Nuestra Fe | Renato Martinez
El Papa en el Ángelus: No a
cristianos de ocasión sino a testigos del Reino
Este domingo 6
de julio, en su alocución previa a la oración mariana del ángelus, el Santo
Padre invocó a la Virgen María para que “interceda por nosotros y nos acompañe
en el camino del seguimiento del Señor, para que también nosotros podamos
convertirnos en alegres trabajadores del Reino de Dios”.
La Iglesia y el mundo no necesitan
“cristianos de ocasión” que de vez en cuando dan cabida a algún buen
sentimiento religioso o participan en algún evento; sino “obreros deseosos de
trabajar en el campo de la misión, discípulos enamorados que den testimonio del
Reino de Dios”. Este es el centro de la reflexión que el Papa León XIV dirigió
este domingo 6 de julio, a los fieles y peregrinos congregados en la Plaza de
San Pedro, para rezar la oración mariana del ángelus.
La esperanza del Evangelio está destinada a todos
Al comentar el Evangelio de este
XIV Domingo del Tiempo Ordinario, el Santo Padre dijo que, hoy san Lucas
(10,1-12.17-20) nos recuerda la importancia de la misión, a la que todos
estamos llamados, cada uno según su vocación y en las situaciones concretas en
las que el Señor lo ha puesto.
“Jesús envía a
setenta y dos discípulos (v. 1). Este número simbólico indica que la esperanza
del Evangelio está destinada a todos los pueblos. Tal es la amplitud del
corazón de Dios: su abundante cosecha, es decir, la obra que Él realiza en el
mundo para que todos sus hijos sean alcanzados por su amor y sean salvados”.
Dios ha salido generosamente al mundo a sembrar
Y siguiendo su comentario, el
Obispo de Roma señaló que, por un lado, Dios, como un sembrador, ha salido
generosamente al mundo a sembrar y ha puesto en el corazón del hombre y de la
historia el deseo de infinito, de una vida plena, de una salvación que lo
libere.
“Por eso la
mies es mucha, el Reino de Dios germina como una semilla en la tierra y los
hombres y mujeres de hoy, incluso cuando parecen abrumados por tantas otras
cosas, esperan una verdad más grande, buscan un sentido más pleno para su vida,
desean justicia y llevan en su interior un anhelo de vida eterna”.
Son pocos los obreros que van a trabajar al campo
Asimismo, el Pontífice indicó que,
por otra parte, son pocos los obreros que van a trabajar al campo sembrado por
el Señor y que, antes aún, son capaces de reconocer, con los ojos de Jesús, el
buen grano listo para la cosecha.
“Hay algo
grande que el Señor quiere hacer en nuestra vida y en la historia de la
humanidad, pero son pocos los que se dan cuenta, los que se detienen para
acoger el don, los que lo anuncian y lo llevan a los demás”.
No a “cristianos de ocasión”, si a “discípulos enamorados” del Reino
Por ello, el Papa León señaló que,
hoy la Iglesia y el mundo no necesitan personas que cumplen con sus deberes
religiosos mostrando su fe como una etiqueta exterior; necesitan, en cambio,
obreros deseosos de trabajar en el campo de la misión, discípulos enamorados
que den testimonio del Reino de Dios dondequiera que se encuentren.
“Quizás no
falten los ‘cristianos de ocasión’, que de vez en cuando dan cabida a algún
buen sentimiento religioso o participan en algún evento; pero son pocos los que
están dispuestos a trabajar cada día en el campo de Dios, cultivando en su
corazón la semilla del Evangelio para luego llevarla a la vida cotidiana, a la
familia, a los lugares de trabajo y de estudio, a los diversos entornos
sociales y a quienes se encuentran en necesidad”.
María interceda por nosotros para ser alegres testigos del Reino
Y para hacer esto, precisó el Papa,
no se necesitan demasiadas ideas teóricas sobre conceptos pastorales; se
necesita, sobre todo, rezar al dueño de la mies y profundizar en “la relación
con el Señor, cultivar el diálogo con Él”. Entonces Él nos convertirá en sus
obreros y nos enviará al campo del mundo como testigos de su Reino.
“Pidamos a la
Virgen María, que se entregó generosamente diciendo «Yo soy la servidora del
Señor», y participando de esta forma en la obra de la salvación, que interceda
por nosotros y nos acompañe en el camino del seguimiento del Señor, para que
también nosotros podamos convertirnos en alegres trabajadores del Reino de
Dios”.
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