Reflexión | P. Ciprián Hilario, msc
Homilía sobre las
lecturas del XXV lunes del Tiempo Ordinario: Esdras 1,1-6; Salmo 125,1-6; Lucas
8,16-18
(22 de septiembre 2025)
Queridos hermanos y hermanas:
Las lecturas de hoy nos invitan a
reflexionar sobre la acción de Dios en la historia, la esperanza en su
providencia y nuestra responsabilidad de hacer brillar la luz de la fe en el
mundo. A través de las Escrituras, Dios nos habla y nos guía para vivir
plenamente como sus discípulos en el mundo de hoy. Vamos a desglosar las lecturas
y a extraer algunos puntos para nuestra vida cotidiana.
1. Esdras 1,1-6: Dios actúa en la
historia
En la primera lectura, vemos cómo Dios
mueve el corazón de Ciro, rey de Persia, para permitir que el pueblo de Israel
regrese a Jerusalén y reconstruya el templo. Este pasaje nos recuerda que Dios
es soberano sobre la historia y puede usar incluso a personas no creyentes para
cumplir sus planes de salvación. El pueblo, exiliado y disperso, recibe una
nueva oportunidad para volver a su tierra y renovar su relación con Dios.
Punto para la vida hoy: Confía en la
providencia divina. A veces,
en nuestra vida, enfrentamos situaciones que parecen desalentadoras o fuera de
nuestro control, como un "exilio" personal: problemas familiares,
laborales o de salud. La lectura nos anima a confiar en que Dios está obrando,
incluso a través de circunstancias inesperadas o personas improbables.
Pregúntate: ¿Dónde veo la mano de Dios actuando en mi vida hoy, incluso en
medio de las dificultades?
Sé generoso en la obra de Dios. Los que no podían regresar ayudaron con dones y ofrendas
para la reconstrucción del templo. Reflexiona: ¿Cómo puedo contribuir al
plan de Dios, ya sea con mi tiempo, talentos o recursos, para edificar su Reino
en mi comunidad?
2. Salmo 125,1-6: La alegría de la
restauración
El salmo 125 canta la maravilla de la
liberación de Israel, comparándola con un sueño del que uno despierta lleno de
alegría. Pero también reconoce que la restauración requiere esfuerzo y
paciencia: "Los que sembraban con lágrimas cosecharán con gritos de
alegría". Este salmo nos habla de la esperanza y la perseverancia en
los momentos de prueba.
Punto para la vida hoy: Cultiva la
esperanza en las dificultades. En
nuestra vida diaria, enfrentamos retos que pueden hacernos sentir que
"sembramos con lágrimas". Sin embargo, el salmo nos asegura que Dios
transforma nuestro esfuerzo y dolor en alegría. ¿Qué "semillas"
estás sembrando hoy con paciencia, confiando en que Dios las hará fructificar?
Da testimonio de las maravillas de Dios. El salmo dice: "El Señor ha hecho grandes cosas por
nosotros". Reflexiona: ¿Cómo puedo compartir con otros las bendiciones que
he recibido, para que mi vida sea un testimonio de la bondad de Dios?
3. Lucas 8,16-18: Haz brillar tu luz
En el Evangelio, Jesús usa la imagen de
la lámpara para enseñarnos que la luz de la fe no debe ocultarse, sino
colocarse en un lugar visible para que ilumine a todos. También nos advierte
que debemos escuchar con atención la Palabra de Dios, porque "al que
tiene se le dará más, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree
tener".
Punto para la vida hoy: Vive tu fe con
valentía. La lámpara encendida simboliza
nuestra fe, que debe brillar en nuestras palabras, acciones y decisiones. En un
mundo donde a veces se ridiculiza o se rechaza la fe, Jesús nos llama a no
esconderla, sino a compartirla con amor y autenticidad. Pregúntate: ¿En qué
aspectos de mi vida (trabajo, familia, redes sociales) puedo mostrar más
claramente mi fe?
Escucha y acoge la Palabra de Dios. Jesús nos invita a ser receptivos a su enseñanza, porque
la fe crece cuando la ponemos en práctica. Dedica tiempo a la oración y a la
lectura de la Escritura. ¿Cómo puedo ser más atento a lo que Dios me dice
cada día, y cómo puedo aplicarlo en mi vida?
Aplicación práctica para hoy
Confía en Dios en los momentos de
"exilio": Como el
pueblo de Israel, identifica una situación difícil en tu vida y entrégala a
Dios, confiando en que Él está obrando.
Sé luz en tu entorno: Haz un acto concreto de bondad esta semana (ayudar a
alguien, compartir un mensaje de esperanza, perdonar) para que tu fe ilumine a
otros.
Sembrar con esperanza: Dedica tiempo a una tarea que requiera paciencia (una
relación, un proyecto, un cambio personal) confiando en que Dios traerá fruto a
su tiempo.
Escucha activamente la Palabra: Comprométete a leer y meditar una pequeña porción de la
Escritura cada día, pidiéndole a Dios que te muestre cómo aplicarla.
Conclusión
Hermanos, las lecturas de hoy nos
recuerdan que Dios actúa en nuestra historia, nos llena de esperanza y nos
llama a ser luz en el mundo. Como el pueblo de Israel, confiemos en su
providencia. Como los que siembran con lágrimas, perseveremos con esperanza. Y
como la lámpara sobre el candelero, dejemos que nuestra fe brille para
glorificar a Dios y edificar a los demás. Que María, Madre de la Luz, nos guíe
para vivir estas enseñanzas con un corazón abierto y generoso. Amén.
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