Para vivir mejor | Dra. Miguelina
Justo
La soledad
compartida
La soledad ha sido protagonista de
mĂșltiples textos, canciones, poemas, incluso, tratados filosĂłficos. Canciones
populares muestran a la soledad como una reacción ante la pérdida de quien se
ha querido. Un ejemplo de esto es la pieza “Sola con mi soledad”, escrita
por el argentino AnĂbal Pastor, popularizada por Marisela. Las
letras comunican la profunda tristeza por el abandono sufrido, la persona se
encuentra pĂ©rdida sin la compañĂa del amado.
De su lado, el poeta español Ramón
Campoamor, habla de la sensaciĂłn de estar solo, esa que parece empeorar cuando
se experimenta en la presencia de otro ser humano. Para Campoamor esta
serĂĄ mucho peor que el mero hecho de encontrarse solo, asĂ lo indican estos
versos de su poema La tres rosas: “Sin el amor que encanta,/ la soledad
de un ermitaño espanta./ Pero es mĂĄs espantosa todavĂa/ la soledad de dos en
compañĂa.” Campoamor invita a contemplar la soledad como realidad
subjetiva, como estado interior, donde el dolor parece hacerse presente
también.
La soledad, en cambio, es apreciada
por algunos filĂłsofos como un estado fecundo, tal es el caso de Arthur
Schopenhauer. Este gran filĂłsofo alemĂĄn del siglo XIX, presenta la
soledad como una conquista, como un requisito para la verdadera libertad y la
sabidurĂa, como un espacio para crecer. AsĂ escribe: “Las grandes
mentes son como las ĂĄguilas, que construyen su nido en alguna elevada soledad.” El encuentro con
el otro se hace desde el reconocimiento de la abundancia personal, no desde la
carencia.
Al analizar estas ideas, fĂĄcil es
comprender que la palabra soledad tiene connotaciones tan distintas, que
parecen contradictorias. De ahĂ que sea importante ofrecer una definiciĂłn que
permita establecer con claridad el camino a explorar, mĂĄs allĂĄ del
sentimentalismo que la trivializa o de las banderas que la defienden. De
acuerdo a Hawkley y Cacioppo (2010), la soledad se define como un sentimiento
angustioso que acompaña la percepción de que las necesidades sociales de una
persona no estĂĄn siendo satisfechas por la cantidad o, especialmente, la
calidad de sus relaciones sociales.
Investigaciones han demostrado que la
soledad puede afectar tanto la salud fĂsica como mental de las personas.
Xia y Li, 2018, afirman que la soledad es un factor de riesgo para la
hipertensiĂłn y la arteriosclerosis, y puede ser tan mortal como la obesidad y
el fumar. La soledad puede ser factor de riesgo importante para la
demencia, también, de acuerdo a Sutin, Stephan, Luchetti y Terracciano,
2020. La relaciĂłn entre la soledad, la depresiĂłn y el insomnio es
multidireccional.
La soledad puede empeorar la
depresiĂłn, y esta puede profundizar el insomnio, lo que, a su vez, favorece a
la sensaciĂłn de soledad, tal como establecen Simon y Walker, 2018. Por
otro lado, la soledad puede incrementar el estrés percibido, el miedo, la
ansiedad y la rabia, al tiempo de disminuir el optimismo (Hawkley y Cacioppo,
2010). El impacto de la soledad parece ser mayor en los hombres, lo cual
tiene implicaciones para su prevenciĂłn y abordaje (Rico-Uribe, Caballero,
MartĂn-MarĂa, Cabello, Ayuso-Mateos, Miret, 2018).
La conexiĂłn con otros es vital para el
sano desarrollo de los seres humanos. De ahĂ que el aislamiento pueda ser
considerada una de las formas mĂĄs terribles de tortura o de castigo. El vĂnculo
social ha permitido la sobrevivencia de la especie y, por lo tanto, pudo haber
evolucionado un sistema de alarma para garantizar su satisfacciĂłn. AsĂ,
cuando una persona se ha sentido sola durante un tiempo, la sensaciĂłn de
malestar se activa, tal como el hambre o la sed, indicando que algo debe
hacer. CĂłmo este hombre, esta mujer actĂșe es determinante, asĂ como el
ambiente que le rodee. Quienes se sientan acogidos por otros, podrĂan estar
a salvo, sin embargo, ¿quĂ© pasarĂa con quienes no cuenten con otros
emocionalmente disponibles? QuizĂĄs algunos anestesiarĂĄn su malestar con
alcohol o con otras drogas, o confundirĂĄn la compañĂa con el cuerpo que se
cambia como sĂĄbana. Otros, anticiparĂĄn la frustraciĂłn y ni siquiera intentarĂĄn
acercarse a los demĂĄs. Tales estrategias podrĂan ahondar la sensaciĂłn de
soledad.
Proteger a quienes pueden estar en
mayor riesgo de sentirse solos es necesario, aquellos que se encuentran en las
orillas de la sociedad, esos que son sistemĂĄticamente excluidos. Es
importante prestar atenciĂłn a los envejecientes, desempleados, inmigrantes, a
las personas que sobreviven en medio de la pobreza y a quienes viven con un
problema de salud mental o una discapacidad. Igualmente, es necesario
acompañar a quienes enfrentan pérdidas o transiciones como el divorcio, el
nacimiento de un hijo o la adolescencia (Griffin, 2010).
El individualismo puede llevar a
pensar, errĂłneamente, que la soledad es una experiencia personal, y lo es, sin
embargo, no exclusivamente. El pensar de esta manera, el asumir estar
perspectiva solo termina culpabilizando al que ya sufre y minimizando su
experiencia. Recomendaciones como: “Debes hacer un esfuerzo por
acercarte a la gente” o “BĂșscate una novia” no reconocen los roles
que juegan la sociedad y quienes la componen en la prevenciĂłn y en el abordaje
de la soledad. Los modelos econĂłmicos imperantes han alterado el tejido
comunitario. El “yo” es defendido a expensas del “nosotros”, para dejar
un “Ă©l” que no se reconoce como semejante, un “tĂș, igualmente extraño y
ajeno.
La soledad se deshace ante la
conexiĂłn, y esta es posible gracias a la acogida real, esa que es capaz de
atravesar distancias emocionales y fĂsicas, para que la soledad, al menos sea
compartida.
Referencias
Campoamor,
R. (s. f.). Las tres rosas. Biblioteca virtual Miguel de
Cervantes. http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/los-pequenos-poemas--1/html/ff0e8dea-82b1-11df-acc7-002185ce6064_11.htm
Hawkley, L., & Cacioppo, J. (2010). Loneliness
matters: A theoretical and empirical review of consequences and mechanisms. Annals
of Behavioral Medicine, 40, 218–227. https://doi:10.1007/s12160-010-9210-8
Mental Health Foundation (2010). The lonely
society? https://www.mentalhealth.org.uk/sites/default/files/the_lonely_society_report.pdf
Rico-Uribe,
L., Caballero, F., MartĂn-MarĂa N., Cabello, M., Ayuso-Mateos J., Miret, M.
(2018). Association
of loneliness with all-cause mortality: A meta-analysis. PLoS ONE 13(1): e0190033. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0190033
Schopenhauer,
A. (2018). Counsels and Maxims de The Essays of Arthur Schopenhauer.
The Project Gutenberg. https://www.gutenberg.org/files/10715/10715-h/10715-h.htm
Simon, E. y Walker, M. (2018). Sleep loss causes social
withdrawal and loneliness. Nat Commun 9, 3146 https://doi.org/10.1038/s41467-018-05377-0
Sutin, A. , Stephan, Y., Luchetti, M., Terracciano, A.
(2010). Loneliness and Risk of Dementia, The Journals of Gerontology:
Serie B, Volumen 75, Issue 7, pĂĄgs. 1414–1422, https://doi.org/10.1093/geronb/gby112
| Liturgia
TERCERA SEMANA TIEMPO DE CUARESMA
"Ăl sabĂa lo que hay dentro de cada hombre"
DĂA INTERNACIONAL DE LA MUJER
VALOR: CONVERSIĂN PERSONAL Y PASTORAL
“ConviĂ©rtanse y crean la Buena Nueva" (Mc 1).
...
| Entrevista
| Espiritualidad
| ReflexiĂłn