Para Vivir Mejor | Alejandro Vázquez-Dodero*
¿Por qué la
lealtad es crucial para mi felicidad?
La lealtad es una virtud
fundamental: su práctica coherente con nuestros valores
y compromisos fortalece nuestras relaciones, y en definitiva nos hace
más felices.
La lealtad se
refiere a la actitud de quien no engaña, ni traiciona o abandona a
sus amigos o personas con quienes tiene una especial relación, alineándose a
los ideales o convicciones que les unen.
Muy interesante nos parece la relación de
sinónimos que muestra el diccionario de la lengua española al referirse a la
lealtad: fidelidad, nobleza, franqueza, amistad, honradez, devoción, adhesión,
cumplimiento y observancia.
Quisiéramos referirnos especialmente a la
relación de la lealtad con la fidelidad, pues, aunque se las tenga por
sinónimos, no son exactamente lo mismo.
“Lealtad” proviene del vocablo latino
“legalitas”, y define el carácter de una persona. Quien es leal se sujeta a un
código de normas –explÃcitas o implÃcitas– para cumplirlo en todo momento. En
un compromiso basado en la confianza y los valores compartidos con el otro.
Al hablar de lealtad nos referimos a la
coherencia entre los modos de comportarse de una persona y sus ideales: la
persona leal se decantará por obedecer a aquellos valores hasta en las
situaciones difÃciles, manteniendo asà sus compromisos prestablecidos.
Por su parte, la palabra “fidelidad”, que
proviene del latÃn “fidelitas”, podrÃamos decir que va más allá, y se refiere a
un compromiso moral donde entra en juego la coherencia a ese nivel, moral, de
una persona. Es una conducta por la que puede medirle la moralidad de un acto,
cual es preservar el compromiso adquirido. Se es fiel a compromisos de carácter
más elevado, como la vocación, matrimonial o de cualquier otro orden, pero en
ese grado supremo de vinculación con el prójimo.
Modos
concretos de demostrar la lealtad
Como sucede con toda virtud, las obras son las
que demuestran la adquisición y desarrollo de la lealtad.
Al efecto, hemos querido reflejar una serie de
situaciones en las que aparece la lealtad en todo su esplendor. Se trata en
definitiva de modos de cumplir promesas o compromisos, actuando con
determinación.
Estos serÃan algunos ejemplos de cómo ser leal y potenciar la lealtad:
- Con los amigos: apoyarse en todo momento, no hablar mal de ellos a sus espaldas,
ser leal al compromiso compartido. Por ejemplo, guardar secretos, o estar
disponible para cualquier necesidad que presente esa amistad.
- Con la pareja: priorizar el bienestar del otro, y cumplir los acuerdos
establecidos. Por ejemplo, el apoyo mutuo en caso de dificultades emocionales,
laborales, o de salud.
- Con la familia: apoyar y cuidar a los miembros integrantes de la familia,
manteniendo –y enriqueciendo– los lazos familiares. Por ejemplo, el hijo que
cuida de sus padres enfermos o ancianos.
- Con la patria: participar en los deberes cÃvicos de los ciudadanos. Por ejemplo,
cumplir las leyes del paÃs en que se haya nacido o se resida, como signo de
gratitud e incluso orgullo de pertenencia.
- Con los negocios: generar lealtad entre los empleados y clientes de una empresa,
logrando que la sientan como propia y por tanto se sientan a gusto en su
entorno. Por ejemplo, velar por el ambiente laboral o procurar un servicio
exquisito a los clientes.
- Con Dios: compromiso respecto a los principios rectores o la doctrina de la
religión que se profesa, que en definitiva viene de Dios mismo. Por ejemplo,
observar la ley moral o, en el caso del Catolicismo, cumplir los mandamientos
establecidos.
- Con causas o ideologÃas: mantener el compromiso con ideales, causas
sociales o partidos polÃticos. Por ejemplo, a la hora de acudir a las
votaciones y emitir efectivamente el voto previamente deliberado.
-Con uno mismo: ser leal a uno mismo, por coherencia con los compromisos adquiridos y la
toma de decisiones a nivel particular, por encima de los sentimientos y de las
circunstancias o coyuntura del momento. Por ejemplo, ser auténtico sin que las
modas influyan en las decisiones adoptadas sobre el modo de vida.
Expuesto lo anterior, naturalmente podemos
concluir la presencia de abundante felicidad para quien se plantea su vida en
términos de lealtad. Esa persona no dependerá ni de sus propios gustos, ni del
qué dirán, ni de ninguna circunstancia, interna o externa, que atente contra su
autenticidad, lo que le hará ser quien es y, por ende, asimismo contentar a
quienes le rodeen en cada momento de su vida.


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