Nuestra Fe | Benedetta Capelli
Fisichella: En un clima de
rencores, el Jubileo es un camino de esperanza
En el
Encuentro de RÃmini, el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización
habló sobre el próximo Año Santo, explicando el valor de la esperanza y
subrayando que la indulgencia es el perdón de Dios, un don que no es
«lucrativo» porque «no hay nada que comprar». El alcalde de Roma, Gualtieri,
anunció que se esperan más de cien mil peregrinos diarios en la capital
italiana durante el Jubileo.
Esperanza y
perdón: son las dos palabras clave que monseñor Rino Fisichella, pro-prefecto
del Dicasterio para la Evangelización y responsable del Jubileo 2025, ofreció a
los asistentes al Meeting de RÃmini para explicar el Año Santo que el Papa
Francisco ha proclamado con la bula «Spes non confundit» (La esperanza no
defrauda). Durante la mesa redonda «El Jubileo 2025», Fisichella recordó el
tema de la revista Comunión y Liberación, recordando que «sin esperanza no
podemos captar lo esencial de la vida, la esperanza -dijo- pertenece a lo
esencial de la vida cristiana porque junto con la fe y la caridad representa el
estilo del creyente».
Una esperanza que se convierte en gesto
La
originalidad del anuncio del Jubileo -continuó explicando el prelado- reside en
la unidad de dos elementos: la esperanza misma, pero también «la capacidad de
dar, de ofrecer, de participar, de poner signos concretos de esperanza».
Monseñor Fisichella recordó que implica «un camino personal de toda la Iglesia,
de la humanidad, por eso somos peregrinos. En un momento como éste, en el que
hay tanta violencia cotidiana».
Indulgencia, perdón de Dios, «no hay nada que ganar»
«La
indulgencia lucrativa -prosiguió el pro-prefecto del Dicasterio para la
Evangelización- debe ser cancelada. Nunca he usado este verbo y me gustarÃa que
no se usara nunca. No hay nada que ganar porque no hay nada que comprar». La
indulgencia, añadió, es un don de Dios y «el Jubileo es el anuncio de un gran
perdón que se nos da». Fisichella recordó que el Papa Francisco, en la bula de
indulgencia, subraya que el perdón no cambia el pasado, pero puede ayudar a
vivir mejor en el futuro. Una indicación necesaria para mirar hacia adelante.
«En un clima también de rencor, violencia, venganza, el Jubileo -subrayó,
además- viene a recordarnos el gran don de Dios. El perdón, la indulgencia, son
una gracia, no una conquista. Lucrar no significa nada. Y la experiencia del
perdón de Dios llega a través de un camino: la peregrinación, el paso por la
Puerta Santa, la profesión de fe, la obra de caridad. El anuncio es que Dios
viene a tu encuentro».
La belleza del Evangelio
Como
conclusión del encuentro, monseñor Fisichella recordó el gran trabajo invisible
en la organización del Jubileo, utilizando el ejemplo de las Olimpiadas para
explicar que detrás de los podios hay siempre un gran compromiso invisible.
«Asà que, si se me permite la analogÃa, el trabajo pasa... lo importante es que
se llegue a vivir la experiencia ganando 40 medallas». Pero el deseo que habita
en su corazón es el de una Iglesia que, viviendo el Jubileo, «pueda estar aún
más convencida de la belleza y la responsabilidad de llevar el Evangelio a
todos. Porque el Jubileo es una expresión peculiar de la evangelización».
Gualtieri, intervenciones en sintonÃa con el
Magisterio del Papa
En la conexión
de vÃdeo participó también el Comisario para el Jubileo y Alcalde de Roma,
Roberto Gualtieri, que habló del Año Santo como «un desafÃo que hace temblar el
pulso», pero también una oportunidad espiritual y no sólo para hacer de la
capital italiana un lugar «bello, eficaz e inclusivo», sino en sintonÃa «con
los valores indicados por el Papa: la solidaridad, la inclusión, la tutela de
la creación, el deber de acoger a todos lo mejor posible». Se esperan 33
millones de peregrinos, más de 100 mil al dÃa: cifras importantes -explicó el
alcalde- para las que Roma estará preparada».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...