Reflexión | P. Ciprián Hilario, msc
¿Cómo vas a resolver si no prevés antes?
¡Qué
frase tan profunda y tan dominicana a la vez! “Cómo vas a resolver si no
prevés antes” es una reflexión que encierra mucha sabiduría práctica y
hasta un poquito de reproche cariñoso, como cuando una tía o un abuelo te lo
suelta porque hiciste algo a lo loco.
En
el fondo está diciendo tres cosas muy ciertas:
-
La mayoría de los problemas se resuelven antes de que aparezcan.
-
Prever es el 80 % de la solución. El que piensa adelante casi nunca tiene que
correr atrás apagando incendios.
-
Actuar sin prever es cómo manejar de noche sin faros: vas a chocar, aunque seas
el mejor chofer.
-
Puedes tener toda la voluntad, el dinero o la inteligencia del mundo, pero si
no anticipaste las consecuencias, te va a salir caro (en tiempo, en plata, en
lágrimas o en vergüenza).
La
improvisación constante es síntoma de falta de visión o de disciplina.
Hay
gente que vive orgullosa de “resolver en el momento”, pero muchas veces
eso solo es una forma elegante de decir “nunca planifiqué nada y ahora estoy
estresado otra vez”.
En
la vida diaria vemos esto todo el tiempo:
- El que no
previó el tapón y sale tarde → llega sudado y disculpándose.
- El que no previó que se acababa el gas → cocina con leña
o pide comida cara.
- El que no previó que su pareja necesitaba
atención → ahora está
resolviendo una crisis sentimental.
Prever no es ser pesimista ni de mal agüero; es respeto por uno mismo y por los demás. Es amor en forma de planificación.
Así que la próxima vez que te veas en apuro, pregúntate con calma:
¿Esto
se pudo haber evitado si yo hubiese previsto antes?
Y
la respuesta casi siempre será: “claro que sí, loco”.
Quien
solo resuelve, siempre llega tarde.
Quien
prevé, resuelve antes de que exista el incendio.
La
verdadera inteligencia no es reaccionar rápido, sino hacer que no sea necesario
reaccionar.


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