Meditación | Patricia Ynestroza
El Papa León XIV llama a
recuperar la esperanza y la confianza en la vida
En su última
catequesis, el Papa León XIV advirtió sobre la creciente pérdida de confianza
en la vida y llamó a recuperar la esperanza como fuerza esencial de la
existencia humana, destacando que la Pascua ofrece la luz necesaria para
enfrentar un mundo marcado por el cansancio, la incertidumbre y la desilusión.
Durante su
catequesis, el Papa León XIV ofreció una reflexión sobre el valor de la vida
humana, la crisis contemporánea de esperanza y el papel central de la Pascua en
la comprensión cristiana de la existencia. Ante miles de fieles reunidos en la
Plaza de San Pedro, el Pontífice advirtió sobre una “enfermedad difundida” en
el mundo moderno: la creciente falta de confianza en la vida.
La vida como don y misterio
“Muchas vidas,
en todas las partes del mundo, aparecen como fatigadas, dolorosas, llenas de
problemas y de obstáculos por superar. Sin embargo, el ser humano recibe la
vida como un don: no la pide, no la elige, la experimenta en su misterio desde
el primer día hasta el último. La vida tiene su especificidad extraordinaria:
nos es ofrecida, no podemos dárnoslas nosotros mismos, y tiene que ser
alimentada constantemente: es necesario un cuidado que la mantenga, la haga
dinámica, la custodie, la relance.”
El Papa
destacó que, pese a las dificultades cotidianas que afectan a millones de
personas en todos los continentes, la vida sigue siendo un regalo que el ser
humano recibe sin pedirlo ni escogerlo. “La vida nos es ofrecida y requiere un
cuidado constante”, afirmó, subrayando que este don plantea las grandes
preguntas que atravesaron todas las épocas: quiénes somos, de dónde venimos y
hacia dónde vamos.
Según León
XIV, estas preguntas expresan la necesidad profunda de sentido que acompaña a
cada persona. En este contexto, la esperanza se convierte en un elemento
indispensable. “Sin esperanza, la vida corre el riesgo de aparecer como un
paréntesis entre dos noches eternas”, advirtió el Pontífice.
La crisis contemporánea: resignación y desconfianza
El Papa dedicó
parte de su catequesis a analizar lo que considera una de las problemáticas más
extendidas de la sociedad actual: la desconfianza hacia la propia existencia.
“Muchos viven como si la vida fuera una amenaza de la cual protegerse”,
lamentó, y añadió que el mundo parece haberse resignado a una especie de
fatalismo.
Frente a ello,
recordó que la fe cristiana presenta a Dios como el “amante de la vida”,
citando el Libro de la Sabiduría, y llamó a dar testimonio de esta visión en un
contexto marcado por el desencanto.
“Queridos, en
el mundo hay una enfermedad difundida: la falta de confianza en la vida. Como
si nos hubiésemos resignado a una fatalidad negativa, de renuncia. La vida
corre el riesgo de no representar más una posibilidad recibida como don, sino
una incógnita, casi una amenaza de la cual preservarse para no desilusionarnos.
Por esto, el valor de vivir y de generar vida, de testimoniar que Dios es por
excelencia «El amante de la vida», como afirma el Libro de la Sabiduría
(11,26), es hoy más que nunca un llamado urgente.”
Cristo como modelo de vida que se entrega
El Pontífice
repasó también diversos momentos del Evangelio en los que Jesús muestra su
cercanía con los enfermos, los excluidos y los desesperados. “Cristo es la vida
y ha generado vida sin reservarse nada”, afirmó. Este ejemplo, según explicó,
invita a los creyentes a un compromiso activo con la promoción de la vida en
todas sus formas. León XIV señaló que esta misión no se limita a la maternidad
y la paternidad, sino que implica trabajar por una economía solidaria, promover
el bien común, proteger la creación y ofrecer consuelo a quienes sufren.
Generar vida, aseguró, es una tarea amplia que exige presencia, escucha y
acciones concretas.
Entre el drama humano y la fidelidad divina
El Papa
también se refirió a los relatos bíblicos que muestran cómo la libertad humana
convierte la existencia en un drama marcado por tensiones y contradicciones.
Citó el episodio de Caín y Abel para ilustrar cómo la rivalidad y la violencia
han acompañado a la humanidad desde sus orígenes. Sin embargo, subrayó que
“Dios no se cansa de sostener a la humanidad” incluso cuando repite los errores
del pasado.
“La lógica de
Dios, en cambio, es otra. Dios permanece fiel por siempre a su diseño de amor y
de vida; no se cansa de sostener a la humanidad también, cuando tras los
rastros de Caín, obedece al instinto ciego de la violencia en las guerras, en
las discriminaciones, en el racismo, en las múltiples formas de esclavitud.”
La Resurrección como fuerza
transformadora
Hacia el final
de su catequesis, León XIV centró su mensaje en la Pascua de Cristo, a la que
definió como “la fuerza que nos sostiene en el desafío de vivir”. Según el
Pontífice, la Resurrección es el fundamento de la esperanza cristiana y la
garantía de que Dios continúa acompañando a la humanidad en todas sus
oscuridades.
“El Señor
Resucitado pasa nuevamente por nuestra vida y camina con nosotros”, aseguró,
enviando un mensaje de consuelo a quienes se sienten desanimados o atrapados en
situaciones sin salida.


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