En el exilio | Ron Rolheiser
Las Diez Mayores Luchas-de-Fe de Nuestra Era
A veces el simple hecho de poner nombre a algo puede ser inmensamente
útil. Mientras no somos capaces de poner nombre a algo nos sentimos más
indefensos ante sus efectos, sin llegar a saber realmente lo que nos está
ocurriendo.
Muchos de nosotros, por ejemplo, conocemos bien del libro “La
Iglesia Futura: Cómo están Revolucionando Diez Tendencias a la Iglesia
Católica”(“The Future Church: How Ten Trends are Revolutionizing the Catholic
Church”), de John Allen. Las realidades que menciona en
este libro, aun cuando no nos afecten directamente, nos ayudan aún a ponernos
en forma para bien.
Como periodista que viaja por el mundo como analista
del Vaticano para la cadena de televisión CNN y para el
importante periódico quincenal National Catholic Reporter, John
Allen es capaz de proporcionarnos, sobre temas de la iglesia, una perspectiva
más amplia y global de lo que generalmente disponemos nosotros, con nuestra
visión emocionalmente más concentrada y embrollada en nuestros propios temas
locales y nacionales. Los pesares que afectan a nuestra propia casa
pueden obcecarnos para no sensibilizarnos ante las grandes preocupaciones del
planeta: asà como, por el contrario, percibiendo de primera mano las
preocupaciones y sufrimientos de otros puede situar nuestras propias
preocupaciones y sufrimientos en una perspectiva más saludable. El marco global
de referencia de John Allen, como queda destacado en las mega-tendencias que él
menciona en su libro, nos ayuda efectivamente a mantener nuestras
preocupaciones eclesiales en una perspectiva más saludable.
Asà pues, aquà presento mi propio intento de poner nombre a
algunas realidades: Hace unos años el mismo John Allen, en una entrevista
que me hizo, me pidió elaborar una lista, según mi consideración, de las
diez luchas más importantes de nuestro tiempo en el ámbito de la fe y de la
iglesia. Lo acepté como un buen reto. La lista que sigue, sin duda con
una perspectiva menos global que las diez tendencias de Allen, es mi propio
intento de dar nombre a las luchas clave de fe y de iglesia con las que
lidiamos hoy. Me temo que mi visión, diferente de la de Allen, se dirija
más a culturas de Occidente más secularizadas que al mundo en general, en toda
su extensión.
¿Cuáles son las diez mayores luchas de nuestro tiempo en el ámbito de la
fe y de la iglesia, al menos tal
como se manifiesta en las partes más sumamente secularizadas de nuestro mundo?
1. La lucha de nuestra conciencia cotidiana contra el ateÃsmo, esto es, la
lucha por poseer un sentido vivencial de Dios dentro de una cultura secular que,
para bien o para mal, es el narcótico más poderoso infiltrado en este planeta…;
la lucha por ser conscientes de Dios fuera del templo y fuera de una
celebración explÃcitamente religiosa.
2. La lucha de vivir en comunidades rotas, divididas y altamente
polarizadas, siendo nosotros mismos personas heridas, y de soportar la
tensión sin resentimiento y sin devolverla en especie…; la lucha dentro de
nosotros mismos, aun estando heridos, para sanar a otros y ser pacificadores,
en vez de contribuir nosotros mismos a la tensión.
3. La lucha por vivir, amar y perdonar por encima de las
ideologÃas contagiosas que inhalamos cada dÃa, es decir,
la lucha por la auténtica sinceridad, para conocer y seguir a nuestras propias
mentes y corazones, superando lo que se nos impone por la derecha y por la
izquierda…; la lucha por no ser ni liberal ni conservador, sino más bien
hombres y mujeres de genuina compasión.
4. La lucha por cargar con nuestra sexualidad, ni con excesiva
frigidez ni con irresponsabilidad; la lucha por una sexualidad sana,
con su gran poder, a la que se puede reverenciar decorosamente y con la que se
puede deleitar como es debido…; la lucha para vivir nuestra sexualidad de
tal manera que irradie, a la vez, castidad y pasión.
5. La lucha por la interioridad y la oración, inmersos como
estamos en una cultura que, sedienta de información y distracción, constituye
una conspiración efectiva contra la profundidad y la soledad; es el eclipse del
silencio en nuestro mundo…; la lucha para volver nuestros ojos hacia un
horizonte más profundo, más allá de las pantallas digitales.
6. La lucha para ocuparse de manera saludable “del dragón” de la
grandiosidad personal, la ambición y la agitación patológica, dentro
de una cultura que las sobre-estimula a diario; la lucha para lidiar de modo
saludable tanto con la afirmación como con el rechazo…; la lucha dentro de un
entorno inquieto y excesivamente estimulado para encontrar de modo normal el
delicado equilibrio entre depresión e inflación.
7. La lucha para no verse motivado por la paranoia, el miedo,
la estrechez de miras y el exceso de proteccionismo frente al
terrorismo y a la apabullante complejidad de la vida…; la lucha para no dejar que
nuestra necesidad de lucidez y seguridad les gane a la compasión y a la verdad.
8. La lucha con la soledad moral dentro de una Diáspora
religiosa, cultural, polÃtica y moral… La lucha por encontrar un amigo
Ãntimo, un alma gemela, que se encuentre con nosotros y duerma con nosotros en
el interior de nuestro centro moral.
9. La lucha por enlazar la fe con la justicia…; la
lucha por lograr una carta de recomendación de los pobres, para conectar el
evangelio, de modo institucional, con la calle; para permanecer del lado de los
pobres.
10. La lucha por la comunidad y la iglesia; la lucha dentro de
una cultura de individualismo excesivo, para encontrar la lÃnea
saludable entre individualismo y comunidad, entre espiritualidad y
eclesiologÃa…; la lucha, como hijos adultos de la Ilustración, para lograr ser
a la vez maduros y comprometidos, espirituales y eclesiales.
Pero, ¿qué valor tiene una lista asÃ? Es importante dar nombre a las
cosas y darles nombres adecuados; aunque hay que reconocer que el dar nombre
sencillamente a una enfermedad no proporciona de por sà una curación. Sin
embargo, como solÃa bromear con agudeza el famoso psicólogo James Hillman:
cuando más sufre un sÃntoma, es cuando no sabe a dónde pertenece o dónde está a
gusto.
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