Entrevista | Padre Marek Weresa
El nuevo nuncio en Irak: Los
cristianos están en declive, pero conservan un rol clave
Entrevista del
Vaticano con el representante papal Mirosław Wachowski, arzobispo polaco que
comparte el camino de su vocación, su misión en la tierra de Abraham y su
servicio a la Iglesia en la promoción de la dignidad humana y la paz.
Nombrado nuncio en Irak por el Papa
León XIV, el 18 de septiembre, Monseñor Mirosław Stanisław
Wachowski explicó la importancia de este encargo en una entrevista con
los medios vaticanos. Actualmente Subsecretario de la Santa Sede para las
Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, y elevado a
Arzobispo Titular de Villamagna di Proconsolare, el prelado recuerda sus
orígenes en la «desconocida» región polaca de Masuria, su vocación de niño «sin
talentos particulares». Sin embargo, afirma, este profundo sentimiento de
incompetencia no le impidió confiar: «Respondí entonces, confiando más en su
gracia que en mis propias y limitadas capacidades».
Una Iglesia de mártires en una tierra desgarrada
Impulsado por un fuerte espíritu de
humildad, Monseñor Wachowski da la bienvenida a esta nueva misión a "una
tierra de fe y tradición". Precisa que se le envía "adonde llegó
Abraham, el padre de la fe de las tres religiones, el amigo del Señor Dios. Soy
enviado a una Iglesia antigua, construida sobre la proclamación apostólica del
Evangelio". La Iglesia en Irak, observa, ha preservado la fe no solo
durante sus épocas de florecimiento, sino también cuando se convirtió en una
Iglesia de mártires y sufrió persecución. A pesar del drástico descenso del
número de cristianos en el país, especifica que desempeñan un papel
fundamental. "Son muy valorados tanto por las autoridades como por la
sociedad, porque son un factor de estabilización en una sociedad a menudo
desgarrada por divisiones, disputas y conflictos".
Promoción de la paz y los derechos humanos
El arzobispo Wachowski considera su
rol como nuncio no solo como una función diplomática, sino, sobre todo, como
una misión espiritual. Enfatiza que «todo nuncio apostólico es un representante
del Santo Padre, cuyo ministerio es contribuir a la profundización de la
comunión entre las Iglesias locales y Roma». Gracias al nuncio, los fieles
pueden sentir la cercanía del Papa, y el Santo Padre puede estar al tanto de
sus alegrías y preocupaciones. El prelado enfatiza especialmente la necesidad
de que el Papa esté cerca de los fieles y promueva la paz y los derechos
humanos. El papel del representante papal es crucial en este sentido: actúa
como delegado ante las autoridades civiles y porque «promueve la dignidad de la
persona humana, los derechos humanos universales y trabaja por la paz».
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