (Madrid), en la
comunidad de las monjas cistercienses del monasterio de Las Huelgas (Burgos),
de los monjes cistercienses de Oseira (Orense), en el convento de oblatas de
Cristo Sacerdote de Madrid o en la comunidad de trapenses de San Pedro de
Cardeña, en Burgos. También la película nos da a conocer la singular
experiencia de los ermitaños camaldulenses del Yermo de Nuestra Señora de
Herrera (Burgos), con una espiritualidad cercana a los cartujos.
Testimonios
personales, entorno natural y arquitectura monacal forman una unidad en el
documental, que también muestra escenas de la vida comunitaria: monjes
cultivando la huerta, confeccionando vestimentas litúrgicas o en sus momentos
de expansión, como las tertulias benedictinas en el jardín y las oblatas
novicias jugando al baloncesto. De todo este mosaico destacan las declaraciones
de los monjes y monjas, de una autenticidad y verdad tan sencillas como
impactantes. Por ejemplo, el de una religiosa al que le quedan pocos meses de
vida y habla de su muerte —acaecida la pasada Navidad— con una alegría y fe
sobrecogedoras. U otra monja, madre de familia, que cuenta cómo vivió la muerte
en un accidente de su hija —que tenía dos hijas pequeñas— cuando ella ya había
ingresado en el convento.
El filme de
Santos Blanco, con guion de Javier Lorenzo, está dividido en tres capítulos
—«Camino», «Verdad» y «Vida»— y está a la altura de Lourdes (2022). Uno de los mejores
documentales religiosos de los últimos años.
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