La Familia | LFI
Cero
pantallas hasta los 6 años
Cero pantallas antes de los 6
años y de 7 a 12 años limitar el uso de
pantallas a menos de una hora diaria, esta es la nueva
recomendación de la Asociación Española de Pediatría
(AEP)
El uso excesivo de dispositivos digitales puede
afectar la salud a cualquier edad, pero los niños y adolescentes son
especialmente vulnerables debido a su desarrollo físico y mental en curso. Por
ello, la Asociación Española de Pediatría revisa y
actualiza anualmente sus recomendaciones para las familias a través del grupo
de trabajo de Salud Digital del Comité de Promoción de la Salud.
Consecuencias
del uso excesivo de pantallas
Según la AEP, numerosos estudios médicos han
evidenciado que el impacto del abuso de pantallas en la infancia y adolescencia
es multifactorial, afectando diversas áreas de la salud y reduciendo la calidad
de vida. Entre
las principales consecuencias destacan:
- Alteraciones en el sueño: menos horas de descanso y peor calidad del mismo.
- Hábitos alimentarios poco saludables.
- Reducción de la actividad física.
- Mayor riesgo cardiovascular.
- Fatiga visual, con aumento de problemas como la miopía y el estrabismo.
- Cambios en el desarrollo cerebral, incluyendo reducción del volumen cerebral.
- Falta de interacción social.
- Retrasos en el lenguaje.
Nuevas recomendaciones de la AEP
Ante los riesgos mencionados, en diciembre de
2024 la AEP actualizó sus pautas sobre el uso de pantallas en la infancia y
adolescencia, ampliando la franja de edad en la que se recomienda evitar la
exposición digital. Estas son las principales sugerencias:
- De 0 a 6 años: evitar
completamente el uso de pantallas, ya que no existe evidencia de que haya un
tiempo seguro de exposición. Como única excepción, se permite su uso bajo
supervisión adulta para el contacto social con un propósito concreto, como
escuchar un cuento o una canción.
- De 7 a 12 años: limitar
el uso de pantallas a menos de una hora diaria, incluyendo el tiempo dedicado a
tareas escolares. Se recomienda priorizar actividades protectoras como el
deporte, el contacto con la naturaleza y la socialización cara a cara.
- De 13 a 16 años: restringir
el uso de pantallas a un máximo de dos horas diarias, incluyendo deberes
escolares. Además, se aconseja el uso de herramientas de control parental y
optar por teléfonos sin acceso a internet.
Preadolescencia
y adolescencia: impacto de las pantallas en la interacción social y salud
mental
En un artículo publicado por empatallados, en el cual
amplían las recomendaciones de la AEP señalan que la etapa adolescente tiene
gran importancia en el desarrollo cerebral. En ella finaliza
la maduración del sistema límbico, encargado de regular las emociones
primarias (como el miedo o el enfado), modular las necesidades primarias (como
el hambre) y generar la motivación para realizar acciones, aprender y recordar.
Además, en esta etapa se inicia la
maduración progresiva de la corteza cerebral. Sus funciones están
relacionadas con las actividades ejecutivas superiores, como la regulación
emocional y de la conducta, la planificación, la toma de decisiones… Esto
explica la impulsividad y emotividad en la adolescencia. Por ello, es importante
el acompañamiento de los adultos.
La mayoría de los estudios sobre adolescencia se
centran en la interacción social y salud mental. Las redes sociales pueden
afectar en esta etapa debido a la desinformación y a la información
contradictoria presente en ellas, ocasionando problemas en la adaptación
al grupo o la aceptación de su nueva imagen corporal.
En cuanto al bienestar emocional y la salud
mental, según datos de Unicef España, el 33% de adolescentes presentan
un uso problemático de internet. Sin que quede demostrada la relación
causa-efecto, el indicador de bienestar emocional se reduce a la
mitad y la tasa de depresión es más del triple, entre los que presentan un uso
problemático de internet.
Un mal uso del entorno digital puede precipitar
también situaciones de violencia. Según Unicef, 1 de cada 5
adolescentes podría ser víctima de ciberacoso. Además, hay que estar alerta en
lo referente a los discursos del odio en redes, frente a grupos vulnerables.
La influencia
del comportamiento de los padres
La evidencia científica también señala una
relación directa entre el tiempo que los padres pasan frente a las
pantallas y el que sus hijos les dedican, especialmente en momentos clave
como las comidas y la hora de dormir.
«En la etapa infantil se precisa de una persona
cuidadora sensible que esté presente y disponible. El uso de la
pantalla de la persona adulta afecta la interacción padre-hijo», comparten
desde empantallados.com
Se ha observado, por tanto, que un uso excesivo
de dispositivos por parte de los adultos puede incrementar las rabietas y otros
problemas de conducta en los niños, ya que interfiere en la capacidad de los
padres para interpretar sus necesidades.
La necesidad
de un esfuerzo conjunto
Si bien la familia desempeña un papel
clave en la protección de los menores frente al uso excesivo de
pantallas, la AEP advierte que esta responsabilidad no puede recaer
exclusivamente en los hogares. Dado el tiempo que los niños pasan en el sistema
educativo y las diferencias entre familias, es fundamental que las
administraciones públicas y los centros escolares adopten medidas efectivas.
La AEP insta a los gobiernos y al sistema
educativo a tomar cartas en el asunto, llegando incluso a considerar el abuso
de pantallas en la infancia como un problema de salud pública. De lo contrario,
advierten los expertos, los menores de entornos vulnerables serán los más
perjudicados en términos de salud y desarrollo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...