Teología | Jon Sobrino
Relación entre santidad y política
La expresión santidad política puede parecer
todavía hoy una expresión desconcertante por relacionar dos realidades que se
presumen normalmente separadas de hecho y de derecho, y es una expresión
ambigua mientras no se concretice qué se entiende por ambas cosas. De forma muy
general, pero suficiente para este trabajo, entendemos por santidad una
realización notable de la fe, esperanza y, sobre todo, de la caridad y de las
virtudes que genera el seguimiento de Jesús. Entendemos por política aquella
práctica dirigida a transformar estructuralmente la sociedad en la dirección
del reino de Dios, en que se haga justicia a las mayorías pobres y oprimidas y
en que éstas encuentren vida y salvación histórica.
Relacionar ambas cosas supone una doble novedad.
La primera consiste en presentar un nuevo ámbito para la santidad como posible
y necesaria. A lo largo de la historia de la Iglesia se ha presupuesto que ese
ámbito es la ascesis personal, la contemplación, el ejercicio de la caridad en
su forma asistencial o promocional. En la actualidad, debido a la toma de
conciencia de la miseria y opresión de las mayorías y a los procesos de
liberación que se han desencadenado en el Tercer Mundo (con sus analogías en el
Primer Mundo en resistencia a las dictaduras, en esfuerzos de democratización,
etcétera), el ámbito de lo político aparece para los cristianos como ámbito
para la santidad, que no excluye otros posibles ámbitos, pero que se ofrece
como una posibilidad e históricamente como una necesidad, según los signos de los
tiempos.
La política ofrece hoy, por tanto, una materialidad para la santidad, y la santidad permite una acción política más humanizadora para quien la realiza
La segunda novedad, más reciente y surgida de la
propia experiencia del compromiso político de los cristianos, es que no se
trata ya de relacionar solo fe y política, cristianismo y política, de analizar
su compatibilidad teórica, la exigencia del compromiso político en nombre de la
fe, sino de relacionar santidad y política. Esto se debe, creemos, a una doble
constatación:
a) para mantener una vida cristiana política no
basta con la lucidez teórica sobre su posibilidad y legitimidad, sino que se
necesita la realización notable de valores específicamente cristianos;
b) una realización santa de la acción política es
necesaria para evitar los subproductos negativos inherentes a ésta e incluso
para potenciarla en su eficacia histórica.
La política ofrece hoy, por tanto, una
materialidad para la santidad, y la santidad permite una acción política más
humanizadora para quien la realiza y para el proyecto político que se impulsa.
Esto es lo que pretendemos mostrar a continuación a partir de la realidad
existente de ese tipo de santidad y no solo de un análisis meramente
conceptual.
Jon Sobrino: Perfil de una
santidad política
Aparición original: «Concilium» 183(marzo
1983)335-344
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