Ecología Integral | Jovanny Kranwinkel.
jovannyk@gmail.com
Año 2021,
año “Laudato Si'”
Hasta
mayo de 2021 seguimos celebrando el año “Laudato Si”, convocado por el Papa
Francisco al cumplirse los 5 años de la encíclica social ecológica del Santo
Padre.
Al
iniciar el año habiendo pasado un año 2020 que cambió muchas cosas en nuestra
vida, es propicio hacer propósitos e intenciones que generen verdaderos cambios
culturales en la manera en que aprovechamos los recursos naturales de nuestro
país y cómo realizar menos acciones que impacten negativamente la salud de los
ambientes naturales existentes.
El
hecho de tener que vivir en confinamiento durante la pandemia del Covid-19 hizo
que tomaran un leve descanso el impacto negativo sobre los recursos naturales.
Sin embargo, surgieron también desaprensivos que aprovechando la poca
vigilancia hicieron graves delitos contra la naturaleza y que impacta
negativamente sobre el servicio ambiental que prestan.
Aunque
hay graves daños generados por grupos sobre todo empresariales como mal manejo
de la minería, pesquería descontrolada, deforestación, mal manejo de desechos
sólidos, contaminación del agua etc; no menos cierto es que hay un gran daño
generado por las pequeñas acciones que cada ser humano que vive en este planeta
realiza.
A
la par de buscar la solución para controlar y erradicar el patógeno del
coronavirus, la humanidad debería estar buscando la solución a reducir los
impactos naturales negativos que su estilo de vida genera.
La
naturaleza tiene sus reglas, sus tiempos, su forma y su balance, cuando estos
estilos de vida y de desarrollo humano alteran esas reglas, tiene consecuencias
muchas veces graves e irreversibles, afectando la vida de todos los seres vivos
del planeta.
Ojalá
al iniciar el año hiciéramos un balance de cómo vivimos ecológicamente el año
que terminó y como corregimos algunas cosas en este año que comienza. Algunas
de nuestras acciones cotidianas se han vuelto altamente impactantes y es
imperioso y casi urgentes cambiarlas.
Después
de que el Papa Francisco nos regalara la Laudato Si, tenemos una motivación
doctrinal que nos ayuda a ponernos en camino a que nuestros estilos de vida
sean lo menos impactantes, comenzando por nuestra forma de consumir y por eso
en su mensaje de este año por la Jornada Mundial por la paz, ha incluido el
tema de la conservación de la creación como don de Dios.
Estamos
llamados a esa “conversión ecológica” no tan solo por moda, dándonos cuenta que
el clima es un “bien común” que cuando se altera por los daños ambientales
generados en el planeta sobre todo por el comportamiento humano, nos afecta y
genera muerte y destrucción.
Muchas
cosas ya se han perdido y quizá no volverán a ser como fueron, sin embargo,
quizá quede un poco de tiempo para evitar otras. La naturaleza se restaura,
pero a su tiempo. El proceso de enseñanza y aprendizaje debe continuar y ser
reforzado en todos los espacios de la vida humana, desde nuestro hogar, la
escuela y las instituciones donde laboramos.
El
capítulo uno de la encíclica nos revela los 7 problemas más graves que sufre
hoy nuestra casa común, comenzando por el agua sin la cual ninguna forma de
vida sobrevive.
Miremos
como está nuestra relación con estos elementos y veamos como podemos ir
haciendo los cambios necesarios. Algunas pautas e ideas:
-
Nuestro consumo de agua diariamente: de
la que usamos, ¿qué cantidad desechamos inútilmente? ¿revisamos continuamente
los desperdicios de llaves e inodoros? ¿enseñamos a los más pequeños, jóvenes y
niños a conservar el agua? ¿contaminamos el agua de mares y ríos con nuestros
desechos?
- En cuanto a los desechos que producimos
diariamente, ¿consumimos descontroladamente comprando cosas que no necesitamos
para luego desecharlas y generar más contaminación? ¿Separamos los desechos
para que puedan ser aprovechados? ¿Reusamos cosas que pueden servir de nuevo?
¿recogemos los desechos nuestros mientras vamos en la calle o los tiramos donde
nos venga en gana? ¿tomamos agua dentro de nuestras iglesias, escuelas, zonas
públicas y dejamos la botella o el vaso plástico mal puesto?
- ¿Contaminamos el aire con nuestro
vehículo descontrolado, quemando basura en nuestro patio, con nuestras
industrias?
- ¿Analizamos y eficientizamos nuestro
consumo energético? ¿Apagamos las luces innecesarias? ¿dejamos los aires
acondicionados encendidos sin uso en oficinas y habitaciones?
- ¿Nos sumamos a las campañas de consumo
responsable con materiales que sean biodegradables o seguimos usando los que
son más impactantes? ¿Incidimos en nuestras instituciones para que sean más
sostenibles?
- ¿Nos duelen las acciones negativas que
hacemos contra la naturaleza?
Cada
año que pasa y seguimos igual, los impactos negativos crecen y nos hacen más
daños y sobre todo los más pobres son los que más lo sufren. Sin embargo,
nuestras acciones de pobres y ricos también son causantes de ese daño. Estamos
llamados a hacer un cambio de vida, en nuestros estilos, en nuestra mentalidad
incluso en nuestra vida de fe.
Hagamos
propósitos reales en los cambios de estilos de vida también en nuestras
instituciones eclesiásticas, obispados, parroquias, escuelas, dispensarios,
catedrales, etc; qué acciones se pueden cambiar para ser menos impactantes o
que ayuden en la conciencia colectiva.
La
creación fue “bien hecha” es lo que estamos llamados a enseñar y conservar. Que
este año Laudato Si, nos ayude a vivir en comunión con la creación.
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Quien
suscribe es el Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Pastoral de
Ecología y Medio Ambiente de la Conferencia del Episcopado Dominicano. ADH 852
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