Nuestra Fe | Federico Piana
El informe de ACN sobre
libertad religiosa: a dos tercios del mundo se les niega creer
Presentado en
Roma el informe 2025 de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Según los datos, más de 5400 millones de personas viven en países donde se
niega sistemáticamente el derecho a profesar libremente su fe. El autoritarismo
de los gobiernos, una amenaza global.
El dato es
impactante: «Dos tercios de la humanidad viven en países donde la libertad
religiosa no está plenamente garantizada». Si pusiéramos en fila uno por uno a
esos hombres, mujeres y niños a los que se les impide rezar, expresar
públicamente sus creencias o que incluso son asesinados por su fe, tendríamos
ante nosotros un ejército infinito: más de 5400 millones de personas a las que
se les niega un derecho, no un privilegio.
Un volumen sustancioso
Y la Fundación
Pontificia Internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) lo reitera en cada
página, en cada dato, en cada análisis del nuevo Informe sobre la libertad
religiosa en el mundo presentado hoy en el auditorio del Pontificio Instituto
Patrístico Agustiniano de Roma. Un volumen de más de 1200 páginas —nunca tantas
desde que, hace 25 años, se creó este estudio bienal— cuya amplitud demuestra
de manera plástica que las cosas no van tan bien. Es más, en un cuarto de siglo
incluso han empeorado.
Que no se apaguen los reflectores
Por otra
parte, lo han confirmado los propios ponentes que, al intervenir en la
presentación de los datos, han pedido que no se apaguen los reflectores sobre
un fenómeno cada vez más peligroso y quizás fuera de control. Sandra Sarti,
presidenta de ACN Italia, Regina Lynch, presidenta de ACN International, y
Alfredo Matovano, subsecretario de la Presidencia del Consejo de Ministros
italiano, moderados por Alessandro Gisotti, vicedirector de los medios de
comunicación del Vaticano, expresaron la opinión común de que toda la comunidad
internacional ya no puede evitar intervenir con prontitud. Sin mirar hacia otro
lado. Una actitud alentada también por el cardenal secretario de Estado, Pietro
Parolin, quien en su discurso de apertura del evento advirtió que es «deber de
los gobiernos y las comunidades abstenerse de obligar a alguien a violar sus
convicciones profundamente arraigadas o de impedir que cualquiera las viva
auténticamente».
Pocas mejoras
Pero al leer
el informe, presentado por la directora editorial del documento, Marta
Petrosillo, se comprende hasta qué punto todo esto se incumple
sistemáticamente. En primer lugar, porque la minuciosa investigación, que
examina 196 países en el periodo comprendido entre enero de 2023 y diciembre de
2024, «documenta graves violaciones en 62 de ellos. De estos, 24 están
clasificados como países de «persecución» y 38 como países de «discriminación».
Solo dos países —Kazajistán y Sri Lanka— han registrado mejoras con respecto a
la edición anterior del estudio». En la mayoría de estos países, la causa de la
represión religiosa es el autoritarismo: «Los gobiernos recurren a tecnologías
de vigilancia masiva, censura digital, legislaciones injustas y detenciones arbitrarias
para atacar a las comunidades religiosas independientes. El control de la fe se
ha convertido en un instrumento de poder político».
Nacionalismo religioso
África y Asia,
en particular, también sufren el auge del yihadismo y el nacionalismo
religioso. Según el informe, «en 15 países de ambos continentes representa la
causa principal de la persecución y en otros 10 contribuye a la
discriminación». El epicentro de la violencia yihadista parece ser toda la zona
del Sahel, donde han muerto cientos de miles de personas y donde se han
desplazado comunidades enteras, ciudades enteras. «El nacionalismo
étnico-religioso —añade el informe— alimenta paralelamente la represión de las
minorías en algunas zonas de Asia. En algunos casos, nos enfrentamos a una
«persecución híbrida», una combinación de leyes discriminatorias y violencia
perpetrada por civiles, pero alentada por la retórica política».
La causa de las guerras
Los conflictos
que están ensangrentando el mundo, como los de Ucrania, Myanmar y Gaza, han
dado un impulso sin precedentes a la violación de la libertad religiosa. «Las
guerras han generado una crisis silenciosa de desplazamientos. En el Sahel, por
ejemplo, milicias islamistas han destruido pueblos enteros. A todo esto, se
suma la delincuencia organizada, que ha surgido como un nuevo agente de
persecución: grupos armados asesinan o secuestran a líderes religiosos y
extorsionan a las parroquias para ejercer el control territorial».
Europa y Norteamérica también se ven afectadas
También en
Europa y Norteamérica la libertad religiosa se ve duramente y constantemente
afectada. Para darse cuenta de ello, basta con echar un vistazo a las cifras:
«En 2023, Francia registró casi mil ataques a iglesias; en Grecia se produjeron
más de 600 actos de vandalismo. Cifras similares se registraron también en
España, Italia y Estados Unidos». Ayuda a la Iglesia Necesitada ha lanzado por
primera vez una petición global para que, según afirman los organizadores, «los
gobiernos y las organizaciones internacionales garanticen la protección
efectiva del artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que
reconoce a toda persona el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia
y de religión».
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