Agenda social y sexual pendiente

Consideraciones | Antonio Lluberes, sj.

 

Agenda social y sexual pendiente

 

El programa de gobierno del PRM y la nueva configuración del congreso, en particular de la cámara de diputados, en cuanto a edad y diferenciación social de sus miembros, puede conducir a la introducción de temas ya pendientes en el orden social y sexual que bien preocuparían por igual a la iglesia católica y a congregaciones protestantes.

Estos temas casi de seguro volverán a ser tratados mediante el cabildeo privado y la presión social de los medios y de la manifestación en la calle, pero se podrían también enfocar desde la formación de la conciencia teológica y moral de los feligreses y de los legisladores. La tensión podría oscilar entre el vencer o convencer.

 

Un tema de tiempo es el reclamo de grupos protestantes de la lectura y enseñanza de la Biblia en las escuelas públicas.  Ya se ha presentado y aprobado dos veces en el congreso, en el 2000 y 2019, pero no se ha implementado.

 

Otro a debatir es la educación sexual en las escuelas como prevención del embarazo precoz. La Conferencia del Episcopado Dominicano tiene una propuesta de educación afectiva y sexual “Aprendiendo a querer”, doce libros de texto para todos los niveles que, según sus promotores ha contribuido a reducir el embarazo adolescente, la violencia, el acoso y la deserción escolar.

 

Los derechos de género propuestos por el Minerd en la orden departamental 33-2019 fue adversado por la Conferencia del Episcopado porque pretende deconstruir los conceptos de masculinidad y femineidad, viendo el género como una construcción social al margen de la biología y pedía establecer una política de “igualdad de oportunidades, dignidad y derechos del hombre y la mujer” que evitaría una manipulación de conceptos y la introducción de la ideología de género.

 

Las “tres causales”, la posibilidad de interrumpir el embarazo cuando sea producto de una violación sexual o incesto, si la vida de la mujer se encuentra en riesgo, o cuando el feto presente malformaciones congénitas incompatibles con la vida, volverá a ser tema de discusión. Es derecho reclamado, entre otros, por   organizaciones feministas, el Colegio Médico, la Asociación de enfermeras, y la Asociación Nacional de Clínicas Privadas.

 

Las iglesias, casi todas, se han opuesto apoyadas en la constitución de 2010, artículo 37 que establece que “el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”. Las tres causales están asociadas a la aprobación final de la reforma del Código Penal que fue aprobado por los diputados y por el presidente Danilo Medina, pero pende de la aprobación de los senadores. En los temas de ética sexual se unen casi por igual católicos y protestantes.

 

En el orden social están los reclamos de las congregaciones protestantes. Ellos pidieron que se les reconozca validez civil a sus matrimonios religiosos, recibir beneficios económicos y tener un enlace con el poder ejecutivo y lo han logrado. Pero en sus críticas al Concordato con la Iglesia católica buscan no solo su supresión sino tener un acuerdo propio.

 

En última instancia, la laicidad del estado. Aunque el concordato de 1954 establece que “La Religión Católica, Apostólica, Romana sigue siendo la de la Nación Dominicana y gozará de los derechos y de las prerrogativas que le corresponden…” ha sido modificado en varios de sus puntos, por ejemplo, el más conflictivo, el articulo XV, el referente a los “plenos efectos civiles a cada matrimonio celebrado según las normas del Derecho Canónico”. Pero la practica consuetudinaria sigue concediendo a la Iglesia “derechos y prerrogativas”.

 

La constitución de 2010, menciona en su preámbulo el nombre de Dios, pero no define laicidad del estado.

 

Estos temas y reclamos podrían crear una tensión entre el vencer y convencer que demandarían consecuencia entre vida y reclamos, fidelidad a valores permanentes y adecuación a las nuevas formaciones sociales. ADH 848